No salen de los medios. La campaña de potenciar a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para que coja carrerilla y deje atrás la muerte lenta de Unidas Podemos con otra formación, se está ejecutando con exactitud. Yo dije, él dijo, ella sostiene, ella prometió, crisis de gobierno, dos sensibilidades… el caso es que Sánchez y Díaz ‑con algún escolta tipo la ministra de Economía- aparezcan en Falsimedia permanentemente, y en una sociedad sin militancia social, donde la imagen lo es todo para el sistema, resulta imprescindible ver a Yolanda en la panatalla, sus ropas y buenos modales, sus elogios a la socialdemocracia y a Sánchez como argumentos de seducción política. El PSOE sabe que si su flanco izquierdo no remonta y obtiene unos resultados satisfactorios, no será posible seguir con lo que ellos, el entramado socialdemócrata, llama «gobierno progresista». Agotado Pablo Iglesias el relevo de Díaz se hizo imprescindible para llegar a ese electorado reformista que no quiere votar al PSOE pero que no se quiere alejarse de él.
Hoy, que se cumple aniversario del «por el cambio» que dió al felipismo el espaldarazo de los grandes poderes para gobernar el país (desindutrialización, UE, OTAN…), en Ferraz saben que es imposible sacar 176 diputados y hay que maniobrar desde el principio para que el régimen del 78 siga con vida.
