Por Juan Guahán, Resumen Latinoamericano, 7 de noviembre de 2021.
El domingo que viene se vota. Aquí podrán encontrar los principales y últimos datos y cuestiones vinculados a esa elección y lo que está en juego en el número de legisladores; sus consecuencias políticas para el oficialismo y la oposición. Lo que dejaron las reuniones del G20 y sobre el cambio climático.
El próximo domingo se cierra el ciclo de estas elecciones de medio término, después la realidad económico-social volverá al centro de los debates que hoy –para la prensa y los políticos de profesión- están puestos en este hecho electoral.
Desde hace algunos meses el futuro aparece condicionado por esa perspectiva y las necesidades del oficialismo y la oposición.
Las palabas vienen cargadas con el optimismo de las promesas electorales, pero la realidad mantiene, particularmente para los sectores más humildes, una carga que se va haciendo insoportable para buena parte de la población.
LOS PRINCIPALES Y ÚLTIMOS DATOS ELECTORALES
Obviamente la fuente de información de los datos son las múltiples encuestas de opinión. En ese sentido es bueno tener presente que ellas han perdido gran parte de su credibilidad, causado por los repetidos errores. La causa de tales fallas no hay que buscarlas en la falibilidad de las ciencias sociales, sino en otras causales. La razón más importante es que ellas han derivado en un instrumento de las campañas electorales revestidas de una verosimilitud que van perdiendo. Su publicación está guiada más por intereses económicos o políticos que por la verdad de la información. Por ese mismo hecho la población auscultada, muchas veces, se burla de las mismas y ofrece información que no es verdadera. A ese detalle hay que agregarle que la información de base, por razones de costo y tiempo, es recogida por la vía telefónica o informática y no tiene la misma validez que la que se proporciona personalmente en la puerta de un predeterminado domicilio y cuyo costo es muy superior. No es lejano a la realidad que las encuestas de opinión, sobre las cuestiones electorales, más que medir la realidad tienen por objetivo influir sobre la misma.
Con estas advertencias se pueden mencionar varias cuestiones sobre los datos electorales con los que hoy se puede contar a partir de dichas encuestas y por lo que el sentido común recoge desde la propia realidad.
La campaña del oficialismo y los datos de sus encuestadores amigos o cercanos coinciden en presentar los datos con una cierta ventaja de la oposición, pero en un marco donde es posible revertir la diferencia. De ese modo convocan a sus adictos o ex adictos a que concurran al acto electoral o modifiquen su voto de setiembre, para lo cual muchos gremios y gobiernos locales están planificando contribuir con transportes adecuados.
Desde el gobierno visualizan dos causas como las principales responsables de la derrota en las PASO. Una es la cuestión económica. Poner “platita” en el bolsillo de la gente fue la estrategia para responder a ese problema. La otra causa, según esta versión oficialista, está en el marcado ausentismo de las PASO. Aumentar la participación es el otro objetivo.
Con esas acciones esperan revertir las situaciones donde la diferencia llega hasta el 4%.
Acerca de los números electorales el gobierno distingue 3 situaciones problemáticas: Los resultados nacionales, donde los 9 puntos de diferencias son considerados difícilmente reversibles. Los resultados de la Provincia de Buenos Aires, son considerados claves por la importancia de esa provincia, la presencia –allí- de Cristina y el único gobierno en manos de La Cámpora. Dado que la diferencia es de solo 4 puntos, consideran que pueden darlos vuelta. La tercera referencia está vinculada al Senado y ya será considerada.
La oposición tiene otra idea y quienes “miden la opinión”, según esos intereses, dan otros datos. Ente caso –sistemáticamente- las diferencias publicadas son mayores. Usualmente se ubican entre los 4 y 9 puntos, planteando como inalcanzable revertir esa situación. Eso explica su campaña “más tranquila”, procurando explotar los errores de su contrincante más que preocuparse por la campaña propia. Con eso procuran dar la imagen que lo más factible es la reproducción de los resultados de las PASO.
Si bien las empresas encuestadoras tienen percepciones distintas sobre los resultados electorales, según el color de “sus amigos”, esas diferencias se achican cuando se refieren a otras cuestiones de tipo más general: En ese sentido todas las encuestas dan cuenta del hartazgo de una parte importante de la sociedad respecto de la situación socioeconómico. En la misma dirección, hasta las más oficialistas, recogen las molestias que provocaron las prolongadas cuarentenas motivadas en la pandemia y el demasiado extenso período que los niños y adolescentes no tuvieron una educación presencial. También coinciden, más allá del color político, la insatisfacción (entre 70 y 80%) que tiene gran parte de la población respecto a todos los poderes estatales, siendo el sistema judicial el que más críticas recoge.
LO QUE ESTÁ EN JUEGO: LEGISLADORES Y FUTURO POLÍTICO
En las elecciones legislativas, cada 2 años, se renuevan la mitad de la Cámara de Diputados (127) y un tercio del Senado (24).
Las expectativas, teniendo presente los resultados de las PASO, no suponen grandes cambios en diputados y algunos más importantes en el Senado.
En Diputados ninguna fuerza tendría quórum propio. El oficialismo, cuyo interbloque tiene 120 integrantes, aspiraba acercarse al quórum propio (129), pero las tendencias actuales indican que quedarían reducidos a unos 117. La oposición podría mostrar un pequeño crecimiento y su interbloque podría llegar a 116 miembros. Las fuerzas provinciales mantendrían su representación y crecerían las fuerzas de izquierda y de derecha. Todo ello avisa que la vida legislativa sería aún más compleja y más difícil la aprobación de leyes. Además este cuerpo legislativo incorporaría a una serie de dirigentes de peso como María Eugenia Vidal, Florencio Randazzo, Ricardo Hipólito López Murphy y otros altamente polémicos como Javier Milei o José Luis Espert.
Distinta es la situación en el Senado. Allí el quórum se alcanza con 37 votos y el oficialismo tiene la ventaja de contar con 41 votos.
En estas elecciones se renuevan los cargos senatoriales en 8 provincias: Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chubut, La Pampa, Mendoza, Tucumán y Santa Fe. Las previsiones indican que aquí, de repetirse algo parecido a los resultados de las PASO, se haría sentir una fuerte derrota del oficialismo. El oficialismo solo ganaría en Catamarca y Tucumán. En las demás provincias tiene prácticamente asegurada su derrota, salvo en La Pampa, donde mantiene una esperanza de cambiar el resultado. De confirmarse estas tendencias el Frente de Todos podría perder hasta 6 bancas. De ese modo solo tendría 35 votos, 2 votos por debajo del quórum que hoy le permite tener asegurado el voto de una de las Cámaras para cualquier iniciativa.
La oposición de Juntos por el Cambio espera incrementar su presencia, con un bloque con un máximo de 34 integrantes.
Fuerzas provinciales sumarían los 3 senadores restantes.
En lo que respecta a los efectos políticos de estas elecciones, lo más importante pasa por la actitud del peronismo, en el supuesto que no logre dar vuelta los resultados de las PASO. Allí aparecen con toda nitidez dos perspectivas diferentes. Ellas son: Procurar un acuerdo con la oposición para gobernar los próximos 2 años, posición que se le atribuye a los gobernadores peronistas y en cierto modo al Presidente. Por el contrario, no se descarta una radicalización del gobierno, ella tendría en la política hacia el FMI su mayor diferencia. Las provincias peronistas y el propio Alberto tienden a un acuerdo con ese organismo. Cristina y La Cámpora son más reacios a los compromisos que el FMI demanda.
Por otra parte, de ratificarse las cifras de las PASO, estaríamos asistiendo a un quiebre en la histórica representación que tiene el peronismo respecto de los sectores juveniles y de los más pobres.