Cuatro de cinco detenidos en Guantánamo que Obama liberó en un canje de presos ahora ocupan altos cargos en el gobierno interino afgano creado por los talibanes.
El expresidente estadounidense Barack Obama (2009−2017) acordó en 2014 liberar a cinco miembros de los talibanes, la mayoría vinculada al grupo terrorista Al-Qaeda, a cambio de la liberación de Bowe Bergdahl, un sargento del Ejército de Estados Unidos, tomado como cautivo por el grupo armado en Afganistán en 2009.
El martes, tres semanas después de apoderarse de Kabul, la capital, y casi el resto de Afganistán,el gobierno Talibán anunció la formación de su gabinete para un gobierno provisional, otorgando los cargos más relevantes a las figuras más destacados de los talibanes que han estado participando y luchando durante los últimos 20 años contra la coalición invasora liderada por EE.UU.
Según la televisión afgana TOLO News, cuatro de los puestos de liderazgo en el nuevo gobierno pertenecen a Jairulá Jairjwa, Norulá Nuri, Abdul Haq Wasiq y Mohamad Fazl; todos ellos fueron liberados gracias al canje de presos acordado entre la Administración de Obama y los talibanes.
En el Ejecutivo provisional, Jairjwa se desempeñará como ministro interino de Información y Cultura, Nuri se desempeñará como ministro interino de Fronteras y Asuntos Tribales, Wasiq será director interino de Inteligencia y Fazl se desempeñará como viceministro de Defensa.
Las agencias de inteligencia de EE.UU. han determinado que Wasiq tenía vínculos cercanos con Al-Qaeda mientras se desempeñaba en el mismo puesto antes de la invasión estadounidense a Afganistán.
A finales de agosto, tras la toma de Afganistán por los talibanes, el grupo armado anunció que Mohamad Nabi Omari, otro exdetenido de la Base Naval de la Bahía de Guantánamo, con estrechos vínculos con Al-Qaeda, gobernaría la provincia oriental de Jost.
Asimismo, Sirayudin Haqani, el jefe del grupo terrorista conocido como Red Haqani, ha sido nombrado como ministro del Interior en funciones del gobierno talibán. Estados Unidos ha puesto una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza de esta figura.
Las presiones y críticas sobre la Administración del actual presidente estadounidense, Joe Biden, han aumentado tras la formación del nuevo gobierno por los talibanes.
El senador republicano por el estado de Nebraska, Ben Sasse, tachó el martes de “patética” la confianza que Biden y los funcionarios estadounidenses depositaron en los talibanes.
“El presidente Biden todavía se aferra a la loca fantasía de que los talibanes son más amables y gentiles”, dijo Sasse. “Es una tontería. Haqani, el nuevo ministro del Interior de los talibanes […] es un terrorista sediento de sangre. Está armado, es peligroso y dirige un país que acabamos de abandonar”, denunció el senador en un comunicado.
El colapso de Afganistán ocurrió poco después de que comenzara la fase final de la retirada de las fuerzas de EE.UU., a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que invadió el país centroasiático en 2001, so pretexto de luchar contra el terrorismo, deponer al gobierno Talibán y dar respaldo técnico al Ejército afgano, promesas que nunca se cumplieron.
La toma del poder por los talibanes, en paralelo con la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Afganistán, para algunos observadores no es mera coincidencia.
Fuente: Hispan TV.
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