En línea con sus actividades injerencistas en Siria, EE.UU. traslada a miembros del grupo terrorista ISIS de una cárcel a una base en la provincia de Al-Hasaka.
Las fuerzas de ocupación estadounidenses trasladaron a decenas de terroristas de una cárcel controlada por la milicia kurdo-árabe, conocida como Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y respaldada por Washington, a su base establecida ilegalmente en la ciudad de Al-Shadadi, situada en la provincia nororiental de Al-Hasaka, según ha informado este domingo la agencia estatal siria de noticias, SANA.
Conforme a las fuentes citadas por SANA, dos helicópteros norteamericanos con 60 terroristas a bordo aterrizaron en la base de Al-Shadadi procedentes de la prisión de Nafkir en Qamishli, sita en Al-Hasaka.
De acuerdo con la publicación, los extremistas fueron vacunados contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, antes de su traslado y la mayoría de los terroristas reubicados tienen nacionalidad iraquí, saudí y tunecina, y entre ellos figuran cabecillas de esta banda takfirí.
Las fuentes también afirmaron que, con tal medida, Estados Unidos tiene la intención de utilizar de nuevo a esos terroristas para implementar sus planes en la región de Asia Occidental.
El Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, considera ilegal la presencia de las tropas estadounidenses en Siria, donde los movimientos de Resistencia expresaron su determinación de expulsar a los “elementos criminales” de EE.UU. del país árabe.
Es más, conforme a varios informes, EE.UU. tiene un nuevo plan para renovar la estructura de ISIS y justificar así su permanencia en Siria, so pretexto de combatir a los extremistas, aunque, en realidad, lo que quiere es saquear las riquezas de esta nación levantina.
Al respecto, en marzo pasado, Richard Black, exlegislador republicano de EE.UU., admitió que su país apoya a las bandas terroristas en sus complots para destruir Siria, robar sus recursos e imponer sanciones.
En un comunicado publicado en su cuenta de Telegram, el grupo takfirí Daesh reivindicó la autoria del sabotaje ocurrido el sábado en un gasoducto en la localidad de Deir Ali, situada al sur de Damasco, la capital.
“La electricidad en Damasco se cortó debido al sabotaje en un gasoducto en Deir Ali, lo que paralizó el funcionamiento de la central eléctrica homónima”, dijo el ministro sirio de Energía, Ghassan al-Zamil, a la agencia siria oficial de noticias, SANA.
Luego el ministro comunicó que el suministro eléctrico de Damasco ha comenzado a restablecerse gradualmente después del lanzamiento de las subestaciones Zara, Nasiriya y Jender.
A su vez, una fuente de la cadena Al-Ikhbariya comunicó que además del sabotaje en el gasoducto, hubo intentos de destruir dos líneas eléctricas en el área de Hauran en los suburbios de Damasco.
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