Cuba. Miles de millo­nes de dóla­res para reco­lo­ni­zar: Una obse­sión de Esta­dos Uni­dos que per­du­ra en el tiempo

Por Abel Gon­zá­lez San­ta­ma­ría, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de noviem­bre de 2021. 

Nue­va­men­te sue­nan los tam­bo­res de la Gue­rra No Con­ven­cio­nal de Esta­dos Uni­dos con­tra Cuba, con la orga­ni­za­ción y finan­cia­mien­to de una mar­cha con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria por las calles del país el pró­xi­mo 15 de noviem­bre. For­ma par­te de la mis­ma ope­ra­ción polí­ti­co-comu­ni­ca­cio­nal que tuvo su máxi­ma expre­sión en los hechos del 11 de julio y que emplea como prin­ci­pal pla­ta­for­ma las redes socia­les en Internet.

¿Quién finan­cia las accio­nes sub­ver­si­vas y a cuán­to ascien­den las sumas invertidas?

Recien­te­men­te el gobierno del pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Joe Biden soli­ci­tó al Con­gre­so para su pre­su­pues­to de 2022 la cifra de 20 millo­nes de dóla­res para los deno­mi­na­dos pro­gra­mas diri­gi­dos a «pro­mo­ver la demo­cra­cia en Cuba», y casi 13 millo­nes para las trans­mi­sio­nes ile­ga­les de radio y tele­vi­sión, mal lla­ma­das Radio y TV Mar­tí. Exac­ta­men­te el mis­mo mon­to que para el 2021 soli­ci­tó la Admi­nis­tra­ción de Donald Trump.

Des­de 1996 y has­ta el 2021, el Con­gre­so nor­te­ame­ri­cano asig­nó alre­de­dor de 404 millo­nes de dóla­res para los pro­gra­mas de «demo­cra­cia». Estos fon­dos se han eje­cu­ta­do a tra­vés del Depar­ta­men­to de Esta­do, la Agen­cia de Esta­dos Uni­dos para el Desa­rro­llo Inter­na­cio­nal (USAID, por sus siglas en inglés) y la Fun­da­ción Nacio­nal para la Demo­cra­cia (NED, por sus siglas en inglés).

Con la «Ley de Liber­tad y Soli­da­ri­dad Demo­crá­ti­ca con Cuba», cono­ci­da como Ley Helms Bur­ton de 1996, para pro­vo­car el cam­bio del sis­te­ma polí­ti­co y eco­nó­mi­co cubano, se inter­na­cio­na­li­zó el blo­queo y codi­fi­có los pro­gra­mas sub­ver­si­vos con­tra la nación, al esta­ble­cer la obli­ga­ción de otor­gar finan­cia­mien­to para su eje­cu­ción. En el docu­men­to se decla­ran abier­ta­men­te dos com­po­nen­tes fun­da­men­ta­les de su estra­te­gia de Gue­rra No Con­ven­cio­nal: la gue­rra eco­nó­mi­ca y la gue­rra ideológica.

Des­de enton­ces, cada gobierno esta­dou­ni­den­se ‑sea repu­bli­cano o demó­cra­ta- han emplea­do esos fon­dos, que como pro­me­dio se mue­ve entre los diez y 20 millo­nes de dóla­res anua­les. Los pro­gra­mas los ope­ra bajo la Sec­ción 109 de la Ley Helms-Bur­ton, que «auto­ri­za al Pre­si­den­te a pres­tar asis­ten­cia y otros tipos de apo­yo a per­so­nas y orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les inde­pen­dien­tes en favor de los esfuer­zos de demo­cra­ti­za­ción de Cuba».

A lo apun­ta­do en la Sec­ción 109, se le aña­de la Sec­ción 115 don­de se decla­ran «líci­tas las accio­nes de inte­li­gen­cia con­tra Cuba, para cum­plir los pro­pó­si­tos del blo­queo». Por tan­to, los millo­nes de dóla­res inver­ti­dos para la sub­ver­sión inter­na, no inclu­ye los gas­tos de la Comu­ni­dad de Inte­li­gen­cia con­tra Cuba, que se cal­cu­la tam­bién son millonarios.

Asi­mis­mo, des­de 1984 y has­ta el 2021, el Con­gre­so esta­dou­ni­den­se asig­nó cer­ca de 945 millo­nes de dóla­res para las trans­mi­sio­nes ile­ga­les de Radio y TV Mar­tí. Por tan­to, si lo suma­mos a los 404 millo­nes inver­ti­dos en los pro­gra­mas «demo­cra­cia», se pue­de ase­gu­rar que en los últi­mos 35 años el pre­su­pues­to del gobierno de Esta­dos Uni­dos con­tra Cuba en mate­ria de Sub­ver­sión Polí­ti­ca e Ideo­ló­gi­ca suma 1 349 millo­nes de dóla­res, y si agre­ga­mos las par­ti­das de la Comu­ni­dad de Inte­li­gen­cia que tie­nen carác­ter secre­to, se pue­de ase­ve­rar que los gas­tos ascien­den a miles de millo­nes de dóla­res para des­truir la Revo­lu­ción Cubana.

¿Cuá­les son los orí­ge­nes de la sub­ver­sión nor­te­ame­ri­ca­na con­tra Cuba?

Hace más de dos siglos de for­ma sos­te­ni­da, la Mayor de las Anti­llas ha sido uti­li­za­da por los gru­pos de poder esta­dou­ni­den­ses como «balón de ensa­yo» de sus pro­yec­tos hege­mó­ni­cos, expan­sio­nis­tas y sub­ver­si­vos. Un pre­ce­den­te impor­tan­te lo cons­ti­tu­ye el pen­sa­mien­to geo­po­lí­ti­co de los prin­ci­pa­les expo­nen­tes de los gru­pos de poder, des­ta­cán­do­se entre ellos los pri­me­ros gober­nan­tes cono­ci­dos como los «Padres Fundadores».

Uno de los pre­cur­so­res de esa posi­ción fue Tho­mas Jef­fer­son, quien había redac­ta­do la Decla­ra­ción de Inde­pen­den­cia y fue el ter­cer pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se. Se reco­no­ce como el pri­mer gober­nan­te que ideó la ane­xión de Cuba a Esta­dos Uni­dos, cuyo tes­ti­mo­nio resul­ta bas­tan­te revelador:

«Aun­que con algu­na difi­cul­tad (Espa­ña), con­sen­ti­rá tam­bién en que se agre­gue Cuba a nues­tra Unión, a fin de que no ayu­de­mos a Méji­co y las demás pro­vin­cias. Eso sería un buen pre­cio. Enton­ces yo haría levan­tar en la par­te más remo­ta al sur de la Isla una colum­na que lle­va­se la ins­crip­ción NE PLUS ULTRA (no más allá), como para indi­car que allí esta­ría el lími­te, de don­de no podía pasar­se, de nues­tras adqui­si­cio­nes en ese rum­bo […] Yo estoy per­sua­di­do de que nun­ca ha habi­do una Cons­ti­tu­ción tan bien cal­cu­la­da como la nues­tra para poner en armo­nía un exten­so impe­rio con el prin­ci­pio del gobierno propio». 

Esa pro­yec­ción se man­tu­vo inva­ria­ble­men­te en el tiem­po y apli­ca­ron diver­sas fór­mu­las para apo­de­rar­se de Cuba – des­de la com­pra de la Isla a Espa­ña ofre­cien­do millo­nes de dóla­res has­ta la inter­ven­ción mili­tar. En 1898 logra­ron mate­ria­li­zar por la fuer­za sus ambi­cio­nes sobre el Archi­pié­la­go, some­ti­do pos­te­rior­men­te duran­te 60 años al domi­nio impe­rial que inten­tó ame­ri­ca­ni­zar la socie­dad cubana.

El triun­fo de la Revo­lu­ción en 1959 y su pos­te­rior carác­ter socia­lis­ta, cons­ti­tu­yó un duro gol­pe a la geo­po­lí­ti­ca esta­dou­ni­den­se, al ver­se afec­ta­da por pri­me­ra vez en la his­to­ria la hege­mo­nía hacia Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, con­si­de­ra­da des­pec­ti­va­men­te como su «patio tra­se­ro». A par­tir de enton­ces, los pro­gra­mas sub­ver­si­vos adqui­rie­ron otro carác­ter, que incluía accio­nes terro­ris­tas, como pla­nes de aten­ta­dos y accio­nes vio­len­tas en las ciu­da­des cuba­nas. Millo­nes y millo­nes de dóla­res han emplea­do para reco­lo­ni­zar a Cuba.

Las evi­den­cias his­tó­ri­cas así lo con­fir­man: inten­tos de com­pra y ane­xión; inter­ven­ción arma­da y ocu­pa­ción mili­tar; impo­si­ción de un apén­di­ce de la Cons­ti­tu­ción; usur­pa­ción de su terri­to­rio e ins­ta­la­ción de una base mili­tar per­ma­nen­te; esta­ble­ci­mien­to de regí­me­nes dic­ta­to­ria­les; rea­li­za­ción de accio­nes de sabo­ta­jes; intro­duc­ción de pla­gas y enfer­me­da­des; orga­ni­za­ción de aten­ta­dos con­tra sus prin­ci­pa­les diri­gen­tes; múl­ti­ples accio­nes terro­ris­tas con un sal­do de miles de víc­ti­mas mor­ta­les e inca­pa­ci­ta­dos; ais­la­mien­to polí­ti­co inter­na­cio­nal y regio­nal; blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro; rup­tu­ra de las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas; crea­ción y apo­yo a ban­das arma­das; trans­mi­sio­nes radia­les y tele­vi­si­vas ile­ga­les; eje­cu­ción de pro­gra­mas sub­ver­si­vos finan­cia­dos con miles de millo­nes de dóla­res, los que invier­ten en la actua­li­dad en las redes socia­les de inter­net para sem­brar el odio y la divi­sión entre los cubanos.

¿Se pue­de valo­rar la pre­ten­di­da mar­cha del 15 de noviem­bre como un hecho aislado?

Exis­ten evi­den­cias denun­cia­das por Cuba de la com­pli­ci­dad del gobierno de Esta­dos Uni­dos en la pre­pa­ra­ción y finan­cia­mien­to de los pro­mo­to­res de la mar­cha, como par­te de sus pro­gra­mas de «demo­cra­cia». Per­sis­ten algu­nos fac­to­res que indi­can su orga­ni­za­ción y la cer­te­za que será otro pro­yec­to sub­ver­si­vo des­ti­na­do al fra­ca­so, entre ellos:

1. Es decla­ra­da ile­gal por las auto­ri­da­des cuba­nas por­que vio­la varios artícu­los de la Cons­ti­tu­ción de la República.

2. Ante la insis­ten­cia de los ope­ra­do­res polí­ti­cos de eje­cu­tar­la, se rea­li­za un aper­ci­bi­mien­to de la Fis­ca­lía don­de advier­te las con­se­cuen­cias lega­les para sus promotores.

3. Exis­te una cone­xión entre los pro­mo­to­res y la extre­ma dere­cha anti­cu­ba­na radi­ca­da en Esta­dos Uni­dos, con el obje­ti­vo de gene­rar dis­tur­bios al igual que el 11 de julio.

4. Quie­ren desa­rro­llar­la cuan­do el país está con­tro­lan­do la pan­de­mia de la COVID-19, deci­de abrir sus fron­te­ras inter­na­cio­na­les y los niños ini­cia­rán el cur­so escolar.

5. De mane­ra abier­ta el gobierno esta­dou­ni­den­se ame­na­zó con san­cio­nar a Cuba si sus auto­ri­da­des actúan sobre los pro­mo­to­res de esta mar­cha, lo que demues­tra su com­pli­ci­dad en la orga­ni­za­ción y financiamiento.

Pero más allá de esos fac­to­res, se debe tener encuen­ta que la obse­sión de Esta­dos Uni­dos para esta­ble­cer el NE PLUS ULTRA y reco­lo­ni­zar a Cuba per­du­ra en el tiem­po. La esen­cia del con­flic­to bila­te­ral entre ambos paí­ses se man­tie­ne inva­ria­ble: recu­pe­rar la domi­na­ción sobre la Isla y trans­for­mar su sis­te­ma polí­ti­co, eco­nó­mi­co y social, con­tra la volun­tad sobe­ra­na del pue­blo cubano de defen­der su inde­pen­den­cia y man­te­ner el Socialismo.

Fuen­te: Cuba Debate

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