Argen­ti­na. El gobierno pien­sa en noviem­bre, des­pués será después

Por Juan Guahán, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de octu­bre de 2021.

En el gobierno hay mucha con­fu­sión. Entre las cues­tio­nes que están por enci­ma de esa situa­ción una se des­ta­ca níti­da­men­te: Rever­tir el resul­ta­do de las PASO. Es el tema trans­ver­sal que atra­vie­sa a todas las demás deci­sio­nes y polí­ti­cas. Entre ellas se des­ta­can: Los datos de la reali­dad que tie­ne que aten­der el gobierno; los ries­gos y pers­pec­ti­vas de algu­nas medi­das económicas.

LOS DATOS DE LA REALIDAD

Más allá de las pala­bras e inten­cio­nes están los datos de la reali­dad que tras­cien­den a los esca­sos días que nos sepa­ran de las elec­cio­nes de noviem­bre. Entre esos datos hay que seña­la que el INDEC mide una des­ocu­pa­ción que baja al 9,6%, pero el Obser­va­to­rio de la UCA le agre­ga el “sub empleo infor­mal” o tra­ba­jos de indi­gen­cia, con lo cual esa cifra sube al 27%, por el incre­men­to de ese tipo de tra­ba­jo y la pre­ca­ri­za­ción de las con­di­cio­nes abo­ra­les. El empleo en blan­co, con segu­ri­dad social y un ingre­so que cubra la canas­ta fami­liar, ron­da el 45% del total de las per­so­nas con tra­ba­jo. El INDEC tam­bién ha infor­ma­do que para fines de agos­to la infla­ción mayo­ris­ta de los últi­mos 12 meses es del 60,5% y la del 2021 ya sumó 36%.

Lo que ocu­rre en el Sis­te­ma de Segu­ri­dad Social es cla­ra­men­te indi­ca­ti­vo de la situa­ción gene­ral: El 27,5% tie­ne con­tra­tos labo­ra­les no decla­ra­dos; el 69,9% de los tra­ba­ja­do­res inde­pen­dien­tes no rea­li­zan apor­tes jubi­la­to­rios. Pro­me­dian­do estos datos tene­mos que el 46,1% del total de ocu­pa­dos no está inte­gra­do al Sis­te­ma de Segu­ri­dad Social.

Esto indi­ca la pro­fun­di­dad de la cri­sis de empleo, que va más allá de noviembre.

RIESGOS Y PERSPECTIVAS DE ALGUNAS MEDIDAS ECONÓMICAS

Con vis­tas a noviem­bre el gobierno tie­ne dos gran­des herra­mien­tas: “Poner pla­ta en el bol­si­llo de la gen­te” y hacer anun­cios con vis­tas al después.

Estas moda­li­da­des tie­nen un bino­mio de limi­ta­cio­nes: la cre­di­bi­li­dad de las mis­mas y los ries­gos que la eco­no­mía se le vaya de las manos.

Ya sabe­mos que los libe­ra­les pien­san que cuan­do la inyec­ción de pla­ta supera cier­tos lími­tes lo que hace es ali­men­tar la infla­ción. Des­de el pero­nis­mo-kirch­ne­ris­mo sos­tie­nen que ponien­do pla­ta se mejo­ra el con­su­mo y por ende la pro­duc­ción que debe abas­te­cer­lo, agre­gan que la infla­ción tie­ne otras causas.

Este deba­te vie­ne de lejos. Pero, en sí mis­mo, pue­de ser­vir a una u otra teo­ría según otro aspec­to tras­cen­den­te: el mar­co estruc­tu­ral en el que se inscribe.

Si la eco­no­mía está deter­mi­na­da por el con­su­mo interno, la pro­duc­ción nacio­nal y sus ganan­cias se reci­clan al inte­rior de cada país, el con­su­mo cre­cien­te bene­fi­cia a su pue­blo y favo­re­ce el desa­rro­llo del país. Pero si la eco­no­mía está con­cen­tra­da y pro­fun­da­men­te extran­je­ri­za­da ‑como ocu­rre con noso­tros- el mayor con­su­mo gene­ra ganan­cias que –de algu­na mane­ra- ter­mi­nan fue­ra del país. En ese caso las ven­ta­jas son de cor­to pla­zo, pero la depen­den­cia aumen­ta y el futu­ro de esa eco­no­mía y el país esta­rán cada vez más com­pro­me­ti­dos. La infla­ción, cuya deter­mi­na­ción está en manos del poder eco­nó­mi­co, será el ins­tru­men­to para el empo­bre­ci­mien­to colectivo.

LA CORTE SUPREMA VOTÓ CON ESCASA PARTICIPACION

La recien­te elec­ción del nue­vo Pre­si­den­te de la Cor­te Supre­ma de Jus­ti­cia de la Nación es una prue­ba que la cri­sis no solo alcan­za a la ges­tión del Eje­cu­ti­vo y al des­cré­di­to par­la­men­ta­rio. El Poder Judi­cial, en su más alto nivel, no pudo esca­par a ese dete­rio­ro ins­ti­tu­cio­nal por el que está atra­ve­san­do nues­tro país. Entre sus 5 miem­bros debían ele­gir al nue­vo Pre­si­den­te, por los pró­xi­mos 3 años. El gobierno, fal­to de rum­bos y per­di­do en sus pro­pias inter­nas, que­dó bas­tan­te lejos de ese deba­te. La elec­ción ter­mi­nó en algo cer­cano a un escán­da­lo. El nom­bre de Hora­cio Rosat­ti, como nue­vo Pre­si­den­te, venía asomando.

Si bien for­ma­ba par­te del “trío” de pero­nis­tas, Ricar­do Loren­zet­ti –uno de ellos- pre­fe­ría en ese car­go al des­gas­ta­do radi­cal, Car­los Rosen­krantz. Loren­zet­ti ima­gi­nó que su expe­rien­cia en ese car­go –que ocu­pó des­de duran­te más de 11 años (1÷1÷2007 al 30/​9/​2018)− ten­dría mejo­res con­di­cio­nes para seguir mane­jan­do los reser­va­dos sen­de­ros de ese Tri­bu­nal con Rosen­krantz que con Rosat­ti. Es posi­ble que esa pers­pec­ti­va, jun­to a un “opor­tuno” com­pro­mi­so inter­na­cio­nal, le impi­die­ra asis­tir a la reu­nión don­de se haría tal desig­na­ción. Con­si­guió que la Minis­tra Ele­na High­ton de Nolas­co lo acom­pa­ña­ra en tal ausen­cia. De los 5 miem­bros solo 3 que­da­ban en con­di­cio­nes de par­ti­ci­par en la desig­na­ción del futu­ro Pre­si­den­te. Juan Car­los Maque­da, el otro pero­nis­ta que vie­ne des­de la épo­ca de Eduar­do Duhal­de, deci­dió seguir impul­san­do la can­di­da­tu­ra de Rosat­ti, lo acom­pa­ña­ría Rosen­krantz como Vice Pre­si­den­te. Para evi­tar que se pudie­ra argu­men­tar que fue­ra elec­to con solo 2 votos sobre 5 miem­bros, Rosat­ti se votó a sí mis­mo. Así emer­gió esta Cor­te que pare­ce con­ta­gia­da con este virus de ausen­cias, votos en blan­co y debi­li­da­des ins­ti­tu­cio­na­les que pare­ce exten­der­se por la socie­dad. La Cor­te, cabe­za del Poder Judi­cial, que­dó más débil que antes.

Los cues­tio­na­mien­tos son fuer­tes. Des­de el inte­rior de la mis­ma, Loren­zet­ti publi­có una car­ta públi­ca en la que sos­tie­ne que tal elec­ción “repi­te vicios moral y jurí­di­ca­men­te des­ca­li­fi­ca­dos”. En las adya­cen­cias del kirch­ne­ris­mo invo­can la nece­si­dad de un –muy impro­ba­ble- DNU decla­ran­do la posi­bi­li­dad de remo­ción del Supre­mo Tribunal.

La desig­na­ción de Rosat­ti, quien fue­ra –como mili­tan­te del PJ- Inten­den­te de San­ta Fe debe­ría ale­grar al pero­nis­mo. Pero es mayor la des­con­fian­za que la ale­gría. Advier­ten que sus lazos más fuer­tes no están en el pero­nis­mo, sino en la Igle­sia. Recor­de­mos que fue Decano de la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad Cató­li­ca de San­ta Fe. Tales rela­cio­nes tam­bién preo­cu­pan a Mau­ri­cio Macri quien exa­ge­ra al temer­le al “ses­go anti­ca­pi­ta­lis­ta” de sus fallos.

Itu­rria /​Fuen­te

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