Resumen Latinoamericano, 19 de octubre de 2021.
La nación caribeña padece un creciente estado de inseguridad producto de la desigualdad social y control de pandillas sobre territorios.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, fue atacado por bandas armadas este domingo cuando, junto a una delegación oficial se disponía a depositar la tradicional ofrenda floral en el distrito Pont Rouge con motivo del 215 aniversario del asesinato de Jean-Jacques Dessalines, fundador de la Patria.
Individuos fuertemente armados, en una zona controlada por la coalición de pandillas Gang (G‑9) dispararon contra la caravana gubernamental y los obligaron a retroceder; tras lo cual realizaron el tradicional homenaje en el Museo del Panteón Nacional de Haití (Mupanah).
Henry acompañado por el ministro de Justicia, Liszt Quitel, y otros miembros del Gobierno, tras verse forzados a variar su destino, depositó dos ofrendas florales, una en el hotel de la Patrie, y la otra en la plaza pública de Marchand Dessalines, para honrar el asesinato de Jean-Jacques Dessalines por enemigos de la nación el 17 de octubre de 1806.
El primer Ministro haitiano declaró que “con motivo del 215 aniversario del asesinato, en Pont Rouge, del ilustre fundador de la nación, Jean-Jacques Dessalines, acabo de depositar, en memoria del Emperador, una ofrenda floral al Altar de la Patria donde yacen sus restos imperecederos”.
Por su parte, el ex policía Jimmy Chérizier, alias «Barbecue», líder de G‑9, y quien había anunciado que el Ejecutivo no podía poner un pie en Pont-Rouge este domingo, fue quien realizó un depósito floral vestido de blanco (atuendo que promulga paz y empleado por los mandatarios en sus homenajes), y rodeado de muchos encapuchados armados al pie del monumento del Emperador, donde también hay una foto del presidente asesinado Jovenel Moïse.
Este suceso se suma a otros de violencia perpetrados en la nación caribeña, desde hace varios años bajo la inseguridad derivada del control por parte de pandillas de amplias zonas de Puerto Príncipe (capital), y sus alrededores; por lo cual la capital haitiana despertó este lunes con las calles vacías, negocios y escuelas cerradas, y sin transporte colectivo, como parte de una huelga contra la inseguridad, los secuestros, asesinatos e inestabilidad que se vive.
A propósito, el pasado fin de semana 17 misioneros estadounidenses y canadienses, entre los que se incluyen cinco niños, fueron secuestrados por hombres armados mientras regresaban de un orfanato en Croix de Buquets, una zona bajo el control de la pandilla 400 Mawozo. Las autoridades haitianas y de Estados Unidos trabajan de conjunto para lograr su liberación.
Desde 2018, ninguna autoridad ha podido ir a Pont-Rouge para conmemorar el asesinato del padre fundador de la Nación, Jean-Jacques Dessalines, debido al control de esa área por parte de las bandas armadas. Precisamente el asesinado presidente Jovenel Moïse, acompañado por el entonces primer ministro Jean-Henry Céant fue el último en hacerlo, aunque tuvieron que marcharse del homenaje bajo el fuego de las pandillas.
Fuente: TeleSUR