Resumen Medio Oriente /12 de octubre de 2021 – Cerca de un tercio de los más de 1,2 millones de refugiados y refugiadas de Palestina que acuden a los servicios de atención primaria de UNRWA muestran síntomas de trastornos mentales y sociales.
Diyaa es un joven refugiado Palestino de Gaza que ha encontrado en la pintura una forma de cambiar la realidad que le rodea. Pero antes de poder disfrutar de su afición por el arte, el joven ha tenido que superar muchas barreras que le llevaron al extremo de intentar acabar con su vida. El suicidio es la segunda causa de muerte en persona entre 15 y 29 años que viven en la Franja.
“El significado de mis pinturas refleja la realidad que vivimos. Me gusta plasmar los distintos aspectos de la vida de forma artística, por ejemplo, la violencia. La violencia es algo que está muy presente en nuestra sociedad”, afirma Diyaa.
Según la revista científica suiza Frontiers in Psychiatry el 90% de niños, niñas y adolescentes en la franja de Gaza experimentan traumas personales al menos una vez en la vida y más del 80% ha sido testigo de traumas en otras personas. Se estima que este dato, ya elevado, se haya disparado con la escalada de violencia en Gaza que sufrieron en mayo de este año.
Diya ha encontrado ayuda a través de la atención psicológica que se proporciona en los centros de salud de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA) en Gaza. “El estrés psicosocial que sufre la población en Gaza debido a la pobreza y a las condiciones de vida está disparado. Todo el mundo vive bajo estrés en Gaza y toda la población necesitaría una evaluación médica psicológica por todo esto. El número de suicidios que hemos identificado es realmente considerable”, comenta el Dr Zoheir Al Khatib, director del centro de salud de UNRWA Al Rimal, en Gaza.
Cerca de un tercio de los más de 1,2 millones de refugiados y refugiadas de Palestina que acuden a los servicios de atención primaria de UNRWA muestran síntomas de trastornos mentales y sociales. Entre otros muchos síntomas, las personas afectadas muestran depresión, ansiedad generalizada, fobia a la oscuridad, crisis nerviosas, incapacidad para dejar de pensar en experiencias traumáticas y sucesos dolorosos, sienten que todo lo que les rodea es inseguro y que viven un presente amargo y un futuro ambiguo.
Para mitigar esta situación, desde hace unos años la atención a la salud mental se ha integrado en todos los centros de salud de UNRWA en el enclave costero. “En Gaza todo está en contra de ti. Encuentras estrés por todas partes. Necesitas a alguien para salir, de otro modo, uno explota. El estigma de necesitar tratamientos de salud mental es uno de los principales problemas, pero cuando sensibilizas a la gente y sienten que hay un beneficio, definitivamente aceptan el cambio. Trabajamos mucho con la comunidad. Es un asunto muy sensible tanto en términos culturales como religiosos”, afirma el doctor.
Sin embargo, los expertos están observando es un cambio en la cultura de la gente. Ahora la gente va a los centros de salud, pide consejo, busca cuidados médicos, quiere ayuda. “Nadie puede negar que necesitas a alguien que te coja la mano y te ayude a salir de ese problema”, comenta el doctor. En este cambio la organización de Naciones Unidas ha jugado un papel importante ofreciendo atención psicológica a más del 70% de la población de Gaza.
“La Dra. Hind ha sido un gran apoyo, me ha ayudado a mostrar mi talento a todo el mundo. Cuando encuentro a una o varias personas que me apoyan, empiezo a cuidarme a mi mismo, empiezo a cuidar de mi arte. Soy afortunado de haberme encontrado con personas que me inspiran y me conmueven. Entre ellos la Dra. Hind y también mi familia que me ha ayudado mucho. Me gustaría servir de ayuda a otros que puedan necesitarlo. Es importante saber que todos podemos contar con alguien que nos apoye y que esté ahí cuando lo necesitamos”, afirma el joven artista, Diyaa.
Este año, la Organización Mundial para la Salud conmemora el Día Mundial de la Salud Mental bajo el lema: “Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad”. De esta forma nos sumamos a su reclamo. Y reiteramos la convicción de que curar una lesión psicológica resultante de un trauma perpetuo es una labor fundamental. Algo que se conseguirá reconociendo su importancia, como un cuidado más que añadir a los que ya tenemos asumidos y destinando los recursos necesarios. De ello depende el futuro de la población gazatí.
Fuente: PalestinaLibre