Resumen Latinoamericano, 7 de noviembre de 2021.
El periodista y militante popular Facundo Molares, fue detenido en la tarde de este domingo cuando llegaba a la casa de su famila en Esquel junto con su padre, después de asistir a un almuerzo. Resumen Latinoamericano se puso al habla con Hugo Molares (el padre de Facundo) quien relató que «lo esposaron y rápidamente fue trasladado a la Subdelegación de la Comisaría de la Policía Federal de Esquel, donde cuando yo acudí a la misma me mostraron un papel con un pedido de extradición desde Colombia pero no nos dieron copia». El caso está a cargo del juez Guido Otranto, tristemente célebre por su actuación durante las investigaciones de la desaparición forzosa y posterior asesinato de Santiago Maldonado.
Habitualmente para que una detención de este nivel se produzca, primero pasa por Cancilleria, al saltar la alarma puesta por Interpol para este tipo de caso, luego se comunica al jefe de Gobierno quien pone en conocimiento de la situación al Ministro de Seguridad, y así sigue en escala de mandos hasta que llega el pedido al Juez Federal de la zona, en este caso Esquel, quien ordena a la policía que proceda.
Indudablemente otra vez se está ante una situación de persecución a un periodista y a un militante popular, se estigmatizan ideas con distintas excusas, de la misma manera que ocurre con la constante criminalización de los pueblos originarios, entre ellos los comuneros mapuche. Se cede a presiones de la derecha más vil, la que nunca paga por su crímenes y goza de total impunidad, mientras los que informan con la voz de los sufren a diario mil atropellos, o los que militan para que estas injusticias desaparezcan de raíz, sufren detenciones arbitrarias y malos tratos. Sin ningún tipo de dudas, Facundo es un luchador consecuente y un comunicador popular que la militancia popular, esa que no cede en sus principios aunque la represión aumente y quiera quitarla del medio, habrá de defenderlo activamente ante esta nueva injusticia que con él se comete.
Además, y esto es muy importante, Facundo está gravemente enfermo y una nueva prisión como ahora está sufriendo, puede deteriorar mucho más su frágil estado de salud.
Hay que recordar que Molares estuvo detenido en el Estado Plurinacional de Bolivia desde noviembre de 2019, momentos en que el país sufría la dictadura cívico militar de Jeanne Añez y su ministro Murillo. Allí fue torturado y a pesar de encontrarse grave por los golpes recibidos y el mal tratamiento de una enfermedad renal, sufrió traslados carente de atención médica y finalmente «enterrado en vida» en una prisión a más de 3.000 metros de altura. Finamente regresó a Argentina en diciembre de 2020, después que el gobierno popular de Luis Arce y David Choquehuanca lo dejaran libre. Desde que llegó al país tuvo que realizar numerosas consultas y tratamientos médicos que aún prosiguen, a consecuencias de las torturas recibidas por los militares y policías bolivianos.
Al saberse de su detención, su organización de militancia el Movimiento de Rebelión Popular (MRP) se puso en alerta máximo y lo mismo otras organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos que repudian que el periodista pase nuevamente por este trance.