Resumen Latinoamericano, 17 de septiembre de 2021
María Antual es integrante de la comunidad mapuche Carrí Lafquén. Desde mayo, es víctima de medidas judiciales que la obligan a vivir «peor que un animal», según detalló en declaraciones radiales. En el marco de un proceso de reafirmación territorial de su comunidad ante el avance del negocio inmobiliario, la Justicia le impuso medidas cautelares que no le permiten recibir visitas, convivir con sus hijos o mejorar sus condiciones de vida.
Carri Lafquén se encuentra sobre la ruta Nacional N° 23, a 15 km de la localidad de Ingeniero Jacobacci en la línea sur rionegrina. Las y los integrantes de la comunidad mapuche Carri Lafquén, realizan desde mayo un proceso de reafirmación territorial.
La Fiscalía de Estado de la provincia de Rio Negro le impuso a Antual una medida cautelar que perjudica sus condiciones de vida y posibilidades de trabajar en su territorio, bajo el argumento de la usurpación de tierras.
En su momento los Abissad habían logrado despojarlos de los campos avanzando con el alambrado. Pero en el año 2007 Antual pudo recuperar el territorio con presentaciones ante la Justicia Rionegrina. Ahora, avanzan nuevamente contra el despojo de los territorios ancestrales.
«Somos 6 Lof que integran la comunidad, formada hace 20 años», cuenta Antual. «Parte del territorio fue recuperado en el 2002, pero en mayo de este año, cuando entro a hacer la reafirmación, me acusan de usurpación. El 23 de mayo fue la primer audiencia donde me impusieron la cautelar. No puedo tener a mis hijas menores conmigo, no puedo mejorar las condiciones en las que vivo», explica. Relata las duras condiciones que tiene que atravesar en medio del invierno: «Pasé el invierno bajo una carpa, usando parte de un galpón viejo para refugiarme del frío y cocinar». Deberá esperar hasta el 23 de septiembre para conocer la decisión de la Justicia de levantar o no la cautelar.
«Queremos que la levanten, no estamos usurpando nada. Estamos en un territorio que nos pertenece, que fue ocupado por nuestros abuelos, por nuestros padres», recuerda. «Después esta gente nos fue encerrando de a poco y nos dejaron prácticamente en un territorio muy chiquito donde no podamos vivir todos, lo que pido ahora es que me dejen laburar, que me dejen desarrollar mi situación económica, poder dar una mejor vida a mi hijo», exigió.
«Estoy viviendo peor que un animal en una caballeriza, las temperaturas son de 15 grados bajo cero, no he tenido respuestas favorables. Quiero vivir bien», pidió. La comunidad espera que este 23 de septiembre la Justicia pueda fallar a favor de los pueblos originarios de la región.
Fuente: https://originarios.ar/nota/336/
FUENTE: El Extremo Sur