Milcíades Ruiz /Resumen Latinoamericano, 1 de septiembre de 2021
La derecha conservadora controla la presidencia del Congreso y las principales comisiones congresales. Foto: Congreso de la República.
Un análisis de los lineamientos de la política económica del nuevo gobierno efectuado por el especialista Milciades Ruiz advierte que «podría ser el plan de un gobierno de derecha».
Sigue el mismo esquema del Fondo Monetario Internacional (FMI) sin cambios determinantes y no hay diferencia sustancial con lo que se espera de un gobierno de izquierda.
«El enfoque revela una política económica pasiva, dependiente de los precios internacionales de materia prima y la depredación de nuestros recursos naturales, incluyendo los forestales que depredan la Amazonía».
«No se propone por iniciativa propia ganar mercados internacionales para expandir la economía nacional hacia afuera. Solo se limita a esperar lo que otros hagan» prosigue el especialista en desarrollo rural.
No se busca elevar la capacidad de resiliencia frente las crisis sanitaria y económica ni desarrollar nuestras ventajas por medios propios. Pero por lo pronto, esta sería la base macroeconómica de la política gubernamental actual.
Con un sentido positivo don Milciades Ruiz señala que aun «se pueden corregir fallas» considerando que en la izquierda hay voluntad de ayudar y personas muy capaces dispuestas a poner el hombro sin ningún interés personal.
La oposición al gobierno de izquierda desarrolla su estrategia de deslegitimarlo de cualquier manera. Una de las vías es asegurar la existencia de una organización criminal en el gobierno regional de Junín para el financiamiento de la campaña política del partido ganador. Logrado esto, la plancha presidencial y su bancada no tendrían validez. Pero también se traman otras opciones de deterioro que conducen al mismo fin, sin encontrar mucha resistencia. Diversas señas, podrían preludiar una situación adversa. Veamos.
La precariedad de un contendor frente al abrumador ataque adversario, lo coloca en una disyuntiva dramática. O muere con honor, combatiendo sin arriar banderas, o de lo contrario, busca un arreglo (diálogo) para sobrevivir y volver en mejores condiciones. Pero ceder en el inicio, podría convertirse en claudicación progresiva, desnaturalizando las banderas primigenias. Le pasó al Partido Aprista, que terminó pasándose al campo contrario. La historia registra muchos de estos casos.
En la entrevista que le hace el diario La República al ministro de Justicia, Aníbal Torres, el 29 agosto último, este afirma lo siguiente:
“El gobierno es uno de izquierda, por supuesto que con participación también de la derecha” (…) “Por eso se le ha pedido al presidente del banco central de reserva (Julio Velarde) que se mantenga en el cargo. Por eso se ha nombrado como canciller al doctor (Óscar) Maúrtua. Y estamos trabajando conjunta y muy ordenadamente.”
Y sobre la reunión tensa que tuvo con V. Cerrón, agrega que fue:
“por esos desacuerdos entre el partido y el presidente” (… ) “… pero lo cierto es que quien ha ganado la elección es Pedro Castillo. Él es quien toma las decisiones, y el señor Cerrón es el secretario general del partido y ese es su ámbito de actuación.”
Estas afirmaciones del influyente paisano del presidente, que ya antes había cuestionado al canciller Béjar para forzar su renuncia, denota falta de cohesión política en el equipo gobernante. Pero decirlo abiertamente, tiene una intención encubierta. Quizá por ello, el ejecutivo empezó a tirar por la borda a su mejor cañón que estaba en la cancillería y jabona el piso de los cuestionados por la oposición, para liberarse de los ataques.
Pero, ceder posiciones facilitando el avance enemigo podría ser contraproducente. Por ejemplo, si por evitar los ataques se aparta al cuestionado Cerrón, entonces el ejecutivo podría quedarse sin bancada en el Parlamento, quedando indefenso. Por eso, dar muestras al enemigo de que el gobierno no es como lo pintan, que no hay peligro izquierdista, con el fin de que cesen los ataques, por favor, podría ser una mala influencia. No creo que eso detendrá a la oposición.
Si comparamos el texto del discurso inaugural de la gestión del ex canciller Dr. Héctor Béjar, con el discurso inaugural del premier ante el Congreso, el contraste es evidente. El primero, es un discurso ideológico de izquierda neta. El segundo no lo es. Este mantuvo el estilo tradicional de gobiernos pasados sin mostrarse diferente por ser de izquierda. Las promesas electorales, algunas de las cuales fueron omitidas, quedaron apagadas y sin fuerza política, quizá para evitar la desaprobación.
La aprobación ha sido interpretada como un gran triunfo, pero esta apreciación podría ser engañosa. El apoyo popular puede verse afectado si no hay una ofensiva de medidas populares para generar defensa frente a los ataques. ¿Cómo defender a un gobierno al que no le debemos nada todavía? Están próximas las elecciones municipales y todo lo alcanzado podría diluirse por falta de motivación.
Mientras tanto, ya se ha emitido el Marco Macroeconómico Multianual 2022 – 2025 que debería definir el nuevo rumbo del país al amparo de una administración izquierdista. También la nueva política económica que deje atrás los daños causados por el neoliberalismo. Pero se sigue con el mismo esquema del FMI sin cambios determinantes. No recoge las promesas electorales ni denota un giro hacia la izquierda en el manejo económico.
El borrador del presupuesto para el 2022, ya está en el Congreso y todo lo ofrecido, tiene que estar presupuestado para cumplir compromisos electorales. ¿Será? La paciencia se agota y la desesperanza aumenta.
He aquí un breve resumen de los supuestos económicos sobre los que desarrollará la economía nacional con la nueva administración estatal:
Marco Macroeconómico Multianual 22 – 25
1. Se espera que un crecimiento mundial de 6,0% en el 2021 y de 3,7 % al 2025, nos ayude.
2. Se espera un crecimiento nacional: 10,5% en 2021 (después de haber caído 11% el año pasado), y 4, 1% al 2025.
3. En el 2020, el déficit fiscal y la deuda pública ascendieron a 8,9% y 34,7% del PBI, respectivamente. En 2021, se espera reducir a 4,7% del PBI. Se anhela una reducción ordenada y gradual del déficit fiscal: 3,7% del PBI en 2022; 2,7% en 2023; 1,7% en 2024; y 1,0% del PBI en 2025.
4. Se espera un crecimiento de los ingresos fiscales de 19,9% del PBI en 2021. Desde el 2022 a 2025, estos crecerían a un ritmo promedio de 4,9% real, lo que les permitirá expandirse a 20,4% del PBI en 2025. (¿?)
5. La deuda pública será de 35,3% del PBI en 2021, una de las menores en A.L. (37,4% del PBI en 2023, para bajar a 31,7% del PBI en 2030).
6. El gasto público de 2022 a 2025, priorizará servicios públicos intensivos (educación, salud), así como la inversión pública. El gasto público será equivalente a 21,9% del PBI en 2022 y se estabilizará en 20,3% del PBI (pre pandemia) en promedio para el periodo 2023 – 2025. Actualmente, hay ineficiencia del gasto público equivalente al 10% del gasto total.
7. Se espera un crecimiento de la inversión privada: 20,0% en 2021 y 5,5% en el 2022. La inversión minera crecería 15,9% en 2021 y 7,6% en el 2022.
II. Principios de política económica
1. Mayores recursos fiscales. Tenemos 20% del PBI, inferior al promedio de América Latina y el Caribe (2019: 27,1% del PBI) y OCDE (39,9% del PBI). El incumplimiento del IGV alcanzó el 38,1% de la recaudación potencial (la tasa más alta de los últimos 10 años), mientras que el incumplimiento del IR en 2019 alcanzó el 49,5% de la recaudación potencial. (Los morosos lucran y capitalizan con nuestro dinero, perjudicando nuestro desarrollo).
OBJETIVOS:
► Incremento de la progresividad del sistema tributario.
► Simplificación y armonización del sistema tributario.
► Perfeccionamiento de los impuestos al consumo.
► Racionalización de los beneficios tributarios.
► Reducción del incumplimiento tributario.
2. Crecimiento económico:
2.1. Corto plazo: Rápida recuperación económica, impulsando las inversiones, tanto pública como privada y fomentando la generación de empleos de calidad.
2.2. Mediano plazo: Impulso a la competitividad y productividad de la economía. Generación de nuevos motores de crecimiento en sectores con alto potencial productivo. Se continuará impulsando un clima de negocios atractivo para la inversión privada.
3. Lineamientos de política económica
3.1. Corto plazo: Entrega de subsidios económicos, programas de empleo temporal y facilidades crediticias a los segmentos más vulnerables. Asimismo, se continuará impulsando la inversión pública y privada.
3.2. Mediano plazo: Cierre de brechas estructurales (Informalidad laboral, inclusión financiera, ampliación digital, diversificación productiva, innovación tecnológica, mejorar plan nacional de competitividad, Impulso a sectores con potencialidad económica: Forestal, acuícola, turismo).
4. Política fiscal
A. Sostenibilidad fiscal y reducir déficit (en 2020 ascendió a 8,9% del PBI. En el 2021 se espera 4,7% del PBI). El déficit fiscal se reducirá gradualmente: 3,7% del PBI en 2022; 2,7% del PBI en 2023; 1,7% del PBI en 2024; y 1,0% del PBI en 2025.
B. Asegurar recuperación e incremento de ingresos fiscales: Perfeccionar la tributación; racionalizar las exoneraciones poco efectivas y de pocos beneficiarios.
C. Inversión pública de calidad y eficiencia.
D. Calidad y eficiencia en el gasto público para fomentar bienestar.
E. Mejoramiento de la gestión fiscal en gobiernos regionales y municipales.
5. Política tributaria
– Incrementar la progresividad tributaria. Énfasis en el control y fiscalización, para combatir el incumplimiento, la evasión y elusión. Recaudación en el 2019 fue de 14,4% del PBI, en el 2020, fue de 13,0% del PBI.
– Automatización electrónica de registros y libros contables, declaración y pago de impuestos. Masificación de comprobantes de pago electrónicos.
– Optimizar la recaudación de la renta minera, resguardando la competitividad del sector.
– Se continuará con la política de racionalización tributaria preferencial, para evitar la creación de nuevos beneficios, evaluar eliminación, sustitución o prórroga de los ya existentes, de corresponder.
– Ampliar la base tributaria del impuesto a la renta. Lucha contra la evasión y elusión fiscal por parte de las empresas multinacionales y las personas de elevados ingresos.
– Optimizar la recaudación de los principales impuestos municipales (Predial, alcabala y patrimonio Vehicular). Brindar asistencia técnica para mejorar la recaudación municipal. (Cuidado. Esto va contra los bolsillos populares).
– Se evaluarán cambios en el esquema fiscal minero que permitan mayores ingresos al erario nacional a través de una mayor progresividad, pero sin afectar la competitividad del sector.
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Como se puede apreciar, bien podría ser el plan de un gobierno de derecha, pues no hay diferencia sustancial con lo que se espera de un gobierno de izquierda. Para el MEF, no pasa nada. Todo sigue igual. Hay sobre optimismo en las inversiones extranjeras, la política económica sigue como la de gobiernos anteriores. No hay problema monetario, no hay inflación, ni riesgos de conflictos sociales, ni revisión de contratos y concesiones vende patria. ¿Y el impuesto a la riqueza?
La CEPAL nos dice que las cifras de pobreza en el Perú para el 2021 estarían en torno a una tasa de 28,4%, que representa aumento 13 puntos porcentuales frente al año prepandemia (2019) y la pobreza extrema pasará 3% a 8,6% con una brecha muy amplia entre la zona urbana y rural. Pero en este esquema de gobierno, eso no interesa.
El enfoque revela una política económica pasiva, dependiente de los precios internacionales de materia prima y la depredación de nuestros recursos naturales, incluyendo los forestales que depredan la Amazonía. No se propone por iniciativa propia ganar mercados internacionales para expandir la economía nacional hacia afuera. Solo se limita a esperar lo que otros hagan. No se busca elevar la capacidad de resiliencia frente las crisis sanitaria y económica ni desarrollar nuestras ventajas por medios propios. Pero por lo pronto, esta sería la base macroeconómica de la política gubernamental actual.
“Lo que mal empieza, mal acaba”. Ojalá que esta sentencia popular no se cumpla en este caso. En la izquierda, hay mucha voluntad de ayudar todavía. Hay personalidades muy capaces dispuestos a poner el hombro sin ningún interés personal. Hay especialistas de izquierda muy calificados que desean colaborar, pero están marginados. ¿Los gobernantes, se dejarán ayudar? O pedirán ayuda a la derecha. Todavía se pueden corregir fallas. Ustedes ¿qué dicen?
(Escrito el 31 de agosto de 2021)
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*Milcíades Ruiz es especialista en desarrollo rural. Dirige el portal República
FUENTE: Servindi