Pales­ti­na. «Yo soy Israel»

Por Williams Nas­sar*, Resu­men de Medio Orien­te, 26 de octu­bre de 2021.

Vine a una tie­rra sin pue­blo para un pue­blo sin tie­rra. Esas per­so­nas que esta­ban aquí, no tenían dere­cho a estar aquí, y mi gen­te les mos­tró que tenían que irse o morir, arra­san­do 400 aldeas pales­ti­nas, borran­do su historia.

Yo soy Israel. Algu­nos de mi pue­blo come­tie­ron masa­cres y lue­go se con­vir­tie­ron en pri­me­ros minis­tros para repre­sen­tar­me. En 1948, Mena­chem Begin esta­ba a car­go de la uni­dad que masa­cró a los habi­tan­tes de Deir Yas­sin, inclui­dos 100 muje­res y niños. En 1953, Ariel Sha­ron lide­ró la matan­za de los habi­tan­tes de Qib­ya, y en 1982 dis­pu­so que nues­tros alia­dos masa­cra­ran alre­de­dor de 2.000 en los cam­pos de refu­gia­dos de Sabra y Chatila.

Yo soy Israel. Talla­do en 1948 en el 78% de la tie­rra de Pales­ti­na, des­po­jan­do a sus habi­tan­tes y reem­pla­zán­do­los con judíos de Euro­pa y otras par­tes del mun­do. Si bien a los nati­vos cuyas fami­lias vivie­ron en esta tie­rra duran­te miles de años no se les per­mi­te regre­sar, los judíos de todo el mun­do son bien­ve­ni­dos a la ciu­da­da­nía instantánea.

Yo soy Israel. En 1967, me tra­gué las tie­rras res­tan­tes de Pales­ti­na – Jeru­sa­lén Este, Cis­jor­da­nia y Gaza – y colo­qué a sus habi­tan­tes bajo un régi­men mili­tar opre­si­vo, con­tro­lan­do y humi­llan­do todos los aspec­tos de su vida dia­ria. Even­tual­men­te, debe­rían reci­bir el men­sa­je de que no son bien­ve­ni­dos a que­dar­se y unir­se a los millo­nes de refu­gia­dos pales­ti­nos en los cam­pa­men­tos de cha­bo­las del Líbano y Jordania.

Yo soy Israel. Ten­go el poder de con­tro­lar la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se. Mi Comi­té de Asun­tos Públi­cos de Israel Esta­dou­ni­den­se pue­de hacer o des­ha­cer a cual­quier polí­ti­co de su elec­ción y, como pue­de ver, todos com­pi­ten para com­pla­cer­me. Todas las fuer­zas del mun­do son impo­ten­tes con­tra mí, inclui­da la ONU, ya que ten­go el veto esta­dou­ni­den­se para blo­quear cual­quier con­de­na de mis crí­me­nes de gue­rra. Como Sha­ron lo expre­só tan elo­cuen­te­men­te, «Noso­tros con­tro­la­mos América».

Yo soy Israel. Tam­bién influ­yo en los prin­ci­pa­les medios de comu­ni­ca­ción esta­dou­ni­den­ses, y siem­pre encon­tra­rás las noti­cias adap­ta­das a mi favor. He inver­ti­do millo­nes de dóla­res en repre­sen­ta­ción de rela­cio­nes públi­cas, y CNN, New York Times y otros han esta­do hacien­do un exce­len­te tra­ba­jo pro­mo­vien­do mi pro­pa­gan­da. Mire otras fuen­tes de noti­cias inter­na­cio­na­les y verá la diferencia.

Yo soy Israel. ¿¡Uste­des los pales­ti­nos quie­ren nego­ciar la «paz !?» Pero no eres tan inte­li­gen­te como yo; Nego­cia­ré, pero solo te deja­ré tener tus muni­ci­pios mien­tras yo con­tro­lo tus fron­te­ras, tu agua, tu espa­cio aéreo y cual­quier otra cosa de impor­tan­cia. Mien­tras “nego­cia­mos”, me tra­ga­ré las cimas de sus coli­nas y las lle­na­ré de asen­ta­mien­tos, pobla­dos por el más extre­mis­ta de mis extre­mis­tas, arma­dos has­ta los dien­tes. Estos asen­ta­mien­tos esta­rán conec­ta­dos con cami­nos que no pue­des usar, y esta­rás apri­sio­na­do en tus peque­ños ban­tus­ta­nes entre ellos, rodea­do de pues­tos de con­trol en todas direcciones.

Yo soy Israel. Ten­go el cuar­to ejér­ci­to más fuer­te del mun­do, que posee armas nuclea­res. ¿Cómo se atre­ven sus hijos a enfren­tar mi opre­sión con pie­dras? ¿No saben que mis sol­da­dos no duda­rán en volar­les la cabe­za? En 17 meses, he mata­do a 900 de uste­des y heri­do a 17.000, en su mayo­ría civi­les, y ten­go el man­da­to de con­ti­nuar ya que la comu­ni­dad inter­na­cio­nal guar­da silen­cio. Igno­re, como yo, a los cien­tos de ofi­cia­les de reser­va israe­líes que aho­ra se nie­gan a ejer­cer mi con­trol sobre sus tie­rras y su gen­te; sus voces de con­cien­cia no te protegerán.

Yo soy Israel. ¿Quie­res liber­tad? Ten­go balas, tan­ques, misi­les, Apa­ches y F‑16 para ani­qui­lar­te. He pues­to sus pue­blos bajo ase­dio, con­fis­ca­do sus tie­rras, arran­ca­do sus árbo­les, demo­li­do sus casas, ¿y toda­vía recla­man la liber­tad? ¿No cap­tas el men­sa­je? Nun­ca ten­drás paz ni liber­tad, por­que yo soy Israel ‘.

*escri­tor pales­tino radi­ca­do en Canadá.

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