Opi­nión. Fran­cia “neu­tra­li­za” a otro emir

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano. 18 de sep­tiem­bre de 2021–

Des­de hace varias sema­nas, se rumo­rea­ba que final­men­te las fuer­zas fran­ce­sas que ope­ran en el Sahel, loca­li­za­ron y con­si­guie­ron “neu­tra­li­zar” al emir del Esta­do Islá­mi­co en el Gran Saha­ra (EIGS), lo que recién fue con­fir­ma­do este últi­mo miér­co­les 15 de sep­tiem­bre por el pre­si­den­te fran­cés Ema­nuel Macron, en un twit­ter, en el que con­fir­ma la muer­te de Adnan Abu al-Walid al-Sah­raoui y cali­fi­ca dicha ope­ra­ción como un “gran éxi­to”, de los efec­ti­vos de la Ope­ra­ción Barkha­ne, que des­de hace nue­ve años están inten­tan­do derro­tar con la insur­gen­cia fun­da­men­ta­lis­ta que esta­lló en 2012 en el nor­te de Mali, y des­de enton­ces, no sólo ha per­mea­do con muchí­si­ma fuer­za las fron­te­ras de Bur­ki­na Faso, don­de prác­ti­ca­men­te han para­li­za­do todo el nor­te de ese país, y hacía Níger, don­de los muyahi­di­nes, han gol­pea­do dura­men­te en la región occi­den­tal de Tilla­bery, pró­xi­ma a la fron­te­ra con Malí, que solo en lo que va de este año han sido ase­si­na­das 550 per­so­nas, en su mayo­ría aldea­nos. Mien­tras que las tro­pas occi­den­ta­les que ope­ran en esa región están apli­can­do el méto­do remo­ve the water from the fish (qui­tan­do el agua al pez) obli­gan­do a miles de aldea­nos a aban­do­nar el área, para evi­tar que la insur­gen­cia ten­ga apo­yo y cober­tu­ra, de la pobla­ción local, tal como lo han apli­ca­do en las gue­rras cen­tro­ame­ri­ca­nas, Viet­nam, y Afganistán.

Aun­que Paris, que cuen­ta con los más de 5 mil efec­ti­vos de la Ope­ra­ción Barkha­ne des­de 2014, ope­ra­ción que reem­pla­zó a la Ser­val, que actua­ba en la región des­de fina­les del 2012. Ade­más de Fran­cia en esa área, tie­nen pre­sen­cia mili­tar y de inte­li­gen­cia los Esta­dos Uni­dos, Ale­ma­nia y el Rei­no Uni­do y otros paí­ses euro­peos, a los que se les suman la de los ejér­ci­tos que com­po­nen el Gru­po Sahel Cin­co (GS5) com­pues­to por Bur­ki­na Faso, Chad, Mali, Mau­ri­ta­nia y Níger, no ha con­se­gui­do dete­ner a esa insur­gen­cia, com­pues­ta por peque­ñas kha­ti­bas (bri­ga­das o frac­cio­nes) que ope­ra­ban en la región hacien­do, cada una lo que podía, en la tenue fron­te­ra entre el terro­ris­mo inte­gris­ta y la delin­cuen­cia común, espe­cia­li­zán­do­se, en con­tra­ban­do, trá­fi­co de per­so­nas, de dro­gas, secues­tros extor­si­vos, e inclu­so dan­do pro­tec­ción al trán­si­to de los gran­des ali­jos de dro­ga que des­de Bra­sil y Méxi­co, lle­gan al gol­fo de Gui­nea, para con­ti­nuar por tie­rra hacia el Medi­te­rrá­neo, don­de que con muchas más suer­te que los refu­gian­do, con­si­guen alcan­zar las cos­tas europeas.

La ago­bian­te pre­sen­cia de las tro­pas euro­peas y esta­dou­ni­den­ses, han con­se­gui­do que esas peque­ñas kha­ti­bas se estruc­tu­ra­sen en dos gran­des blo­ques a par­tir de 2017, los alque­dea­nos del Jama’at Nasr al-Islam wal Mus­li­mīn o Gru­po de Apo­yo al Islam y los Musul­ma­nes (JNIM,) y la fran­qui­cia del DaeshEsta­do Islá­mi­co para en el Gran Sáha­ra (EIGS) fuer­za que lide­ra­ba Adnan Abu al-Walid al-Sahraoui.

Thierry Burkhard, jefe del Esta­do Mayor del ejér­ci­to fran­cés, infor­mó que la ope­ra­ción que ter­mi­nó con la vida de al-Sah­raoui, se reali­zó en el bos­que de Anga­rous, en la región de las tres fron­te­ras, (Malí, Níger y Bur­ki­na Faso), tras haber sido detec­ta­do su pre­sen­cia en ese lugar. El 17 de agos­to, un dron alcan­zó una moto don­de via­ja­ban dos hom­bres. Tras haber­lo impac­ta­dos un gru­po coman­do, apo­ya­dos por dro­nes y avio­nes Mira­ge, pudie­ron lle­gar al lugar don­de había sido ase­si­na­do el emir cin­co días des­pués don­de pudie­ron iden­ti­fi­car feha­cien­te­men­te que el cuer­po per­te­ne­cía a al-Sah­raoui. Este ata­que podría con­ver­tir­se en fun­da­men­tal para el accio­nar del Daesh en la región ya que tras la cam­pa­ña de bom­bar­deos de la Barkha­ne entre febre­ro y junio del año pasa­do se había regis­tra­do una impor­tan­te dis­mi­nu­ción de accio­nes del EIGS, que, duran­te el 2020, rei­vin­di­có noven­ta ope­ra­cio­nes y sólo trein­ta en lo que va del año, sien­do el últi­mo el pasa­do tre­ce de junio.

La muer­te de al-Sah­raoui, quien había rea­li­za­do su jura­men­to de leal­tad o baya´t al enton­ces cali­fa Ibrahim, (Abu Bakr al-Bagh­da­di) fun­da­dor, líder espi­ri­tual y mili­tar del Daesh muer­to en 2019, en 2015 y nom­bra­do emir del EIGS, al año siguien­te, reme­mo­ra otro “gran éxi­to” de las tro­pas fran­ce­sas en el Sahel, cuan­do en junio del año pasa­do se anun­ció la muer­te de una pie­za cla­ve en la con­for­ma­ción del JNIM, Abdul­ma­lik Drouk­del, quien fue “neu­tra­li­za­do” en el nor­te de Mali (Ver: Sahel: La muer­te del emir).

Una pre­sa de cin­co millo­nes de dólares.

Tras la embos­ca­da, en octu­bre de 2017, en cer­ca­nías de la aldea de Ton­go-Ton­go, en la región de Tilla­bery (Níger) en los que murie­ron cua­tro Green Berets nor­te­ame­ri­ca­nos, jun­to a tre­ce sol­da­dos nige­ri­nos y otros once resul­ta­ron des­apa­re­ci­dos (Ver Níger: ¿Qué escon­de Trump en el desier­to?) y tras com­pro­bar­se que la res­pon­sa­bi­li­dad de dicho ata­que, había sido de hom­bres de al-Sah­raoui, el Depar­ta­men­to de Esta­do de los Esta­dos Uni­dos cla­si­fi­có a al-Sah­raoui como terro­ris­ta mun­dial “espe­cial­men­te cla­si­fi­ca­do” de acuer­do con un decre­to del eje­cu­ti­vo nor­te­ame­ri­cano y al EIGS como “Orga­ni­za­ción terro­ris­ta extran­je­ra” el 16 de mayo de 2018, tras lo que se esta­ble­ció una recom­pen­sa de cin­co millo­nes de dóla­res por la muer­te o cap­tu­ra de quien era el jefe del grupo.

Adnan Abu al-Walid al-Sah­raoui, has­ta hacer su baya´t al Daesh, había sido

por­ta­voz del Movi­mien­to por la Uni­dad y la Jihad en Áfri­ca Occi­den­tal (MUJAO), una de las tan­tas kha­ti­bas que ope­ra­ban en el Sahel, vin­cu­la­das a al-Qae­da glo­bal, que más tar­de se fun­di­ría en el JNIM.

El MUJAO, final­men­te ter­mi­na­ría alián­do­se en el 2013, con Mutha­li­min (los que fir­man con san­gre) lide­ra­do por Mokh­tar Bel­mokh­tar, un arge­lino vete­rano de la gue­rra civil de su país (1991−2002) y Afga­nis­tán, para con­for­mar al-Qae­da en el Magreb Islá­mi­co (AQMI).

Tras la apa­ri­ción del Daesh, final­men­te una esci­sión de al-Qae­da pro­du­ci­da en Irak en enero de 2014, esta­lla un fuer­te con­flic­to entre Bel­mokh­tar y al-Sah­raoui, quien para 2015, se pasa­ría a las fuer­zas de al-Bagh­da­di, no solo polí­ti­co, sino tam­bién mili­tar habién­do­se regis­tra­do impor­tan­tes enfren­ta­mien­tos arma­dos, que se siguen pro­du­cien­do has­ta hoy, a pesar de que ambas orga­ni­za­cio­nes el Esta­do Islá­mi­co en el Gran Saha­ra y el Jama’at Nasr al-Islam wal Mus­li­mīn, están en la mira de miles de más de una doce­na de ejér­ci­tos regu­la­res que ope­ran en el Sahel.

Si bien la muer­te de al-Sah­raoui, esta­ría abso­lu­ta­men­te con­fir­ma­da, según el pre­si­den­te Macron, tam­bién muchas veces se habían anun­cia­do las muer­tes, tan­to de Abdul­ma­lik Drouk­del, final­men­te corro­bo­ra­da el año pasa­do, como la de Bel­mokh­tar, que ha sido dado “neu­tra­li­za­do” en varias opor­tu­ni­da­des, lo que nun­ca se ha logra­do confirmar.

Tras vivir par­te de su juven­tud en Arge­lia, don­de al-Sah­raoui, se habría enro­la­do en gru­pos arma­dos isla­mis­tas, vin­cu­la­dos al FIS (Fren­te Islá­mi­co de Sal­va­ción) uno de los gran­des ani­ma­do­res de la gue­rra civil arge­li­na que en más de diez años pro­vo­có 200 mil muer­tos. al-Sah­raoui habría par­ti­ci­pa­do en octu­bre de 2011 en el secues­tro de tres coope­ran­tes huma­ni­ta­rios en el cam­po de refu­gia­dos saha­rauis de Tin­duf (Arge­lia), por lo que el MUJAO exi­gió un res­ca­te de unos 18 millo­nes de dólares.

Entre fines de 2019 y enero de 2020, el gru­po de al-Sah­raoui, reali­zó dis­tin­tas ope­ra­cio­nes con­tra cam­pa­men­tos mili­ta­res en Níger, Malí y Bur­ki­na Faso, ase­si­nan­do cen­te­na­res de efectivos.

Esta esca­la­da de vio­len­cia lle­vó a Fran­cia en la cum­bre anti­te­rro­ris­ta de enero de 2020 en la ciu­dad de Pau (Fran­cia), jun­to a las nacio­nes que con­for­man el G5 Sahel a rotu­lar al EIGS como “enemi­go prio­ri­ta­rio”, sobre el que tenían que cen­tran sus accio­nes militares.

Según algu­nos ser­vi­cios de inte­li­gen­cia cata­lo­gan al-Sah­raoui, cómo un jefe extre­ma­da­men­te cruel, que con­cen­tra­ba todo su poder en sí mis­mo y que nun­ca había con­si­de­ra­do en el pla­nea­mien­to de sus ope­ra­cio­nes, la posi­bi­li­dad de redu­cir la muer­te de civi­les. Al pun­to de apli­car la sha­ria de for­ma inad­ver­ti­da a la pobla­ción civil, habien­do apli­ca­do la pena de ampu­tación de manos y pies a ladron­zue­los des­cu­bier­tos en algún mer­ca­do comunal.

Con la muer­te del emir Adnan Abu al-Walid al-Sah­raoui, no solo se cie­rra un capí­tu­lo san­grien­to en el Sahel, sino que la lucha por su suce­sión, pue­de abrir otro de carac­te­rís­ti­cas desconocidas.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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