Argentina. «¡Basta de polenta!»

Argen­ti­na. «¡Bas­ta de polenta!»

Por Die­go Moli­nas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de octu­bre de 2021.

En la calu­ro­sa jor­na­da del jue­ves una orga­ni­za­ción social que nuclea a desocupados/​as reali­zó una movi­li­za­ción al Minis­te­rio de Desa­rro­llo Social, en ese con­tex­to suce­die­ron varias situa­cio­nes que por su peso sim­bó­li­co en el diag­nós­ti­co de la reali­dad valen la pena ser ana­li­za­das y refle­xio­na­das con mayor profundidad.

Una opción para empe­zar este aná­li­sis seria cri­ti­car la meto­do­lo­gía o la mane­ra en que el MTR his­tó­ri­co accio­nó para visi­bi­li­zar un recla­mo, refle­xio­nar en torno a si fue vio­len­to y si esa vio­len­cia es legí­ti­ma o no, hacer eso sería una con­tra­dic­ción bru­tal y una nega­ción a mis orí­ge­nes, pues­to que yo, al igual que muchos fun­cio­na­rios actua­les, ven­go de esas prác­ti­cas, del cor­te de ruta, de la con­fron­ta­ción con la poli­cía, de la calle, del recla­mo, yo eli­jo no olvi­dar­me que ven­go de ahí.

Como tam­bién eli­jo a un año del des­alo­jo en Guer­ni­ca no olvi­dar­me de la bru­ta­li­dad de Ber­ni en la repre­sión a quie­nes recla­ma­ban una vivien­da dig­na, hoy pocos se cues­tio­nan si la moda­li­dad de reso­lu­ción del minis­tro de segu­ri­dad bonae­ren­se es la correc­ta, inclu­so muchos pre­fie­ren dar loas a su por­te de “macho cas­tren­se”, sin duda algu­nas ten­go más coin­ci­den­cias con quie­nes por nece­si­dad salen a la calle que con un fun­cio­na­rio pre­po­ten­te más pare­ci­do a Bol­so­na­ro que a Nés­tor Kirchner.

El “bas­ta de polen­ta” que­do escri­to en la puer­ta del minis­te­rio, letras gran­des para que se vean des­de arri­ba y un par de paque­tes revo­lea­dos con rabia que tam­bién gra­fi­can el har­taz­go, que no es des­agra­de­ci­mien­to con aquel pro­duc­to ali­men­ti­cio tan­tas veces com­pa­ñe­ro de pesa­res sino una pro­fun­da moles­tia con una lógi­ca que mira la reali­dad des­de arri­ba y que ins­ta­la el con­cep­to de que, los pobres debe­mos con­for­mar­nos con polen­ta o a lo sumo unos fideos de los más feos, rotos y en muchos casos, vie­jos, sin sabor.

Las letras con la con­sig­na estam­pa­da en la calle Lima al 300, son la for­ma explí­ci­ta de visi­bi­li­za­cion de una com­ple­ja tra­ma de dolo­res cotidianos.

En los aná­li­sis pos­te­rio­res a la derro­ta elec­to­ral del fren­te de todos, muchos plan­tea­ron que los núme­ros expre­sa­ban un sín­to­ma del humor social, deve­ni­do de las duras con­di­cio­nes que afron­ta la eco­no­mía domés­ti­ca de todo labu­ran­te. No es muy difí­cil pen­sar que la pin­ta­da hecha con ese ali­men­to no pere­ce­de­ro expre­sa tam­bién de mane­ra cla­ra y didác­ti­ca que hay una situa­ción insos­te­ni­ble para los sec­to­res populares.

En estas horas en que la deu­da con el FMI se ins­ta­la como uno de los temas cen­tra­les, se escu­cha al uni­so­nó el argu­men­to de que dicho endeu­da­mien­to con­traí­do por el macris­mo, es impa­ga­ble, que esos fon­dos se fuga­ron y que las con­di­cio­nes del prés­ta­mo fue­ron injustas.

Es una gran tor­pe­za creer que los sec­to­res popu­la­res no tie­nen capa­ci­dad de aná­li­sis crí­ti­co de la reali­dad, ¿si Macri se robó toda esa pla­ta por qué esta libre?, ¿por­que sigue tenien­do pri­vi­le­gios y noso­tros que duran­te la pan­de­mia no pudi­mos salir a car­to­near tene­mos que estar bus­cán­do­le nue­vos sabo­res a la mis­ma comi­da?, la per­sis­ten­cia del menú, har­ta, can­sa, mal ali­men­ta y fun­da­men­tal­men­te recuer­da que para algu­nos todo y para los muchos polenta.

El bas­ta de los núme­ros elec­to­ra­les, y el bas­ta de ayer expre­sio­nes de una refle­xión pro­fun­da de los más humil­des de esta patria, que evi­den­cian una urgen­cia, la deman­da urgen­te de no estar más en el lugar al que nos lle­vó el macris­mo y la pan­de­mia, la mala ali­men­ta­ción y la mera sub­sis­ten­cia no pue­den hacer­se cos­tum­bre, no se le pue­de pedir más sacri­fi­cios a los des­ca­mi­sa­dos si los que usan cami­sa y cor­ba­ta siguen tenien­do ganan­cias a cos­tas del ham­bre del pueblo.

Dar con­ce­sio­nes y mimos a los pode­ro­sos de este país para man­te­ner­los man­si­tos es un error gra­ví­si­mo, el capi­tal des­hu­ma­ni­za, no reco­no­ce valo­res ni dolo­res aje­nos, prio­ri­za sus ganan­cias, sus intere­ses por enci­ma del bien común, la no con­fron­ta­ción con los ham­brea­do­res del pue­blo, deja en el des­am­pa­ro a aque­llos que nece­si­tan de la pre­sen­cia del esta­do para que sus dere­chos sean ple­nos, para que los abu­sos del poder no sean el pan de cada día.

Esta inmo­vi­li­dad del esta­do, gene­ra deses­pe­ra­ción en el pue­blo, y esa deses­pe­ra­ción por expe­rien­cia his­tó­ri­ca y memo­ria popu­lar habi­tual­men­te se expre­sa en la movi­li­za­ción y la con­fron­ta­ción direc­ta con los intere­ses eco­nó­mi­cos res­pon­sa­bles del hambre.

En ese pun­to “el modo Ber­ni”, la repre­sión cons­ti­tu­ye un gra­ve error en tan­to y en cuan­to deja sobre relie­ve dos gran­des defi­cien­cias, por un lado, la defen­sa indi­rec­ta de los intere­ses con­tra­rios a los sec­to­res popu­la­res y por otro una seria inope­ran­cia en la solu­ción de los pro­ble­mas bási­cos de los más humil­des que son gran par­te de la base elec­to­ral del gobierno.

La reso­lu­ción del con­flic­to social es urgen­te y es la úni­ca prio­ri­dad, la movi­li­za­ción social es un sín­to­ma de gra­ves dolo­res de fon­do, nun­ca es el ini­cio del con­flic­to sino más bien el últi­mo esla­bón de una lar­ga tra­ma de situa­cio­nes no resuel­tas, urgen fun­cio­na­rios que fun­cio­nen, que dejen pri­vi­le­gios y asis­ten­tes de lado, que des­de la empa­tía resuel­van, con crea­ti­vi­dad, con afec­to, con cer­ca­nía, gran­des dolo­res que tie­nen nom­bre, ape­lli­do, his­to­ria y ya no se aguan­tan más.

El dra­ma de la coyun­tu­ra actual, no se resuel­ve con polen­ta sino con labu­ro y dig­ni­dad, no se resuel­ve con gran­des publi­ci­da­des sino aten­dien­do lo con­cre­to, lo bási­co, que ali­via­na la vida.

El esta­do debe con­tar con el pro­ta­go­nis­mo de los sec­to­res popu­la­res, no arria­dos, sino arrian­do, sem­bran­do, pro­du­cien­do, cons­tru­yen­do, parien­do, ahí está la ver­da­de­ra “polen­ta”, la ver­da­de­ra fuer­za capaz de sacar ade­lan­te el país, los pode­ro­sos no van a ceder nada, los pobres ya no tie­nen nada para ceder, BASTA DE POLENTA.

Itu­rria /​Fuen­te

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