Eco­lo­gía Social. La lis­ta de tareas pen­dien­tes de Amé­ri­ca Lati­na lue­go de la COP26

Por Fer­mín Koop, Robert Sou­tar, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de noviem­bre de 2021.

Una mar­cha de pro­tes­ta en Glas­gow por el gru­po Fri­days for Futu­re duran­te las con­ver­sa­cio­nes cli­má­ti­cas de la COP26 pidió el fin de la injus­ti­cia cli­má­ti­ca (ima­gen: Alamy)

Tras inten­sas con­ver­sa­cio­nes, los gobier­nos ten­drán que cum­plir una serie de com­pro­mi­sos anun­cia­dos duran­te la cum­bre del cli­ma en el Rei­no Unido

Mien­tras los gobier­nos se reu­nían duran­te dos sema­nas en la COP26 de Glas­gow para ulti­mar las nor­mas de apli­ca­ción del Acuer­do de París para limi­tar el calen­ta­mien­to glo­bal a 1,5ºC, los acti­vis­tas que se encon­tra­ban fue­ra de la sede expre­sa­ron su pro­fun­da frus­tra­ción por los avan­ces que, en su opi­nión, eran dema­sia­do len­tos para quie­nes se encon­tra­ban en el extre­mo de los fenó­me­nos meteo­ro­ló­gi­cos cada vez más extremos.

Cele­bra­da un año más tar­de de lo pre­vis­to, mien­tras los paí­ses se recu­pe­ra­ban de la pan­de­mia del virus Covid-19, los mani­fes­tan­tes afir­ma­ron que la COP26 debe­ría haber sido más ambi­cio­sa en cuan­to a la miti­ga­ción de las emi­sio­nes de gases de efec­to inver­na­de­ro y la nego­cia­ción de la finan­cia­ción del cli­ma, las pér­di­das y los daños y las nor­mas para el comer­cio de emi­sio­nes de car­bono, que son los obs­tácu­los que se opo­nen des­de hace tiem­po a las conversaciones.

En el vas­to recin­to esco­cés de even­tos, hubo algu­nos éxi­tos antes de que las con­ver­sa­cio­nes con­clu­ye­ran el sába­do, un día des­pués de lo pre­vis­to. Esta­dos Uni­dos y Chi­na reafir­ma­ron su com­pro­mi­so de coope­rar en la lucha con­tra la cri­sis cli­má­ti­ca, un mer­ca­do mun­dial de car­bono se acer­có a la reali­dad y los paí­ses ricos acor­da­ron aumen­tar el gas­to en la lucha con­tra el cam­bio cli­má­ti­co de los paí­ses en desarrollo.

Pero con las pro­me­sas de finan­cia­ción incum­pli­das des­de hace diez años, muchos seguían sien­do escép­ti­cos. En las calles, Extin­ction Rebe­llion y el gru­po juve­nil Fri­days for Futu­re fue­ron algu­nos de los que cele­bra­ron apa­sio­na­das mani­fes­ta­cio­nes calle­je­ras en bus­ca de solu­cio­nes polí­ti­cas urgen­tes a la cri­sis. Un defen­sor de la geo­in­ge­nie­ría dis­fra­za­do de Darth Vader, por su par­te, encon­tró fama tem­po­ral inter­cam­bian­do letras de can­cio­nes pop de los 80 con pro­pues­tas de solu­cio­nes tecnológicas.

Final­men­te, los paí­ses fir­ma­ron el Pac­to de Glas­gow, aun­que tras una inter­ven­ción tar­día de la India que ame­na­zó con des­ba­ra­tar­lo al diluir un com­pro­mi­so de eli­mi­na­ción del car­bón que dejó al pre­si­den­te de la COP26, Alok Shar­ma, al bor­de de las lágri­mas.

Para Amé­ri­ca Lati­na, la cum­bre de dos sema­nas dejó una serie de com­pro­mi­sos cli­má­ti­cos que aho­ra ten­drán que apli­car. Pero tam­bién puso de mani­fies­to las nume­ro­sas y difí­ci­les cues­tio­nes que la región aún tie­ne que res­pon­der, des­de sus pro­yec­tos de com­bus­ti­bles fósi­les en tube­rías has­ta la reduc­ción de emi­sio­nes del sec­tor agrícola.

Las coa­li­cio­nes cli­má­ti­cas de Amé­ri­ca Latina

En la COP26, los gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos coin­ci­die­ron en recla­mar más finan­cia­ción a los paí­ses desa­rro­lla­dos para redu­cir sus emi­sio­nes y adap­tar­se a los impac­tos de un cli­ma vacilante.

Para Colom­bia, Uru­guay y Argen­ti­na, esto supu­so una peti­ción de nue­vos ins­tru­men­tos de finan­cia­ción vin­cu­la­dos a obje­ti­vos medioam­bien­ta­les, como los can­jes de deu­da por natu­ra­le­za. Uru­guay tam­bién anun­ció un nue­vo bono sobe­rano que paga­rá un tipo de inte­rés más bajo si se cum­plen sus obje­ti­vos cli­má­ti­cos, mien­tras Azu­ce­na Arbe­le­che, minis­tra de Eco­no­mía del país, inten­ta­ba con­ven­cer a las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras inter­na­cio­na­les de que apli­ca­ran cri­te­rios simi­la­res. Argen­ti­na tam­bién ape­ló al Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal para que ten­ga en cuen­ta los resul­ta­dos cli­má­ti­cos en el mar­co de la rees­truc­tu­ra­ción de su deuda.

«La peti­ción de más finan­cia­ción es el úni­co tema en el que la región tie­ne una posi­ción común, tenien­do en cuen­ta que Amé­ri­ca Lati­na es muy vul­ne­ra­ble a los efec­tos de la cri­sis cli­má­ti­ca», dijo María Lau­ra Rojas, direc­to­ra de la ONG Trans­for­ma. «En otros temas, sin embar­go, hay impor­tan­tes dife­ren­cias entre los gobiernos».

Los paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos se unen en torno a cier­tos intere­ses comu­nes en las con­ver­sa­cio­nes sobre el cli­ma y nego­cian en varios blo­ques, a menu­do superpuestos.

Hay ocho que for­man la Alian­za Inde­pen­dien­te de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be (AILAC), por ejem­plo, que publi­có una car­ta al final de la COP26 en la que pedía más finan­cia­ción y mayor ambi­ción. Boli­via y el gru­po ALBA, que inclu­ye a Cuba, Nica­ra­gua y Vene­zue­la, des­ta­ca­ron su recha­zo a los mer­ca­dos de car­bono que, según ellos, fue­ron pro­pues­tos y desa­rro­lla­dos por los paí­ses ricos. Por su par­te, Argen­ti­na, Bra­sil, Uru­guay y Para­guay, que han teni­do difi­cul­ta­des para lle­gar a un con­sen­so sobre el comer­cio den­tro del blo­que del Mer­co­sur, se com­pro­me­tie­ron a tra­ba­jar jun­tos, cen­trán­do­se en el apo­yo al sec­tor agrí­co­la en medio de los lla­ma­mien­tos a una mayor reduc­ción de las emisiones.

La peti­ción de más finan­cia­ción es el úni­co tema en el que la región tie­ne una posi­ción común, tenien­do en cuen­ta que Amé­ri­ca Lati­na es muy vul­ne­ra­ble a los efec­tos de la cri­sis climática

«La cues­tión más impor­tan­te en la cri­sis cli­má­ti­ca son las emi­sio­nes de ener­gía, pero si los paí­ses quie­ren alcan­zar la neu­tra­li­dad de car­bono ten­drán que plan­tear­se pre­gun­tas difí­ci­les, inclu­yen­do el papel de la agri­cul­tu­ra», dijo Enri­que Maur­tua Kons­tan­di­ni­dis, ase­sor prin­ci­pal sobre el cli­ma de la ONG argen­ti­na FARN. «El mun­do está entran­do en una tran­si­ción y eli­gien­do otros productos».

Com­pro­mi­sos en la COP26

Bra­sil pre­sen­tó com­pro­mi­sos ambien­ta­les que pare­cen ambi­cio­sos, entre ellos un pro­gra­ma de «Cre­ci­mien­to Ver­de» que, según el gobierno, atrae­rá inver­sio­nes y gene­ra­rá empleos sos­te­ni­bles. Jun­to a más de 100 paí­ses, Bra­sil tam­bién fir­mó en la COP26 un com­pro­mi­so para dete­ner y fre­nar la pér­di­da de bos­ques y res­tau­rar los degra­da­dos para 2030, una pro­me­sa ya rea­li­za­da por los Esta­dos miem­bros de la ONU en el Obje­ti­vo de Desa­rro­llo Sos­te­ni­ble 15.2, para 2020.

Sin embar­go, la mayor eco­no­mía de Amé­ri­ca Lati­na se enfren­tó a acu­sa­cio­nes de «lava­do ver­de» por par­te de los crí­ti­cos al des­ve­lar los com­pro­mi­sos en su bri­llan­te pabe­llón de Bra­sil, ador­na­do con folla­je arti­fi­cial y el logo­ti­po de la CNA, la fede­ra­ción nacio­nal de agri­cul­tu­ra y gana­de­ría. El empeo­ra­mien­to del his­to­rial de Bol­so­na­ro en cuan­to a la pro­tec­ción de los bos­ques se puso de mani­fies­to duran­te la COP26, ya que los datos ofi­cia­les mos­tra­ron que la defo­res­ta­ción aumen­tó un 5% en octu­bre en com­pa­ra­ción con el mis­mo mes del año ante­rior, un máxi­mo his­tó­ri­co des­de que se puso en mar­cha el pro­gra­ma de segui­mien­to Deter en 2016.

«Todos sabe­mos que lo que Bra­sil pre­sen­tó en la COP no es lo que real­men­te está ocu­rrien­do en el país», dijo a Diá­lo­go Chino Mar­cio Astri­ni, secre­ta­rio eje­cu­ti­vo del Obser­va­to­rio del Cli­ma de Bra­sil. «La úni­ca mane­ra de que los com­pro­mi­sos se pro­mul­guen es que Bol­so­na­ro no esté en el car­go. La pró­xi­ma elec­ción pre­si­den­cial será una elec­ción entre la Ama­zo­nía y Bolsonaro».

Aun­que Bol­so­na­ro no via­jó a Glas­gow, sí lo hicie­ron los gober­na­do­res esta­ta­les de Bra­sil, que se com­pro­me­tie­ron a imple­men­tar los pla­nes cli­má­ti­cos del país inde­pen­dien­te­men­te del jefe fede­ral en Bra­si­lia. Otros pre­si­den­tes lati­no­ame­ri­ca­nos asis­tie­ron a los pri­me­ros días de la cum­bre, como Iván Duque (Colom­bia), Gui­ller­mo Las­so (Ecua­dor), Luis Arce (Boli­via), Alber­to Fer­nán­dez (Argen­ti­na) y Car­los Alva­ra­do (Cos­ta Rica). En su inter­ven­ción en la sesión ple­na­ria, des­ta­ca­ron los com­pro­mi­sos ante­rio­res y asu­mie­ron otros nuevos.

Todos sabe­mos que lo que Bra­sil pre­sen­tó en la COP no es lo que real­men­te está ocu­rrien­do en el país

Las­so anun­ció una nue­va área mari­na pro­te­gi­da (AMP) en torno a las Islas Galá­pa­gos, de 60.000 kiló­me­tros cua­dra­dos, que se finan­cia­rá median­te un can­je de deu­da por natu­ra­le­za, el mayor de la his­to­ria, argu­men­tó. Duque tam­bién pre­sen­tó nue­vas AMP para Colom­bia, aña­dien­do 160.000 kiló­me­tros cua­dra­dos a una zona ya protegida.

Cos­ta Rica, Colom­bia, Ecua­dor y Pana­má pre­sen­ta­ron un plan para conec­tar sus AMP en un úni­co corre­dor que ser­vi­rá como una de las bol­sas de bio­di­ver­si­dad oceá­ni­ca más ricas del mun­do. Será un corre­dor libre de pes­ca que abar­ca­rá más de 500.000 kiló­me­tros cua­dra­dos, en una de las rutas migra­to­rias más impor­tan­tes del mun­do para muchas especies.

Un gru­po de 109 paí­ses, entre los que se encuen­tran Argen­ti­na, Uru­guay, Méxi­co, Bra­sil y Uru­guay, tam­bién fir­ma­ron un com­pro­mi­so para redu­cir sus emi­sio­nes de metano en un 30% entre 2020 y 2030. El metano es un poten­te gas de efec­to inver­na­de­ro que se libe­ra a la atmós­fe­ra a tra­vés de las acti­vi­da­des huma­nas, espe­cial­men­te la pro­duc­ción ganadera.

«La pro­duc­ción gana­de­ra cli­má­ti­ca­men­te inte­li­gen­te no sólo tie­ne ven­ta­jas medioam­bien­ta­les, sino que tam­bién pro­por­cio­na a los gana­de­ros un mayor bene­fi­cio. Nues­tro país pue­de tener un papel de lide­raz­go en esto», dijo a Diá­lo­go Chino Adrián Peña, minis­tro de Medio Ambien­te de Uru­guay. «Fir­mar el com­pro­mi­so sobre las emi­sio­nes de metano tie­ne todo el sen­ti­do del mun­do. ¿Por qué no íba­mos a fir­mar­lo si ya esta­mos tra­ba­jan­do en esto?»

Vías de descarbonización

Como par­te del Acuer­do de París sobre el cam­bio cli­má­ti­co, los paí­ses tie­nen que cons­truir una hoja de ruta para lle­gar a media­dos de siglo con eco­no­mías des­car­bo­ni­za­das. Para los gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos, esto sig­ni­fi­ca hacer pla­nes difí­ci­les y a lar­go pla­zo para toda la eco­no­mía, que abar­quen la ener­gía, la agri­cul­tu­ra y más allá.

Jun­to con un com­pro­mi­so refor­za­do de reduc­ción de emi­sio­nes del 51% para 2030, sin con­di­cio­nes de ayu­da finan­cie­ra y en com­pa­ra­ción con su ante­rior obje­ti­vo del 20%, Colom­bia lan­zó ofi­cial­men­te su plan a lar­go pla­zo para alcan­zar la neu­tra­li­dad de car­bono en 2050. Inclu­ye accio­nes de pro­tec­ción de los bos­ques, con­su­mo y pro­duc­ción sos­te­ni­bles, desa­rro­llo rural, ciu­da­des resi­lien­tes, fuen­tes de ener­gía diver­si­fi­ca­das y movi­li­dad eléctrica.

«Si que­re­mos ser neu­tros en car­bono tene­mos que dete­ner la defo­res­ta­ción, mejo­rar la ges­tión de las tie­rras agrí­co­las y depen­der menos de los com­bus­ti­bles fósi­les», dijo el minis­tro de Medio Ambien­te de Colom­bia, Car­los Correa, en la cum­bre. «Ésas son las áreas cla­ve para redu­cir nues­tras emi­sio­nes, de modo que a tra­vés de nues­tra bio­di­ver­si­dad y la refo­res­ta­ción poda­mos ser neu­tros en carbono».

Sin embar­go, el país se encuen­tra aho­ra con el reto de cuan­ti­fi­car los cos­tes de sus pla­nes de reduc­ción de emi­sio­nes y de tra­ba­jar con socios inter­na­cio­na­les para con­se­guir­los, dijo a Diá­lo­go Chino Alex Saer Saker, direc­tor de cam­bio cli­má­ti­co y ges­tión del ries­go del Minis­te­rio de Medio Ambien­te de Colombia.

«Es real­men­te cla­ve por­que no se tra­ta sólo de la coope­ra­ción en mate­ria de recur­sos, sino tam­bién de la coope­ra­ción téc­ni­ca», dijo, seña­lan­do que los inves­ti­ga­do­res de orga­ni­za­cio­nes como el Ins­ti­tu­to de Medio Ambien­te de Esto­col­mo eran cru­cia­les para cal­cu­lar las emi­sio­nes y los recor­tes alcan­za­bles. «Es una nece­si­dad para todos nues­tros paí­ses que tal vez no ten­gan la expe­rien­cia nece­sa­ria para hacer los núme­ros», aña­dió. Saer tam­bién des­ta­có los cam­bios en los pro­ce­sos de lici­ta­ción de pro­yec­tos de ener­gías reno­va­bles y la reduc­ción de los aran­ce­les a la impor­ta­ción de vehícu­los eléc­tri­cos como ele­men­tos vita­les que per­mi­tie­ron a Colom­bia seguir a Cos­ta Rica y com­pro­me­ter­se con la descarbonización.

Aun­que el tex­to final de Glas­gow no logró anu­lar el uso de la ener­gía del car­bón, Saer reco­no­ció que la COP26 se hizo eco de fuer­tes seña­les sobre el futu­ro de un pro­duc­to del que Colom­bia depen­de para sus ingre­sos de expor­ta­ción. «Todas las medi­das que han toma­do los paí­ses en cuan­to al uso del car­bón cam­bia­rán el mer­ca­do. Estas empre­sas que expor­tan car­bón ten­drán que iden­ti­fi­car otras fuen­tes de nego­cio y diver­si­fi­car­se», dijo.

Chi­le tam­bién anun­ció su estra­te­gia a lar­go pla­zo en la COP. El país espe­ra tener una matriz ener­gé­ti­ca de cero emi­sio­nes para 2050, así como redu­cir las emi­sio­nes del sec­tor mine­ro e indus­trial en un 70% e intro­du­cir pla­nes de recu­pe­ra­ción y con­ser­va­ción de entre el 30 y el 50% de las espe­cies amenazadas.

Jun­to con Uru­guay, Chi­le tam­bién fir­mó una decla­ra­ción en la cum­bre para tra­ba­jar para que todas las ven­tas de coches y fur­go­ne­tas nue­vas sean de cero emi­sio­nes para 2040. Cos­ta Rica tam­bién ini­ció una nue­va coa­li­ción con un gru­po de otros 11 paí­ses para tra­ba­jar para poner fin a nue­vas con­ce­sio­nes, ron­das de licen­cias o arren­da­mien­tos para la pro­duc­ción de petró­leo y gas.

Si que­re­mos ser neu­tros en car­bono tene­mos que dete­ner la defo­res­ta­ción, mejo­rar la ges­tión de las tie­rras agrí­co­las y depen­der menos de los com­bus­ti­bles fósiles

Se espe­ra­ba que Argen­ti­na pre­sen­ta­ra tam­bién su hoja de ruta para 2050, pero deci­dió retra­sar­la en medio de las pre­sio­nes de los gru­pos agrí­co­las antes de la cum­bre. En su lugar, el gobierno hizo ofi­cial su mejo­ra del 2% en el obje­ti­vo de 2030. El gobierno está impul­san­do las inver­sio­nes en el sec­tor de los com­bus­ti­bles fósi­les mien­tras se con­ge­lan las nue­vas lici­ta­cio­nes de renovables.

La cum­bre del cli­ma del pró­xi­mo año ten­drá lugar en Sharm El-Sheikh (Egip­to) y los acti­vis­tas espe­ran que las cues­tio­nes cla­ve de la adap­ta­ción y las pér­di­das y daños reci­ban la aten­ción urgen­te y el pro­gre­so nece­sa­rio. Los gobier­nos de Amé­ri­ca Lati­na y de otros paí­ses ten­drán que vol­ver con mejo­res com­pro­mi­sos cli­má­ti­cos, demos­tran­do a un mun­do gol­pea­do por el aumen­to de las sequías, las inun­da­cio­nes y el aumen­to del nivel del mar, que tie­nen las estra­te­gias y la volun­tad de mejo­rar su juego.

Fer­mín Koop es edi­tor de Diá­lo­go Chino para el Cono Sur

Robert Sou­tar es jefe de redac­ción en Diá­lo­go Chino.

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