Resumen Latinoamericano, 10 de septiembre de 2021.
“Dios es grande, la justicia está llegando”, dijo en medio de sollozos e impotencia Frida Conde, hermana de Percy Romer Conde Noguera, acribillado en la zona sur de la ciudad de La Paz, al confirmar que el coronel Javier Fuad Vaca Julio, jefe policial durante esa masacre que causó seis muertes en el golpe de Estado de 2019, ingresó a la cárcel de San Pedro.
Vaca Julio ingresó al centro penitenciario tras una audiencia en la cual fue acusado formalmente por los delitos de homicidio en grado de complicidad y encubrimiento por la masacre del 11 y 12 de noviembre del 2019 en la zona Sur de la ciudad de La Paz, que dejó al menos seis fallecidos, varios heridos y presos que fueron torturados.
La Fiscalía pidió medidas cautelares con detención preventiva en la cárcel de San Pedro por seis meses para el exjefe policial ya que existe peligro de fuga. Esto debido a que la defensa legal de Vaca Julio no demostró tener domicilio real, informó el canal televisivo ATB.
“El dio la orden” para que actúen los policías que victimaron a varias personas en La Paz, dijo Frida Conde, quien es presidenta de las víctimas de la zona sur de la urbe paceña.
“Percy Romer Conde Noguera fue asesinado por la Policía. El 11 de noviembre de 2019, yo fui a rescatar el cuerpo de mi hermano yo le pregunté al señor (Javier Fuad Vaca Julio) y él se negó que hubiese algún fallecido, como ahora se niega”, indicó.
En el barrio El Pedregal, aproximadamente a las 10.30 del lunes 11 de noviembre de 2019, Percy Romer Conde Noguera, de 33 años, fue acribillado con siete impactos de bala. Su informe médico forense explica que falleció por shock hipovolémico, laceración cardíaco pulmonar y empática y traumatismos torácico abdominal abierto ocasionados por proyectil de arma de fuego, informó ATB.
Además de ese fallecimiento, en la zona de Los Rosales, también en la zona sur de la urbe paceña, a las 14.30 de ese mismo lunes 11 de noviembre, fue asesinado Beltrán Paulino Condori Aruni, de 23 años, cerca a la puerta de su casa con un disparo de proyectil de arma de fuego a la altura del estómago, impacto que destrozó todos sus órganos internos por lo que llegó a fallecer casi de manera instantánea.
Su madre, Brígida Aruni, en medio de gritos mezclados con rabia e impotencia, relató que Paulino trabajaba con un ingeniero en la zona de Achumani. Por ello salió a la calle y resultó asesinado por “policías y hombres altos, cambas” que tenían escudos fabricados de turriles y cascos blancos.
Al enterarse de la muerte, su madre salió a la calle a averiguar. “¿Dónde está mi hijo?”, les preguntó a los uniformados quienes le apuntaron con sus armas, le dijeron que los protestantes habían quemado los buses Puma Katari y la arrastraron por cinco cuadras para que no siga reclamando.
“Tu hijo no está muerto, se ha tropezado por escaparse. Entre ellos se han matado”, le dijeron los policías y los civiles con casos blancos para evitar que ella siga reclamando. “A mi hijo ¿cómo me lo han hecho? Me lo han matado, me lo han golpeado, le han escupido, le han pateado”, dijo la madre de Paulino Condori.
Con ese dolor, ella dijo que su hijo dejó una huérfana por lo que no cree en las versiones de inocencia del coronel Javier Fuad Vaca Julio ni en la campaña de Jeanine Áñez que indica que prefiere morir en la cárcel. “Que sufran también ellos”, dice la madre, cuyos ojos parecen haber quedado sin lágrimas de tanto llorar.
Esas lagrimas por su hijo ahora son la antesala de otros procesos judiciales a otros policías que operaron en la masacre de la zona sur de la ciudad de La Paz. Esos uniformados, según ATB, fueron identificados como Iván Bustamante Apaza, Jhamil Abdil Espinoza, Marco Antonio Portugal Villarreal, Franklin Mamani Huarachi, Sergio Alejandro Ugarte Portugal, Juan Rojas del Carpio, Franz Acker Vega y Jaime Larrea Álvarez.
Fuente: www.abi.bo