Nación Mapu­che. Que la soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal y plu­ri­na­cio­nal siem­pre jus­ti­cia en Puelmapu

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de octu­bre de 2021.

Des­de el Movi­mien­to de Muje­res Indí­ge­nas por el Buen Vivir infor­man: En la segun­da jor­na­da del jui­cio en con­tra de nues­tra her­ma­na Glo­ria Colihue­que Catri­man la jue­za Kari­na Este­fa­nía acep­tó las prue­bas pre­sen­ta­das por la defen­sa, pero no así el pedi­do de nuli­dad del jui­cio por estar ges­ta­do des­de el racis­mo estruc­tu­ral des­oyen­do y el con­ve­nio 169 de la OIT, igno­ran­do los dere­chos indí­ge­nas y sin pers­pec­ti­va de género.

Decla­ra­ron ambas par­tes, sien­do nues­tra her­ma­na Glo­ria muy con­tun­den­te en su rela­to. En sus pala­bras encon­tra­mos la his­to­ria de miles de muje­res indí­ge­nas que deben con­vi­vir y resis­tir a múl­ti­ples vio­len­cias terri­ci­das. Sien­do ellas quie­nes deben dar expli­ca­cio­nes mien­tras los empre­sa­rios vio­len­tos como Sama­me y Serra se vic­ti­mi­zan ante el apa­ra­to judi­cial que los pro­te­ge.
🔊⚠️Maña­na con­ti­núa el jui­cio, les pedi­mos difu­sión.
Com­par­ti­mos un frag­men­to del rela­to de la wey­cha­fe Moi­ra Millán quién pudo estar pre­sen­te hoy día en la sala del tri­bu­nal:
«Los sen‌oritos de la socie­dad rural argen­ti­na, mostra‌ndose como víc­ti­mas, hablan­do de post trau­mas, de insom­nios, pa‌nico. Ellos here­de­ros de lina­je de vio­la­do­res, ellos los machi­tos patro­na­les de estan­cia, dicen sen­tir­se ame­na­za­do por una mujer. E‌sta mujer, mapu­che, obre­ra, que ha lim­pia­do la mugre de los sen‌oritos, esa mujer que cui­da de su madre, que no tie­ne automo‌vil y debe cami­nar una hora y media, atra­ve­san­do ri‌os, subien­do la montan‌a, ella es la teme­ra­ria, pero no la delin­cuen­te. Los sen‌oritos de la‌grimas de coco­dri­lo se pavo­nean en sus 4×4, tran­si­tan ame­na­zan­te el terri­to­rio en dispu­ta. Pero insis­ten en que esta‌n ate­rra­dos, es por ello que los polici‌as, gen­dar­mes y cuan­to uni­for­ma­do hay en la zona, acu­den a pro­te­ger­los. Glo­ria habla, cuen­ta, recu­rre a su memo­ria con deta­lles pre­ci­sos, se con­mue­ve cuan­do da cuen­ta de la edad de su n‌uke, 80 an‌os y de sus enfer­me­da­des, pero no se quie­bra, no le rega­la ni una la‌grima al enemi­go. Denun­cia que el hos­ti­ga­mien­to de los pato­te­ros con­tra­ta­dos por el terra­te­nien­te es continu‌o, da cuen­ta de las muchas veces que ha teni­do que acu­dir a denun­ciar hechos de agresio‌n a la polici‌a y no le quie­ren tomar la denun­cia por orden de las mis­mas fis­ca­las, que hoy la juzgan.¿Sororidad entre las sen‌oritas oli­gar­cas, admi­nis­tra­do­ras de jus­ti­cia? Impo­si­ble. Ellas, las fis­ca­las escu­chan con expresio‌n indi­fe­ren­te, ge‌lidas, supre­ma­cis­tas, pero ante la fal­sa emocio‌n sobre actua­da de su ami­go y compan‌ero de asa­dos, sus ros­tros expre­san conmocio‌n. ¿Que‌pasara‌con Glo­ria? Una vez ma‌s, ¿los sen‌oritos se burlara‌n de la jus­ti­cia, ganara‌sus capri­chos y su ambicio‌n des­me­di­da por tener­lo todo? El final de e‌sta his­to­ria dependera‌de todes y cada une de nos­tres. Weyayin‌kom pu lamn­gen! Mari­ci weu!!!»

Itu­rria /​Fuen­te

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