Resumen Latinoamericano, 13 de octubre de 2021.
En su obra Afterlives analiza los efectos del colonialismo alemán en Tanzania y sus consecuencias a lo largo de las generaciones.
El escritor Abdulrazak Gurnah recibió el Premio Nobel de Literatura de este año tras una trayectoria que incluye, hasta el momento, varios cuentos y diez novelas en las que narra sus vivencias sobre los refugiados y el destierro que él mismo vivió.
Tras más de 30 años, Gurnah se convirtió en el primer autor africano de color en ganar el galardón. Nació en Zanzíbar, archipiélago de Tanzania, pero desde 1960 vive en Inglaterra.
Estuvo disputando este premio junto con otros candidatos como Annie Ernaux, Ngũgĩ wa Thiong’o, e incuso Haruki Murakami, quien era uno de los favoritos para ser llevarse el premio.
Narrar para los desarraigados
Gurnah expresó en su momento que jamás imaginó que llegaría a convertirse en un escritor. “Nunca se me ocurrió. No era algo que pudieras decir cuando eras pequeño”, dijo en una entrevista.
Diversos hechos lo llevaron hacia la escritura como forma de expresión y protesta ante sus propias vivencias. Por ejemplo, en 1964, cuando tenía 18 años de edad, fue testigo de un levantamiento violento que lo obligó a huir de su hogar.
La nostalgia, la pobreza y la miseria lo acompañaron en su nueva realidad. Desde entonces comenzó a escribir en un diario. Estos pequeños escritos se fueron extendiendo hasta ser historias sobre otras personas.
Así fue forjando un hábito que le permitía manifestar su propia historia de desarraigo, hasta que finalmente nació su primera novela, seguida por nueve obras más en las que da cuenta sobre el desplazamiento, la guerra y el colonialismo.
Según el escritor, su mayor motivación fue «la experiencia de escribir fue la idea de perder tu lugar en el mundo”.
Esta experiencia, narrada en sus obras, le ha concedido el reconocimiento literario con más prestigio en el mundo, destacanso su “discernimiento inflexible y compasivo de los efectos del colonialismo y del destino del refugiado en el abismo entre cultura y continentes”.
Otro reconocimiento para un escritor africano
Gurnah, a sus 72 años de edad, ganó el Premio Nobel de Literatura tras de más de una década desde que lo recibiera un autor africano.
Anteriormente lo han obtenido el nigeriano Wole Soyinka en 1986; el egipcio Naguib Mahfouz en 1988; los sudafricanos Nadine Gordimer en 1991 y John Maxwell Coetzee en 2003; así como la británica-zimbabuense Doris Lessing en 2007.
Este premio también ha recibido algunas críticas sobre la diversidad de sus ganadores, como la realizada por la periodista Greta Thurfjell, quien en su momento alegó que de los 117 galardonados, al menos 95 eran estadounidenses o europeos. Además, solamente 16 eran mujeres.
Resaltar la identidad a través de sus obras
En las diez novelas escritas por Gurnah se puede constatar su interés frecuente sobre los temas de la identidad, el exilio y la pertenencia.
En sus trabajos Memory of Departure, Pilgrims Way y Dotte narra la experiencia de los inmigrantes en el Reino Unido.
De igual forma, Paraíso plantea la historia de un niño en un país de África Oriental que ha tenido que vivir el precio del colonialismo.
Por su parte, en Precario silencio relata la vida de un joven que sale de Zanzíbar rumbo a Inglaterra, en donde se casa y llega a convertirse en maestro.
Su obra más reciente es Afterlives, en la cual analiza los efectos del colonialismo alemán en Tanzania y sus consecuencias a lo largo de las generaciones, detallando cómo este dividió a las comunidades.
El presidente del comité que concede el premio, Anders Olsson, aseguró que Gurnah “es reconocido como uno de los escritores poscoloniales más destacados del mundo (…) ha incursionado sistemáticamente y con gran compasión en los efectos del colonialismo en África Oriental y sus efectos en la vida de las personas desarraigadas y emigrantes”.
Manifestó que los personajes de las novelas de Gurnah se ubican “entre la vida que dejaron atrás y la vida por venir, confrontan el racismo y los prejuicios, pero también se convencen a sí mismos de silenciar la verdad o reinventar sus biografías para evitar conflictos con la realidad”.
Aunque la lengua nativa de Gurnah es el suajili, el autor adoptó el inglés con fines literarios. Tomó como inspiración la poesía persa y árabe, en especial Las Mil y una noches.
Fuente: Telesurtv.