Argen­ti­na. La fuer­za del destino

Por Juan Car­los Giu­lia­ni*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de octu­bre de 2021.

La his­to­ria del 17 de octu­bre de 1945 la escri­bió el pue­blo argen­tino en la con­fluen­cia de diver­sos esce­na­rios: En la Pla­za de Mayo, en los luga­res de tra­ba­jo con­ver­ti­dos en ver­da­de­ros cabil­dos abier­tos, en las calles de Rosa­rio, Tucu­mán, el Gran Bue­nos Aires, la Capi­tal Fede­ral y otras ciu­da­des del inte­rior del país. Un río de obre­ros mar­chó con la fir­me deci­sión de res­ca­tar al coro­nel Perón.

Fue una ges­ta heroi­ca, de esas que cor­tan de un hacha­zo un pre­sen­te omi­no­so que pasa a ser pasa­do para comen­zar a narrar de nue­vo la his­to­ria. Un acon­te­ci­mien­to bau­tis­mal para dar vuel­ta la pági­na e ins­ta­lar defi­ni­ti­va­men­te la noción de que los tra­ba­ja­do­res están dis­pues­tos a ser los artí­fi­ces de su pro­pio destino.

Como suce­die­ra tan­tas otras veces, el 17 de octu­bre del 45 el pue­blo demos­tró con cre­ces que esta­ba para más. Los diri­gen­tes van a la retran­ca de la marea de masas que con­vul­sio­na a la Argen­ti­na de posguerra.

Según cons­ta en actas, el Comi­té Cen­tral Con­fe­de­ral de la CGT reu­ni­do el 16 de octu­bre “decla­ra la huel­ga gene­ral de los tra­ba­ja­do­res en todo el país para el día 18 de octu­bre des­de la 0.00 hora has­ta las 24 horas del mis­mo día”.

Los hechos demos­tra­ron que el movi­mien­to obre­ro asen­ta­do en el cor­dón indus­trial de Bue­nos Aires, Rosa­rio, Tucu­mán y otras ciu­da­des, se vol­có a las calles e impu­so de hecho la huel­ga gene­ral sin espe­rar la fecha fija­da por la cúpu­la de la CGT.

No se tra­tó, como pre­ten­den algu­nos, de un hecho ais­la­do y espon­tá­neo. El día 13 de octu­bre se movi­li­zó Rosa­rio en los fri­go­rí­fi­cos y en las calles de la ciu­dad, lue­go la FOTIA en Tucu­mán, y sigue la mar­cha impa­ra­ble en el Gran Bue­nos Aires: Beris­so, Valen­tín Alsi­na, Ave­lla­ne­da, Ense­na­da, van suman­do pre­sen­cia obre­ra a paso for­za­do para ingre­sar el día 16 a la Capi­tal Fede­ral sobre­pa­san­do a la poli­cía que pre­ten­día cerrar los puen­tes y acce­sos para impe­dir el cru­ce de los trabajadores.

Es un levan­ta­mien­to nacio­nal, una rebe­lión popu­lar con una masi­va movi­li­za­ción de los tra­ba­ja­do­res. El 17 de octu­bre es el resul­ta­do del con­flic­to social de cla­ses que pre­si­de las luchas his­tó­ri­cas, pre­sen­tes y futuras.

La for­mi­da­ble movi­li­za­ción popu­lar no sólo con­si­guió la liber­tad de Perón y el man­te­ni­mien­to de las con­quis­tas obre­ras, sino que infli­gió un vuel­co deci­si­vo en la situa­ción polí­ti­ca al ganar la ini­cia­ti­va en todos los fren­tes y rubri­car el cer­ti­fi­ca­do de ingre­so de la cla­se tra­ba­ja­do­ra como pro­ta­go­nis­ta sus­tan­cial de la vida polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal de la Argentina.

El pro­ta­go­nis­mo de los trabajadores

Lo que el Iri­go­ye­nis­mo había con­cre­ta­do legi­ti­man­do la par­ti­ci­pa­ción en la cosa públi­ca de los sec­to­res medios urba­nos y rura­les, el pero­nis­mo lo repro­du­jo con el movi­mien­to obre­ro que has­ta enton­ces figu­ra­ba en los arra­ba­les de los ámbi­tos de deci­sión polí­ti­ca, social, eco­nó­mi­ca y cul­tu­ral de la Nación.

La gigan­tes­ca mar­cha fue con­se­cuen­cia de la amal­ga­ma vic­to­rio­sa de soni­do y furia, per­pe­tua­da a lo lar­go de los años como el ancla­je de la memo­ria colec­ti­va cons­cien­te y con capa­ci­dad de inter­ven­ción en una deter­mi­na­da coyun­tu­ra política.

Se ini­cia un nue­vo tiem­po. Se abren las com­puer­tas de la vida públi­ca a la par­ti­ci­pa­ción de los exclui­dos, para hacer visi­bles a los crea­do­res de la rique­za nacio­nal: es una bisa­gra en la his­to­ria de la cla­se trabajadora.

El 17 de octu­bre los des­ca­mi­sa­dos metie­ron “sus patas en la fuen­te” de la reden­ción, de la dig­ni­dad y la jus­ti­cia social. Ese día se reve­ló a los ojos del poder la Argen­ti­na secre­ta: “Mul­ti­tu­des gri­ses avan­za­ban como un torren­te de plo­mo derre­ti­do, len­tas, gra­ves, con­cen­tra­das en su des­tino…( ) era el sub­sue­lo de la patria suble­va­do”, des­cri­be, con luci­dez, Sca­la­bri­ni Ortiz.

El Impe­ria­lis­mo y las cla­ses domi­nan­tes no tuvie­ron olvi­do ni per­dón con los pro­ta­go­nis­tas de seme­jan­te afren­ta al régi­men oli­gár­qui­co. Por eso, cuan­do lle­gó el momen­to de la res­tau­ra­ción con­ser­va­do­ra una déca­da des­pués, la res­pues­ta fue impla­ca­ble, impia­do­sa, criminal.

El 17 de octu­bre, con los tra­ba­ja­do­res y el pue­blo en las calles; La “Revo­lu­ción Fusi­la­do­ra” de 1955 al ser­vi­cio de los mono­po­lios; la Resis­ten­cia Pero­nis­ta pro­ta­go­ni­za­da por los tra­ba­ja­do­res y el pue­blo; el Cor­do­ba­zo, una rebe­lión obre­ra-estu­dian­til que des­es­ta­bi­li­zó la dic­ta­du­ra de Onga­nía y el gol­pe de Esta­do del ’76 que pro­du­jo el geno­ci­dio más bru­tal de la his­to­ria, mar­can otros tan­tos capí­tu­los del enfren­ta­mien­to incon­clu­so entre pue­blo y oligarquía.

El 19 y 20 de diciem­bre de 2001 va a reapa­re­cer la Argen­ti­na sub­te­rrá­nea: Tra­ba­ja­do­res, sec­to­res medios y una ava­lan­cha de jóve­nes se mez­cla­ron en las calles y las pla­zas de todo el país para res­ca­tar el sen­ti­do de per­te­nen­cia a la cau­sa nacio­nal y hacer tro­nar el escarmiento.

Para sepa­rar la paja del tri­go lo pri­me­ro que tene­mos que tener en cla­ro es saber cuál es la fuer­za pro­pia, dis­tin­guir­la de la alia­da y, con mucha más razón, de la del enemi­go. No hay estra­te­gia posi­ble, ni tác­ti­cas coyun­tu­ra­les que ali­men­ten esa estra­te­gia, si no se dife­ren­cian las fuer­zas que com­po­nen el cam­po popu­lar –fuer­za pro­pia y alia­da- del enemigo.

Un enemi­go que sis­te­má­ti­ca­men­te ope­ra en todas las direc­cio­nes para evi­tar que tome altu­ra el pro­yec­to eman­ci­pa­dor que apun­ta a cons­truir la Nue­va Argen­ti­na. Por eso es tan impor­tan­te que todo lo que haya que dis­cu­tir se dis­cu­ta a par­tir de una prác­ti­ca trans­for­ma­do­ra, que cues­tio­ne de raíz el dis­cur­so mon­ta­do en el no se pue­de, la inac­ción, la pará­li­sis social. Por lo tan­to, con­ju­gar teo­ría y prác­ti­ca en la reali­dad coti­dia­na impli­ca no per­der de vis­ta nues­tra pla­ni­fi­ca­ción común para gobernarnos.

Lo que dis­tin­gue a una socie­dad jus­ta de otra des­igual es la uni­ver­sa­li­dad de las polí­ti­cas. Mien­tras se pro­si­ga con la apli­ca­ción de polí­ti­cas foca­li­za­das se repro­du­cen la pobre­za, la mar­gi­na­ción social y el clien­te­lis­mo polí­ti­co. Somos pro­mo­to­res de polí­ti­cas uni­ver­sa­les, para todos. Para ter­mi­nar con el ham­bre, la explo­ta­ción, la depen­den­cia. Para tener un des­tino dife­ren­te a casi 40 años de implan­ta­da una demo­cra­cia de baja inten­si­dad, pla­ni­fi­ca­da para que la mayo­ría de la pobla­ción sobre­vi­va a duras penas, mien­tras se acre­cien­tan la con­cen­tra­ción y extran­je­ri­za­ción de la rique­za y el saqueo de nues­tros bie­nes naturales.

Nadie nos rega­la­rá lo que no sepa­mos con­se­guir por noso­tros mis­mos. La pue­bla­da del 17 de octu­bre del ’45 es, para noso­tros, los tra­ba­ja­do­res, una fuen­te de ins­pi­ra­ción. Esta expe­rien­cia ‑que decan­ta en un pro­ce­so don­de sur­ge con mayor niti­dez el suje­to orga­ni­za­do y cons­cien­te que se va auto­con­vo­can­do en un Movi­mien­to Polí­ti­co, Social y Cul­tu­ral de Libe­ra­ción- requie­re dar cuen­ta de la impor­tan­cia estra­té­gi­ca del terri­to­rio a la hora de con­ta­bi­li­zar el pro­ta­go­nis­mo popu­lar en los con­flic­tos socia­les, de con­fron­ta­ción con el poder hegemónico.

Orga­ni­zar esa rebel­día colec­ti­va, cana­li­zar­la y dar­le un sen­ti­do supe­ra­dor es el mayor desa­fío del momento.

Vamos a dispu­tar el pro­yec­to de Nación con los gru­pos domi­nan­tes si pasa­mos de admi­nis­trar lo posi­ble a cons­truir las trans­for­ma­cio­nes nece­sa­rias para res­tau­rar la Jus­ti­cia Social y devol­ver la feli­ci­dad a nues­tro pue­blo. Para ello, es menes­ter poner en la can­cha una fuer­za polí­ti­ca inte­gral que se plan­tee gober­nar nues­tro des­tino de Patria Soberana.

*Vocal de la Comi­sión Eje­cu­ti­va Regio­nal de la CTA Autó­no­ma Río Cuar­to. Con­gre­sal Nacio­nal de la CTA‑A en repre­sen­ta­ción de la pro­vin­cia de Córdoba

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