Apartir de hoy todos los trabajadores italianos deben presentar un pasaporte de vacunas, llamado “tarjeta verde”, para no ser despedidos y la respuesta ha sido una huelga que ha comenzado por los estibadores portuarios, que esta mañana han comenzado a bloquear puertos, como los de Génova o Trieste.
Los estibadores de Trieste, donde el 40 por ciento de los trabajadores no han sido vacunados, han amenazado con bloquear la actividad, mientras que es posible que se produzcan interrupciones en el transporte por carretera.
Luca Zaia, presidente de la región de Véneto, ha advertido del caos que se cierne sobre la economía italiana a partir de hoy. Existe un riesgo real de bloqueo, especialmente en determinados sectores de actividad en los que muchos trabajadores no están vacunados o han recibido vacunas, como la rusa Sputnik, que no están homologadas.
El 15 de setiembre, el Presidente del gobierno, Mario Draghi, anunció la obligatoriedad del pasaporte para todos los trabajadores del país, dando un mes de plazo a los que se hubieran negado.
Es una medida de presión para convertir la vacuna en obligatoria, aunque la “tarjeta verde” es válida con una prueba negativa de menos de 48 horas o a la prueba de recuperación del “covid”, es decir, que obliga a los trabajadores a someterse a pruebas permanentes de coronavirus con un precio de 15 euros por cada una de ellas.
Los estibadores amenazan con bloquear el puerto de Trieste, el más importante del noreste de Italia, y paralizar gran parte del transporte del país, a pesar de un acuerdo para que sus pruebas sean gratuitas.
Hay unos 3,3 millones de trabajadores no vacunados, de los que 344.000 son funcionarios de la administración pública, 2,2 millones del sector privado y 740.000 profesionales autónomos. Ivano Russo, director general de Confetra, la Confederación General Italiana del Transporte y la Logística, dijo que de un total de 900.000 camioneros, mensajeros y almacenistas, “entre el 25 y el 30 por ciento”, no tienen pasaporte sanitario.
Miles de personas se manifestaron el sábado en Roma contra esta medida y el gobierno ha advertido que no está dispuesto a que se repitan los disturbios.
Los trabajadores y las empresas se arriesgan a ser multados si no cumplen con la imposición. Los trabajadores del sector público pueden ser suspendidos si se presentan cinco veces en su puesto de trabajo sin la “tarjeta verde”, que ya es necesaria para entrar en museos, teatros, gimnasios y restaurantes cubiertos, así como para tomar trenes y autobuses de larga distancia o vuelos nacionales.
Los diputados y senadores están exentos de presentar el pasaporte sanitario.
Fuente: mpr21.info
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