Resumen Latinoamericano, 17 de octubre de 2021.
Comunicado:
Para la historia de los desposeídos, de los que a través del tiempo siempre han tenido que poner el cuerpo para ganar pedacitos de sobrevivencia, el 17 de Octubre de 1945 no es una fecha más, sino una irrupción masiva en los mecanismos de cambio de la política argentina. Ese día y los previos, fueron el resultado de innumerables discusiones en los barrios, en las fábricas, en los frigoríficos. Allí, en esos escenarios inhumanos, donde los “pata al suelo” sufrían diariamente las penurias de la explotación, comenzaron a gestarse impredecibles batallas frente a patrones que en su mayoría eran gringos o que se subordinaban dócilmente a las directrices que llegaban desde fuera del país. De esas asambleas espontáneas y de la interrelación con el coronel Perón, que escuchaba ‑en la Secretaría de Trabajo- las múltiples demandas con que lo interpelaban obreros y obreras mal pagos, nació la semilla de un tipo de relación novedosa para esos tiempos que muy pronto germinó en esperanza.
El bullicio que significaba que los hombres y las mujeres de las barriadas del Gran Buenos Aires y de las provincias impregnadas de pobreza, discutieran política a su manera y sintieran que ya estaba bien de tanta explotación, transformó la bronca en acción el día que ese incipiente líder uniformado fuera detenido por sus compañeros de armas y confinado en la Isla de Martín García.
Ese fue el momento en que las palabras ya estaban de más y era necesario demostrar y demostrarse que el pueblo, los hombres, las mujeres y los jóvenes, puede constituirse en sujeto de cambio y echarse a andar, arrasando con las injusticias que les impusieran los de arriba. Así, con la alegría de marchar juntos y juntas, saberse protagonistas y mostrar a quien se les interpusiera en el camino, toda la rabia de los que tienen el lomo marcado de dolores, no hubo puentes ni ríos ni milicos que pudieran frenar la gigantesca insurrección popular que culminó en Plaza de Mayo reencontrándose con quien de hecho proclamaban como su conductor. Nacía de esta forma un país distinto donde las y los trabajadores se empoderaron como nunca antes había ocurrido. Fueron 9 años que marcaron la historia y dejaron una profunda huella en el imaginario popular, a pesar de que no todos fueron días en que el sol brillara como en el 45.
Setenta y seis años después, ese sujeto que protagonizó aquella patriada “descamisada” irreverente y otras que vinieron posteriormente, como el Cordobazo de 1969 y el Argentinazo del 2001, ha cambiado radicalmente. A fuerza de políticas capitalistas salvajes aplicadas intermitentemente desde 1955 en adelante ‑con la excepción de pequeños períodos de tiempo- la clase obrera ha sufrido retrocesos importantes y en algunas instancias ha desaparecido por completo, dando paso a legiones de desocupados y desocupadas a quienes se intenta conformar con dádivas humillantes. Las causas que generaron el hartazgo popular y levantamiento masivo posterior del 17 de Octubre, no solo son las mismas sino que se han profundizado. Lo saben mejor que nadie nuestros compañeros y compañeras en los barrios periféricos de cada ciudad del país, donde escasea el agua potable, faltan cloacas, las calles son de tierra y siguen anegándose cuando llueve, y lo más grave de todo: en la mesa familiar, tener tres comidas diarias es un lujo que no está al alcance de las mayorías.
El contraste con la otra clase sigue siendo brutal: empresarios cada vez más ricos producto de las prebendas y los guiños de los que gobiernan, con quienes cohabitan en barrios como Puerto Madero, trasnacionales que destruyen la tierra con el producto de sus “inversiones” y además se llevan todas las ganancias dejando nuestros territorios convertidos en un páramo, una franja de dirigentes sindicales que se han travestido en empresarios y serviciales ejecutores de las instrucciones desmovilizadaras que les marcan desde el poder, y por encima de toda esta marea involucionista, la decisión contra natura, de un gobierno que se dijo “nacional y popular” que insiste en pagar una deuda que el pueblo no contrajo, y se arrodilla ante el Fondo Monetario Internacional, que es lo mismo que decir, ante los intereses del imperio occidental en su conjunto. En medio de toda esta realidad, la derecha se expresa y avanza en todas sus variantes, desde su face corrupta, entreguista y gorila del macrismo, pasando por el neofascismo de los Milei, Bullrich y Espert, hasta el rostro neoliberal gubernista, donde personajes como Manzur y Aníbal Fernández, son sus representantes más elocuentes.
Sin embargo y teniendo en cuenta que ese sujeto de cambio revolucionario que se expresó ese 17 de Octubre del 45 ha sufrido una innegable y profunda involución, pero a pesar de todo no ha desaparecido y es posible, si nos empeñamos, reconstruirlo, adaptado a los tiempos que corren. Hay mucha de esa esencia rebelde y creadora anidando en barrios y fábricas, en las peleas cotidianas por el pan, el techo y el trabajo que nos niegan, en el enfrentamiento contra las fuerzas represivas que invaden con su prepotencia nuestros espacios cotidianos, en el ejemplo de resistencia de nuestros pueblos originarios que reclaman con toda lógica su autodeterminación, en las poderosas luchas de las compañeras feministas y las disidencias, en las enormes batallas que se libran a diario contra el extractivismo y también en las iniciativas populares para defender la soberanía que los gobiernos entregan groseramente.
A 76 años del 17, y con la misma decisión de aquellas y aquellos que se echaron al hombro la necesidad de cambiar el orden injusto que padecían, volvemos a proclamar que no creemos en estas democracias que se han convertido en trampas de nuestras ansias de liberación nacional y social, que estamos convencidas y convencidos que solo en la lucha en las calles y no en los despachos burocráticos o en los parlamentos de la burguesía, se elevará nuestra conciencia como pueblo para construir victorias duraderas. En este nuevo 17 reiteramos que seguimos siendo “el subsuelo de la Patria sublevada” porque solo el pueblo salvará al pueblo.
LA LEALTAD ES CON EL PUEBLO!
UNIRSE DESDE ABAJO, ORGANIZARSE COMBATIENDO!
OLP-RESISTIR Y LUCHAR