Nación Mapu­che. Moi­ra Millán sobre el jui­cio con­tra Glo­ria Colihue­que Catri­man: «los machi­tos patro­na­les de estan­cia dicen sen­tir­se ame­na­za­do por una mujer»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de octu­bre de 2021.

Aca­bo de salir del jui­cio con­tra la lamn­gen Glo­ria Colihue­que Catri­man, en los tri­bu­na­les de Esquel: La rabia, la pena , la impo­ten­cia, se entre­mez­clan, cómo un maras­mo de emo­cio­nes que se ato­ran en mi ser. Los seño­ri­tos de la socie­dad rural argen­ti­na, mos­trán­do­se como víc­ti­mas, hablan­do de post trau­mas, de insom­nios, páni­co. Ellos here­de­ros de lina­je de vio­la­do­res, ellos los machi­tos patro­na­les de estan­cia, dicen sen­tir­se ame­na­za­do por una mujer. 

Ésta mujer, mapu­che, obre­ra, que ha lim­pia­do la mugre de los seño­ri­tos, esa mujer que cui­da de su madre, que no tie­ne auto­mó­vil y debe cami­nar una hora y media, atra­ve­san­do ríos, subien­do la mon­ta­ña, ella es la teme­ra­ria, pero no la delin­cuen­te. Los seño­ri­tos de lágri­mas de coco­dri­lo se pavo­nean en sus 4×4, tran­si­tan ame­na­zan­te el terri­to­rio en disputa. 

Pero insis­ten en que están ate­rra­dos, es por ello que los poli­cías, gen­dar­mes y cuan­to uni­for­ma­do hay en la zona, acu­den a pro­te­ger­los. Glo­ria habla, cuen­ta, recu­rre a su memo­ria con deta­lles pre­ci­sos, se con­mue­ve cuan­do da cuen­ta de la edad de su ñuke, 80 años y de sus enfer­me­da­des, pero no se quie­bra, no le rega­la ni una lágri­ma al enemigo. 

Denun­cia que el hos­ti­ga­mien­to de los pato­te­ros con­tra­ta­dos por el terra­te­nien­te es con­ti­núo, da cuen­ta de las muchas veces que ha teni­do que acu­dir a denun­ciar hechos de agre­sión a la poli­cía y no le quie­ren tomar la denun­cia por orden de las mis­mas fis­ca­las, que hoy la juzgan. 

Soro­ri­dad entre las seño­ri­tas oli­gar­cas, admi­nis­tra­do­ras de jus­ti­cia ? Imposible. 

Ellas, las fis­ca­las escu­chan con expre­sión indi­fe­ren­te, géli­das, supre­ma­cis­tas, pero ante la fal­sa emo­ción sobre actua­da de su ami­go y com­pa­ñe­ro de asa­dos, sus ros­tros expre­san conmoción.

Qué pasa­rá con Glo­ria? Una vez más los seño­ri­tos se bur­la­rán de la jus­ti­cia, gana­rá sus capri­chos y su ambi­ción des­me­di­da por tener­lo todo? El final de ésta his­to­ria depen­de­rá de todes y cada une de nostres. 

Weya­yiñ kom pu lamn­gen! Mari­ci weu!!!

Itu­rria /​Fuen­te

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