“La peor crisis humanitaria del mundo está en Yemen”. Es una frase que decenas de funcionarios internacionales se hacen eco en diversos foros internacionales como pretexto para buscar más millones de dólares aportados por los países donantes a diversos organismos internacionales bajo la consigna de reducir el agravamiento de esta crisis. Sin embargo, a medida que las cifras de subvenciones de ayuda aumentan notablemente a miles de millones de dólares, también lo hace la situación de deterioro de la situación humanitaria de manera inesperada, según los indicadores de los organismos de la ONU. Esto es lo que ha denunciado en un informe remitido a esta redacción el Equipo para el Alcance Extranjero de la República de Yemen.
Este organismo denuncia que las organizaciones internacionales al pedir dinero para la crisis humanitaria en Yemen “pretenden llenar los saldos de las cuentas bancarias de su personal y aumentar sus asignaciones en la medida en que de la mayoría de los proyectos de asistencia casi llegan hasta (85%) los gastos especiales (salarios, gastos operativos, asignación de riesgo, incentivos, etc.)”. Señalan que “lo que va al grupo de los yemeníes pobres es solo la pequeña cantidad restante de aproximadamente (10 – 15%)”.
Argumentan que “el gobierno de Sana tiene documentos evidentes que monitorean la corrupción desenfrenada en muchas de estas organizaciones, que siguen pidiendo un aumento en sus asignaciones. Estos hechos lamentables, que muestran cómo explotan los sufrimientos de los pobres sin disuasión moral y legal, han sido confirmados por informes imparciales y de seguimiento de la ONU”.
Por último concluyen en este sentido que “Yemen, su tierra y su gente, sin el asedio y la guerra, tiene riquezas y recursos que pueden permitirle brindar ayuda a varios países del mundo”.
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