Chi­le. Cuar­to Reti­ro: Réquiem para el Mode­lo Neoliberal

por Fran­cis­co Herre­ros*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 1 de octu­bre de 2021.

El ban­do del neo­li­be­ra­lis­mo estra­té­gi­co se jugó ente­ro con­tra el cuar­to reti­ro del 10% de los fon­dos de las AFP, pero pare­ce evi­den­te que sus bonos van a la baja, y que el horno no está para bollos.

De esa mane­ra, con un voto más de los 93 que exi­gía el ele­va­do quo­rum, se apro­bó la refor­ma que lo per­mi­te, un gol­pe espe­cial­men­te duro para cua­tro cate­go­rías de perdedores.

Entre los 17 votos de dere­cha que le die­ron la pasa­da a un misil a la línea de flo­ta­ción del sis­te­ma de AFP, 13 fue­ron de Reno­va­ción Nacio­nal (1), el par­ti­do del pre­si­den­te. Si eso no repre­sen­ta la opi­nión de la dere­cha tra­di­cio­nal sobre el gobierno de Piñe­ra, pasa ras­pan­do. Cua­tro fue­ron de la UDI (2) y uno inde­pen­dien­te de dere­cha (3).

Entre las nue­ve abs­ten­cio­nes, se regis­tró una curio­sa dis­per­sión: cua­tro de la UDI (4), tres inde­pen­dien­tes inca­li­fi­ca­bles (5), dos «socia­lis­tas» (6), uno de Evó­po­li (7) y uno de RN (8).

Es cier­to que en el Sena­do, even­tual­men­te, la refor­ma podría per­der, por aque­llo del inten­to de ali­nea­ción empren­di­do por el par­ti­do del orden, pero ya no le es posi­ble vol­ver a fojas cero; apar­te que, al igual que en la cáma­ra, pue­de resul­tar deci­si­vo para los votos inde­ci­sos de la opo­si­ción, el cono­ci­mien­to de que el can­di­da­to pre­si­den­cial de la dere­cha, Sebas­tián Sichel y otros con­no­ta­dos per­so­na­jes del mis­mo sec­tor (9), voce­ros de la pré­di­ca apo­ca­líp­ti­ca que sobre­ven­dría con el cuar­to reti­ro, habían reti­ra­do con­ve­nien­te­men­te sus fon­dos, con arre­glo a la ley no escri­ta pero inva­ria­ble, de que aque­llo que la dere­cha cen­su­ra o cri­ti­ca es váli­do para los demás, nun­ca para ellos.

En el peor de los casos, una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va del pro­yec­to se apro­ba­rá en comi­sión mix­ta. El gobierno dis­po­ne del veto, pero así como están las tor­nas, mejor ni lo inten­te. Tam­po­co le que­da la car­ta del ile­gí­ti­mo Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal, por­que es sufi­cien­te­men­te cono­ci­do como le fue.

La cue­ca de los que pierden

Saca­das las pri­me­ras cuen­tas, apa­re­cen, como se dijo, cua­tro cate­go­rías de perdedores.

El pri­me­ro es, sin géne­ro de dudas, el sis­te­ma pri­va­do de pen­sio­nes. El cuar­to reti­ro impli­ca la reduc­ción del 40% de los fon­dos, y una pér­di­da sig­ni­fi­ca­ti­va de clien­te­la cautiva.

De acuer­do al repor­te de la Super­in­ten­den­cia de Pen­sio­nes, has­ta el vier­nes 24 de sep­tiem­bre, el sis­te­ma había cur­sa­do 26.696.203 ope­ra­cio­nes de pago por los tres reti­ros de fon­dos de pen­sio­nes, por un total de US$ 49.119 millones.

Con la mis­ma inmo­ra­li­dad e incon­se­cuen­cia de minis­tros y polí­ti­cos de dere­cha, que del dis­cur­so hacia afue­ra con­de­na­ron el cuar­to reti­ro por­que pro­pi­cia­ría pun­to menos que el cata­clis­mo eco­nó­mi­co, lo cual no impi­dió que eje­cu­ta­sen sus pro­pios reti­ros, el Ban­co Cen­tral, gua­ri­po­la de la cam­pa­ña del terror, le ocul­tó a los chi­le­nos que des­ti­nó al menos US$30 mil millo­nes para sol­ven­tar las ope­ra­cio­nes de los tres pri­me­ros reti­ros de las AFP.

En el comu­ni­ca­do de rigor, una vez que la indis­cre­ción del dipu­tado Gui­ller­mo Ramí­rez des­ta­pó el escán­da­lo, el Ban­co Cen­tral reco­no­ció el uso de esos recur­sos, pero lo redu­jo una vez más a la abs­tru­sa ter­mi­no­lo­gía téc­ni­ca que ocul­ta la per­ma­nen­te inter­ven­ción del Esta­do en bene­fi­cio del sec­tor pri­va­do, siem­pre a pre­tex­to del res­guar­do de la esta­bi­li­dad de la mone­da, el sis­te­ma de pagos y los mer­ca­dos. O sea, por defi­ni­ción, los chi­le­nos, o «las fami­lias», están con­de­na­dos eter­na­men­te a perder.

Se tra­tó, en pala­bras del orga­nis­mo, de un «pro­gra­ma espe­cial de ope­ra­cio­nes de com­pra al con­ta­do rea­li­za­da con­jun­ta y simul­tá­nea­men­te con una ven­ta a pla­zo, a uno o tres meses, en el mer­ca­do abier­to, de bonos emi­ti­dos por empre­sas ban­ca­rias (Pro­gra­ma CC-VP), por una suma de has­ta por US$10.000 millo­nes en cada oca­sión»; es decir, US$30.000 millones.

Con­for­me al comu­ni­ca­do, «las recom­pras com­pro­me­ti­das han sido cum­pli­das ínte­gra­men­te den­tro de los pla­zos esti­pu­la­dos, que­dan­do pen­dien­te solo el sal­do corres­pon­dien­te a la últi­ma ope­ra­ción aso­cia­da al ter­cer reti­ro, y no han afec­ta­do el patri­mo­nio de la Ins­ti­tu­ción finan­cie­ra del Estado».

Era que no. Pero ese no es el punto.

Según Ramí­rez, el Ban­co Cen­tral le habría dicho a las comi­sio­nes par­la­men­ta­rias, que no que­da­ba pla­ta para finan­ciar el cuar­to reti­ro, y que por tan­to, el des­ca­la­bro era inminente.

En con­se­cuen­cia, no se pue­de afir­mar la neu­tra­li­dad del apo­yo del BC a las AFP.

Ade­más, los eco­no­mis­tas neo­li­be­ra­les, entre ellos los inte­gran­tes del direc­to­rio del BC, olvi­dan con­ve­nien­te­men­te, el cos­to de opor­tu­ni­dad; que en otras cir­cuns­tan­cias, enar­bo­lan con entusiasmo.

La des­ti­na­ción de US$30 mil millo­nes del pre­su­pues­to públi­co para finan­ciar las ope­ra­cio­nes de las AFP, tie­ne el cos­to de opor­tu­ni­dad de no haber sido inver­ti­do en otros usos, pro­ba­ble­men­te más productivos.

Afir­mar que no hubo afec­ta­ción del patri­mo­nio públi­co, no es sino un nue­vo embus­te de cuño neoliberal.

Todo esto, por cier­to, es impre­sen­ta­ble. Por tan­to, retor­nar al 30 de julio de 2020, día en que se publi­có la Ley Nº 21.248, que posi­bi­li­tó el pri­mer reti­ro; en un esce­na­rio polí­ti­co don­de una Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal se supo­ne redac­ta­rá un nue­vo con­tra­to social, y en el con­tex­to de un pro­ba­ble gobierno de izquier­da refor­mis­ta; más que her­cú­lea, es tarea imposible.

El sis­te­ma de AFP es el pasa­do. De lo que se tra­ta aho­ra, es la nego­cia­ción polí­ti­ca del sis­te­ma que viene.

El segun­do gran derro­ta­do es el gobierno de Piñera.

Para un suje­to que supues­ta­men­te sacri­fi­có el dis­fru­te de su con­si­de­ra­ble for­tu­na, por mal habi­da que sea, a la tarea polí­ti­ca de aper­nar el neo­li­be­ra­lis­mo estra­té­gi­co, el hecho de que 13 dipu­tados de su par­ti­do, es decir el 38,2%, hayan apro­ba­do el cuar­to reti­ro, que fir­ma el acta de defun­ción del sis­te­ma de AFP, es una asti­lla del mis­mo palo par­ti­cu­lar­men­te dolo­ro­sa: repre­sen­ta, a fin de cuen­tas, el fra­ca­so del polí­ti­co que se hizo millo­na­rio para com­ple­tar la tarea his­tó­ri­ca del neo­li­be­ra­lis­mo, empren­di­da, entre otros, por el gene­ral Pino­chet y su her­mano José, per­so­na­jes a los cua­les, para­dó­ji­ca­men­te, admi­ra y detesta.

Sin per­jui­cio de la letra chi­ca, su débil con­tra­gol­pe al cuar­to reti­ro, la ley cor­ta de refor­ma de pen­sio­nes, pasó sin pena ni glo­ria ni impi­dió la deba­cle, ima­gen de la irre­le­van­cia y la irrisión.

El ter­cer derro­ta­do es el can­di­da­to de la dere­cha, Sebas­tián Sichel.

Enar­de­ci­do por el ines­pe­ra­do triun­fo en las pri­ma­rias, se las dio de she­riff del con­da­do y ame­na­zó con vigi­lar a los par­la­men­ta­rios de dere­cha que con­des­cen­die­sen con el cuar­to reti­ro, igno­ran­do aque­lla vie­ja máxi­ma que acon­se­ja al adve­ne­di­zo abs­te­ner­se de patear el avispero.

Paso en fal­so. Puso en jue­go su lide­raz­go y capa­ci­dad de orde­nar a la coa­li­ción, sin ropa sufi­cien­te ni el res­pal­do de títu­los aca­dé­mi­cos, empre­sa­ria­les o pro­fe­sio­na­les, tan caros a la dere­cha vernácula.

En resu­men que­dó en cue­ros: un aven­tu­re­ro de la polí­ti­ca, un hom­bre de múl­ti­ples ros­tros, la apues­ta fue­ra de table­ro de la dere­cha económica.

Más aún cuan­do, en un uni­ver­so neu­ro­nal­men­te inter­co­nec­ta­do, no podía sino saber­se que había efec­tua­do al menos un reti­ro del 10% de su fon­do. En redes socia­les se afir­ma que Sichel sacó $4.199.836 en dos pagos de $2.099.918 de AFP Cuprum, corres­pon­dien­tes al pri­mer reti­ro del 10%.

Sichel no solo no lo des­min­tió sino ape­ló a insos­te­ni­bles sofis­mas, del tipo «no voy a caer en ese deba­te moral», lo cual, natu­ral­men­te, pro­fun­di­zó las con­se­cuen­cias del error.

La para­do­ja con­sis­te en que el gra­ve, casi deci­si­vo tras­pié de Sichel, en una cam­pa­ña de suyo cor­ta, suma­do a su men­gua­da per­for­man­ce en el deba­te tele­vi­si­vo, incen­ti­va las posi­bi­li­da­des del ultra­de­re­chis­ta José Anto­nio Kast, lo cual redun­da en bene­fi­cio de la antí­te­sis natu­ral de ambos, el can­di­da­to de Aprue­bo Dig­ni­dad, Gabriel Boric, que en su pro­gra­ma pro­po­ne reem­pla­zar el sis­te­ma de AFP por un «órgano públi­co, autó­no­mo, idó­neo téc­ni­ca­men­te, pari­ta­rio y con repre­sen­ta­ción inci­den­te de los/​as trabajadores/​as, que invier­ta esos recur­sos con reglas de inver­sión jus­tas y sostenibles».

El cuar­to derro­ta­do es la cam­pa­ña del terror des­ata­da por el neo­li­be­ra­lis­mo enquis­ta­do en diver­sos nive­les del apa­ra­to del Esta­do, bajo la con­duc­ción asor­di­na­da del Ban­co Central.

Es posi­ble que sin la meti­da de pata del dipu­tado Ramí­rez, pudo, como en otra oca­sio­nes, haber cul­mi­na­do con éxi­to. Pero por razo­nes que es nece­sa­rio ana­li­zar en pro­fun­di­dad, el enca­de­na­mien­to de los suce­sos derri­ba una y otra vez las barri­ca­das ideo­ló­gi­cas del neo­li­be­ra­lis­mo estra­té­gi­co, que, en defi­ni­ti­va, no está dan­do pie con bola.

Por lo demás, has­ta don­de se sabe, nin­gu­na de las espan­to­sas pre­dic­cio­nes de sus sacer­do­tes se ha cum­pli­do ‑ni en pan­de­mia- y por el con­tra­rio, hay sóli­da evi­den­cia de que la eco­no­mía chi­le­na ha capea­do, mal que bien, el tem­po­ral de la de la quin­tu­ple cri­sis ‑sani­ta­ria, polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca, éti­ca y social‑, gra­cias a los reti­ros de las AFP.

Es pro­ba­ble que el capi­ta­lis­mo cor­po­ra­ti­vo pier­da su prin­ci­pal fuen­te de finan­cia­mien­to, el aho­rro for­zo­so de los tra­ba­ja­do­res, pero eso no es un pro­ble­ma eco­nó­mi­co, sino político.

Prin­ci­pa­les disposiciones

La refor­ma cons­ti­tu­cio­nal per­mi­te un cuar­to reti­ro del 10%, inclu­ye a los pen­sio­na­dos de ren­tas vita­li­cias, auto­ri­za el reti­ro del 100% de los fon­dos de AFP para quie­nes cer­ti­fi­quen enfer­me­da­des catas­tró­fi­cas o de alto cos­to y res­guar­da el pago de pen­sio­nes de ali­men­tos impagas.

El reti­ro fija un mon­to máxi­mo de 150 UF y un mon­to míni­mo de 35 UF. Si el mon­to es menor a 35 UF, se podrá reti­rar la tota­li­dad de los fondos.

Quie­nes padez­can diag­nós­ti­cos y tra­ta­mien­tos de alto cos­to, según las leyes 20.850, cono­ci­da como Ricar­te Soto, y 19.779, de enfer­me­da­des catas­tró­fi­cas, podrán reti­rar el total de los mon­tos acu­mu­la­dos, con tope de 1.350 UF; $40,613.400 a la coti­za­ción de hoy,

Como en la ante­rio­res opor­tu­ni­da­des, los fon­dos reti­ra­dos son intan­gi­bles a efec­to legal, inem­bar­ga­bles y libres de cual­quier reten­ción, des­cuen­to, com­pen­sa­ción legal o con­trac­tual o cual­quier for­ma de afec­ta­ción judi­cial o admi­nis­tra­ti­va; sin per­jui­cio de la reten­ción, sus­pen­sión y embar­ga­bi­li­dad por deu­das ori­gi­na­das por pen­sio­nes de ali­men­tos impagas

El pro­yec­to inclu­ye un segun­do anti­ci­po del 10% para los pen­sio­na­dos por ren­tas vita­li­cias o sus bene­fi­cia­rios por un mon­to máxi­mo de 150 UF. Los pen­sio­na­dos de ren­tas vita­li­cias podrán optar al pilar soli­da­rio en las mis­mas con­di­cio­nes que los pen­sio­na­dos por reti­ro programado.

En pri­me­ra fase, el des­tino de la refor­ma en el sena­do se anti­ci­pa­da oscuro.

Pero si se suman el resul­ta­do en dipu­tados, el tro­pe­zón de los reti­ros de minis­tros, altos fun­cio­na­rios y par­la­men­ta­rios de dere­cha, cálcu­lo elec­to­ral y la direc­ción del vien­to his­tó­ri­co, no es para nada un des­va­río supo­ner que allí la refor­ma tam­bién ter­mi­na­rá por ser aprobada.

De ser así, empe­za­rían a sonar los pri­me­ros acor­des del réquiem para el sis­te­ma pri­va­do de pen­sio­nes, uno de los prin­ci­pa­les pila­res del mode­lo neoliberal.

(*) Direc­tor de Red Digital.

Notas

(1) Ber­nar­do Ber­ger, Eduar­do Durán, Jor­ge Durán, Ramón Galle­gui­llos, Cami­lo Morán, Fran­ces­ca Muñoz, Pau­li­na Núñez, Eri­ka Oli­ve­ra, Pablo Prie­to, Jor­ge Rath­geb, Hugo Rey, Ale­jan­dro San­ta­na, Frank Sauerbaum

(2) Pedro Pablo Alva­rez-Sala­man­ca, Álva­ro Car­ter, Nora Cue­vas, Rolan­do Rentería

(3) Vir­gi­nia Tron­co­so, exclui­da de la UDI por apo­yar la los pro­yec­tos de ley de euta­na­sia y e impues­to a los súper ricos

(4) Joa­quín Lavín, Cel­so Mora­les, Cristhian Morei­ra, Gas­tón Von Mühlenbrock.

(5) Los tráns­fu­gas y cama­leó­ni­cos José Auth, Car­los A. Jar­pa y Pablo Lorenzini.

(6) Mar­ce­lo Schi­lling, Jai­me Tohá.

(7) Sebas­tián Alvarez

(8) Miguel Mellado

(9) Rodri­go Cer­da, Minis­tro de Hacien­da; minis­tra de Medio Ambien­te, Caro­li­na Sch­midt; can­di­da­to pre­si­den­cial Sebas­tián Sichel; Kathy Mar­to­rell, por­ta­voz del coman­do de Sichel; Jai­me Maña­lich, ex minis­tro de Salud; Mar­ce­la Cubi­llos, cons­ti­tu­yen­te; Tere­sa Mar­ti­no­vic, cons­ti­tu­yen­te; Xime­na Ossan­dón, dipu­tada; Die­go Shal­per, dipu­tado, entre los cono­ci­dos has­ta ahora.

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