Pales­ti­na. «Israel» con­ti­núa colo­ni­za­ción de tie­rras palestinas

Resu­men Medio Orien­te, 19 de octu­bre de 2021-.

La lle­ga­da al poder de Ben­nett en junio últi­mo tra­jo un rayo de espe­ran­za para reavi­var las nego­cia­cio­nes de paz, estan­ca­da duran­te años por la intran­si­gen­cia de su ante­ce­sor Ben­ja­mín Netan­yahu, diri­gen­te del par­ti­do ultra­de­re­chis­ta Likud y cono­ci­do por sus pos­tu­ras más radicales.

Más allá de su posi­ción polí­ti­ca, muy cer­ca­na a Netan­yahu, Ben­nett reem­pla­zó a su rival res­pal­da­do por una vario­pin­ta coa­li­ción, que inclu­yó a una for­ma­ción de izquier­da (Meretz) y otra ára­be (Raam), ante lo cual se espe­cu­ló en la posi­bi­li­dad de enta­blar algún acer­ca­mien­to con los palestinos.

Pero la máxi­ma figu­ra de Yami­na, una agru­pa­ción pró­xi­ma a los colo­nos, des­car­tó de inme­dia­to cual­quier diá­lo­go, reu­nir­se con el lide­raz­go de la Auto­ri­dad Nacio­nal Pales­ti­na, dete­ner la colo­ni­za­ción o apo­yar la crea­ción de un futu­ro Esta­do para ese pueblo.

No obs­tan­te, Ben­nett tra­ta de evi­tar moles­tar en dema­sía a sus alia­dos dada la exigua mayo­ría de ape­nas un voto que tie­nen en la Knes­set (Par­la­men­to), des­ta­có recien­te­men­te el dia­rio Haaretz.

El pri­mer minis­tro tam­po­co pue­de des­ai­rar públi­ca­men­te al pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se, Joe Biden, por­que dejó intac­to casi todo el anda­mia­je en res­pal­do a Tel Aviv, levan­ta­do por su ante­ce­sor Donald Trump.

Este últi­mo sepul­tó déca­das de una polí­ti­ca segui­da por los suce­si­vos gobier­nos esta­dou­ni­den­ses de recha­zar la colo­ni­za­ción judía de Cis­jor­da­nia y la fran­ja de Gaza, ocu­pa­das en la gue­rra de 1967.

A cam­bio de man­te­ner varias medi­das de Trump favo­ra­bles a «Israel», Biden pidió dete­ner la crea­ción de nue­vos asen­ta­mien­tos, en un inten­to por lavar la cara de la Casa Blan­ca, muy cri­ti­ca­da en el mun­do ára­be por su irres­tric­to res­pal­do y par­cia­li­dad en favor de ese país levantino.

Sin embar­go, espo­lea­do por los colo­nos y la dere­cha ultra­na­cio­na­lis­ta, el jefe de Gobierno israe­lí pare­ce deci­di­do a igno­rar esos pro­ble­mas y man­te­ner los pla­nes expan­sio­nis­tas de sus ante­ce­so­res en el car­go, pero de mane­ra menos pública.

En ese sen­ti­do, pre­ten­de edi­fi­car unas 10 mil uni­da­des habi­ta­cio­na­les en la zona del anti­guo aero­puer­to de Qalan­dia, que los israe­líes lla­man Ata­rot, en Jeru­sa­lén oriental.

Según el exper­to Suhail Kha­li­li­ya, el pro­yec­to inclu­ye casas, comer­cios y un área indus­trial como par­te de la estra­te­gia de con­ver­tir el asen­ta­mien­to en una ciu­dad capaz de alber­gar a más de 40 mil personas.

El obje­ti­vo sio­nis­ta es tra­zar las fron­te­ras del ‘Gran Jeru­sa­lén’, que inclu­ye los gran­des blo­ques de colo­nias de Gush Etzion, Ma’ale Adu­mim y Givat Ze’ev, aseguró.

Por su par­te, el coor­di­na­dor de la cam­pa­ña popu­lar para denun­ciar el muro de sepa­ra­ción, Jamal Juma, resal­tó que la nue­va colo­nia será levan­ta­da entre barrios pales­ti­nos den­sa­men­te poblados.

En simi­lar sen­ti­do se pro­nun­ció la ONG israe­lí Paz Aho­ra, al esti­mar que la ini­cia­ti­va repre­sen­ta un gol­pe mor­tal a la solu­ción de dos esta­dos, ya que está pro­yec­ta­da en el cora­zón de la con­ti­nui­dad terri­to­rial urba­na palestina.

De eri­gir­se, será la pri­me­ra colo­nia en esa área de la ciu­dad des­de 1997, cuan­do el enton­ces gobierno de Neta­nayhu levan­tó el asen­ta­mien­to de Har Homa.

De for­ma para­le­la, «Israel» comen­zó a cons­truir el paso sub­te­rrá­neo de Qalan­dia, que per­mi­ti­rá un via­je por carre­te­ra más rápi­do entre varias colo­nias judías, ubi­ca­das en la mar­gen occi­den­tal y en ese país.

Esa ruta es una de las más impor­tan­tes de la revo­lu­ción vial ini­cia­da por Netan­yahu para ‘dupli­car el núme­ro de colo­nos has­ta un millón’ y que Ben­nett actual­men­te reto­ma, denun­ció Paz Ahora.

Tam­bién se edi­fi­ca­rá una gran esta­ción de auto­bu­ses cer­ca de la ciu­dad cis­jor­da­na de Nablus con el obje­ti­vo de faci­li­tar el movi­mien­to de los colo­nos y conec­tar la red de carre­te­ras cons­trui­das para ellos.

Otra obra cla­ve para ais­lar a la metró­po­li es la edi­fi­ca­ción de unas tres mil 400 vivien­das en la lla­ma­da área o corre­dor E1, una zona de 12 kiló­me­tros cua­dra­dos, ubi­ca­da entre Jeru­sa­lén orien­tal y la colo­nia judía de Ma’ale Adumim.

Fuen­te: Al Mayadeen

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