Bra­sil. ¿Quién mata a lxs jóvenes?

Por Jenif­fer Men­do­nça, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de noviem­bre de 2021.

Nue­vos datos reve­lan una reali­dad ate­rra­do­ra: la poli­cía ya es res­pon­sa­ble de 44 por cien­to de todas las muer­tes vio­len­tas de niñxs y jóve­nes en San Pablo. Los jóve­nes negros son 80 por cien­to de las víctimas.

“La poli­cía no le da chan­ce a la juven­tud”, fue la fra­se que enun­ció la con­duc­to­ra de ómni­bus Ana Pau­la Rocha, de 45 años, cuan­do se cum­plía un año de la muer­te de su hijo, Igor Rocha Ramos, de 16. Ella le pidió que fue­ra a com­prar ciga­rri­llos y ter­mi­nó muer­to de un tiro en la cabe­za, dis­pa­ra­do por el sar­gen­to Nel­son Gonçal­ves da Vei­ga Almei­da, en Jar­dim São Savé­rio, un barrio en la peri­fe­ria de la zona sur de la ciu­dad de San Pablo, en abril de 2020.

El 80 por cien­to de las muer­tes vio­len­tas de niñxs y ado­les­cen­tes en Bra­sil son de chicxs negrxs. Ade­más de él, otras 786 víc­ti­mas, de 10 a 19 años, fue­ron ase­si­na­das por la poli­cía en 2020, de acuer­do con el infor­me iné­di­to publi­ca­do el vier­nes 22 de octu­bre por el Foro Bra­si­le­ño de Segu­ri­dad Públi­ca y Uni­cef, que abor­da la vio­len­cia letal y sexual con­tra víc­ti­mas de 0 a 19 años.

Las enti­da­des soli­ci­ta­ron infor­ma­ción a los 26 esta­dos y al Dis­tri­to Fede­ral de Bra­si­lia, pero sólo 18 envia­ron datos que per­mi­ten hacer una com­pa­ra­ción de 2016 a 2020. En estos cua­tro años, fue­ron 26.413 las muer­tes vio­len­tas inten­cio­na­les de niños, niñas y ado­les­cen­tes, que inclu­yen homi­ci­dio, lesio­nes cor­po­ra­les segui­das de muer­te, robo y muer­tes a manos de poli­cías en ser­vi­cio. Si bien los homi­ci­dios de niñxs has­ta los 9 años tie­nen lugar prin­ci­pal­men­te en el hogar, las víc­ti­mas de 10 y más años, en espe­cial las de 15 a 19, sufren lo que los inves­ti­ga­do­res deno­mi­nan “vio­len­cia urba­na”; la inter­ven­ción poli­cial se ha incre­men­ta­do como cau­sa de estas muertes.

“Duran­te dos años hubo una reduc­ción de los homi­ci­dios, pero la vio­len­cia poli­cial siguió incre­men­tán­do­se, y en 2020 vol­vie­ron a aumen­tar tan­to los homi­ci­dios como las muer­tes a manos de la poli­cía. Esto tie­ne que ver con todo un deba­te sobre la lucha con­tra el nar­co­trá­fi­co, una estruc­tu­ra racis­ta para enfren­tar la cri­mi­na­li­dad y una per­cep­ción de que ‘un delin­cuen­te bueno es un delin­cuen­te muer­to’, en la que la acción poli­cial tie­ne una jus­ti­fi­ca­ción para la leta­li­dad”, ana­li­za la inves­ti­ga­do­ra del Foro Bra­si­le­ño de Segu­ri­dad Públi­ca, Sofia Reinach.

En cuan­to a los datos de 2020, la encues­ta pudo obte­ner­los de 24 uni­da­des fede­ra­ti­vas (con las excep­cio­nes de Bahía, Goiás y el Dis­tri­to Fede­ral), cuya suma de muer­tes a manos de la poli­cía fue de 787 víc­ti­mas de 10 a 19 años (736 son de 18 esta­dos) y 5.186 por las demás cau­sas. En una pro­por­ción de muer­tes vio­len­tas en los 24 esta­dos, San Pablo lide­ra la lis­ta con 44 por cien­to de estos homi­ci­dios come­ti­dos por la poli­cía. Rei­nach seña­la que la alta tasa refle­ja tan­to la pre­sen­cia de regis­tros más cali­fi­ca­dos sobre esta fran­ja eta­ria, como la exis­ten­cia de una cul­tu­ra que apo­ya la letalidad.

El ofi­cial de Moni­to­reo y Eva­lua­ción de Uni­cef Bra­sil, Dani­lo Mou­ra, sos­tie­ne que los niñxs y ado­les­cen­tes negrxs sufren más por no haber vis­to reco­no­ci­da su con­di­ción de niñxs y ado­les­cen­tes, y por­que el tra­to es dife­ren­te por par­te de las fuer­zas de segu­ri­dad. “El chi­co blan­co de 15 años es un chi­co, el chi­co negro no, se lo tra­ta como un hom­bre, como un ries­go, y se enve­je­cen los cuer­pos negros en los que la muer­te es el últi­mo de los gra­dos de vio­len­cia, pre­ce­di­do por la des­igual­dad social y la fal­ta de acce­so a los ser­vi­cios públi­cos”, cri­ti­ca. “Los poli­cías no son entre­na­dos para tra­tar con ado­les­cen­tes”, agrega.

El rele­va­mien­to no con­tie­ne datos sobre niñxs y ado­les­cen­tes con dis­ca­pa­ci­dad ni con per­so­nas trans­gé­ne­ros de esa edad. Mou­ra indi­ca que exis­te una difi­cul­tad para obte­ner esta infor­ma­ción de las secre­ta­rías de Segu­ri­dad del esta­do. “Son datos que no están estan­da­ri­za­dos y, en gene­ral, son dos per­fi­les que no tie­nen regis­tros espe­cí­fi­cos, y las orga­ni­za­cio­nes socia­les se encar­gan de reco­lec­tar estos datos de mane­ra indi­vi­dual, caso por caso, pero son impor­tan­tes y debe­rían exis­tir”, afir­ma.
Para Rei­nach y Mou­ra, es nece­sa­rio for­ta­le­cer los meca­nis­mos de con­trol de la acti­vi­dad poli­cial, y tam­bién inver­tir en redes de apo­yo a niños, niñas y ado­les­cen­tes, como los con­se­jos tute­la­res, para que pue­dan inter­ve­nir antes de que una situa­ción lle­gue al extre­mo de la vio­len­cia, que es la muer­te. “Es nece­sa­rio que exis­ta esta mira­da a la niñez y ado­les­cen­cia, no nor­ma­li­zan­do las muer­tes, y es fun­da­men­tal que los pro­fe­sio­na­les actúen y estén cada vez más capa­ci­ta­dos, tra­ba­jar con las dis­tin­tas poli­cías para inver­tir en pro­to­co­lo y capa­ci­ta­ción, for­ta­le­cer los asun­tos inter­nos y pro­mo­ver mejo­res sala­rios y con­di­cio­nes de tra­ba­jo”, des­ta­ca la investigadora.

“Los con­se­jos tute­la­res lle­van algu­nos años sin recur­sos y estos acto­res que están a la van­guar­dia son fun­da­men­ta­les para velar por la pro­tec­ción de la niñez. De la mis­ma for­ma que lxs docen­tes y lxs enfer­merxs de los cen­tros de salud, estos pro­fe­sio­na­les nece­si­tan estar capa­ci­ta­dos para reco­no­cer sig­nos de vio­len­cia para actuar cuan­do son iden­ti­fi­ca­dos”, enfa­ti­za el fun­cio­na­rio de Unicef.

El estu­dio tam­bién mos­tró que el medio más uti­li­za­do en las muer­tes es el arma de fue­go, inclu­so con­tra niñxs de 9 años o menos. En 2020, este ins­tru­men­to se uti­li­zó en 85 por cien­to de las muer­tes de niños de 10 a 19 años, y en 67 por cien­to de las de niñas de esta fran­ja eta­ria. Para los inves­ti­ga­do­res, la cifra está direc­ta­men­te rela­cio­na­da con la faci­li­dad de acce­so a las armas por par­te de la pobla­ción, que aumen­tó con el gobierno de Jair Bol­so­na­ro. “Se pro­du­ce un agra­va­mien­to de la vio­len­cia urba­na y la vio­len­cia domés­ti­ca, por­que cuan­tas más armas de fue­go hay en las casas, mayor es el ries­go de que la vio­len­cia se vuel­va letal”, ase­gu­ra la inves­ti­ga­do­ra del Foro Bra­si­le­ño de Segu­ri­dad Pública.

Si las muer­tes vio­len­tas afec­tan más a los niños y ado­les­cen­tes varo­nes, en el caso de la vio­len­cia sexual las niñas y las ado­les­cen­tes repre­sen­ta­ron 86 por cien­to de las víc­ti­mas de vio­la­ción en 2020. En un año mar­ca­do por la pan­de­mia, los inves­ti­ga­do­res entien­den que la reduc­ción de los núme­ros, en reali­dad, repre­sen­ta un sub-regis­tro de los casos, ya que los meses de abril y mayo fue­ron los más res­tric­ti­vos del año pasa­do y repre­sen­ta­ron las tasas más bajas, tenien­do en cuen­ta que de 2017 a 2020, en 67 por cien­to de los casos el deli­to se pro­du­jo en el domi­ci­lio de la víc­ti­ma. “Eran esos pri­me­ros meses en los que la gen­te se que­da­ba en casa, los niños no iban a la escue­la y no tenían con­tac­to con nadie más que el núcleo fami­liar, y la gen­te no sabía si muchos ser­vi­cios esta­ban abier­tos o cerra­dos, o cómo acce­der a ellos, enton­ces la hipó­te­sis es que no esta­ban denun­cian­do y regis­tran­do los casos”, eva­lúa Moura.

La media de edad de las víc­ti­mas de vio­la­ción que el estu­dio encon­tró con el mayor núme­ro de casos en este inter­va­lo de cua­tro años, es de 14 años. Para Mou­ra, la cul­tu­ra de la vio­la­ción afec­ta tan­to a las niñas como a las muje­res y, por lo tan­to, la dis­cu­sión sobre el géne­ro es impor­tan­te para evi­tar el abu­so. “Las niñas son sexua­li­za­das antes, hay una cier­ta nor­ma­li­za­ción de las niñas de 12 y 13 años, que están en el ini­cio de la puber­tad, que cul­tu­ral­men­te son vis­tas como agen­tes sexua­les aun­que no lo son, y esto las deja más expues­tas y vul­ne­ra­bles”, asevera.

Pon­te con­sul­tó a la Secre­ta­ría de Segu­ri­dad Públi­ca de San Pablo sobre los datos rela­cio­na­dos con muer­tes vio­len­tas y leta­li­dad poli­cial, ade­más de casos de violación.

La car­te­ra envió un comu­ni­ca­do en el que cita que el esta­do tie­ne “las tasas de mor­ta­li­dad más bajas entre niños y ado­les­cen­tes”, y que “las ocu­rren­cias de muer­tes por inter­ven­ción poli­cial que invo­lu­cran a niños y ado­les­cen­tes se redu­je­ron casi a la mitad entre 2015 y 2020”, pero no men­cio­na la pro­por­ción de muer­tes a manos de la poli­cía en rela­ción con las otras muer­tes vio­len­tas inten­cio­na­les de niños y ado­les­cen­tes de 10 a 19 años, ya que de las 315 en San Pablo, 140 fue­ron por inter­ven­ción policial.

Fuen­te: La tinta

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