Por RedEco, Resumen Latinoamericano, 29 de octubre de 2021.
Se cumple un año desde que María Ovando fue condenada a 20 años de prisión por “no haber evitado” abusos sexuales a sus hijas y nietas. Desde el Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género, siguen denunciando el “carácter de revancha por parte del aparato judicial misionero que mantiene la condena y prisión infundada de María”.
Compartimos su comunicado:
Esa animosidad se traduce en la prisión infundada e ilegal de María, quien llegó al juicio oral en libertad y debería conservarla hasta que exista una condena firme.
El juicio oral al que fue sometida junto a Lucas Ferreyra y Marcos Laurindo expuso la falta de pruebas de la acusación y los prejuicios patriarcales y misóginos del Fiscal Rodríguez, integrante de un sector del poder judicial que no logró condenarla en el 2012.
El fiscal Federico Rodríguez dijo con claridad en los alegatos que pedía que se la condene por lo que había hecho en el 2012 y por lo que podría llegar a hacer si seguía en libertad.
Fue también una condena que buscó disciplinar al movimiento feminista que viene reclamando por un Poder Judicial con perspectiva de género y que viene tomando como bandera causas en las que claramente se puede ver el sesgo patriarcal, racista, clasista y colonial de todo el aparato judicial en Misiones.
La falta de pruebas, la animosidad del fiscal Federico Rodríguez, más las irregularidades que pudieron verse en toda la tramitación del expediente no sólo condenaron a María sino también a Lucas Ferreyra y Marcos Laurindo, adolescentes al momento de iniciarse esta causa, quienes ya llevan más de 7 años presos.
María está detenida en el Penal de Mujeres de Villa Lanús, a casi 300 kilómetros de su familia. Los jóvenes Lucas y Marcos, siguen detenidos en el penal de Eldorado.