Resumen Latinoamericano, 22 de noviembre de 2021.
Bukele anunció la emisión de deuda soberana para crear un nuevo proyecto de «Bitcoin City» y comprar más criptoactivos. Economistas advierten sobre la difícil situación fiscal del país.
En El Salvador las noticias económicas y de finanzas públicas no se dan en una conferencia de prensa para poder explicar y dilucidar dudas, sino que se anuncian en fiestas playeras y en inglés.
El presidente de la República, Nayib Bukele, dijo el sábado en la noche que creará una «ciudad bitcóin» como «zona especial» sin impuestos en La Unión, y para ello creará el primer bono soberano en bitcóin, es decir deuda por $1,000 millones, pero denominada en el criptoactivo y colocada en un mercado alternativo.
El anuncio lo hizo en la fiesta de cierre de la semana del bitcóin, ya que se llevaron a cabo en el país dos congresos internacionales sobre el criptoactivo.
Esta fiesta que se realizó en un hotel de moda en la playa Mizata, en el departamento de La Libertad, fue organizada por el gobierno, en la tarjeta era el presidente quien invitaba y la reservación se hacía a un correo de la Presidencia.
El bono será colocado en 60 días, a una tasa de 6.5 % y a 10 años, además tendrá «dividendos especiales distribuidos anualmente», de los que no hay más detalles. La emisión se realizará en la «red líquida» de Blockstream.
«Hemos estado en conversaciones con El Salvador durante meses y hemos realizado un gran esfuerzo para diseñar y modelar los bonos», dijo Samsom Mow, fundador de Blockstream. Mow especificó en el evento y en el comunicado colgado en su web que los $1,000 millones se dividirán entre una asignación de $500 millones para comprar bit cóin y los otros $500 millones para construir infraestructura de energía para la de minería de bitcoins (por eso al bono le llaman Volcano Bond).
«La mitad de esta deuda pública sería para financiar compra de bitcoins, es decir, para invertir de forma especulativa; el otro 50 % de esta deuda pública es para apalancar proyectos de infraestructura de los cuales no hay muchos detalles, pero en el contexto parece ser para apalancar esa ciudad para devotos de bitcóin que se planea hacer», dijo la economista Tatiana Marroquín.
El impacto fiscal
Marroquín señala que cualquier emisión de deuda pública en esta coyuntura que vive el país, de una deuda que supera el 90 % del PIB, debe ser «en el marco de lo estrictamente necesario, pues tanto el pago de intereses como de capital de deuda, se han vuelto una carga demasiado pesada para las finanzas públicas».
«Tomando en cuenta que estos $1,000 millones no servirían para el pago de deuda o para cerrar la brecha de presupuesto pues agrava sustancialmente la situación fiscal del país y de nuevo reafirma la poca responsabilidad fiscal del gobierno», sentencia.
Para ello, el país está en negociación desde inicios del años para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por $1,300 millones que ayudarían a cerrar la brecha y también implicaría un plan para reajustar las finanzas. Pero desde el anuncio de la adopción legal del bitcóin en el país, la relación con el FMI parece no estar en un buen puerto.
La semana anterior el vocero del Fondo, Gerry Rice, aseguraba que en estos momentos el tema del acuerdo no se estaba discutiendo con el gobierno, por lo que las expectativas de lograrlo a corto plazo no son claras.
Salir a emitir deuda en el mercado bitcóin «es como la alternativa, es como decir, ya con el sistema financiero internacional no voy a poder obtener financiamiento entonces surge esta posibilidad, que es un experimento, nadie lo ha hecho en el mundo hasta este día», señala por su parte el economista Luis Membreño.
Aunque parece que podría implicar un riesgo: «es decirle al fondo, ya no quiero hacer negocios con ustedes porque ustedes no me dan la plata que yo quiero entonces la voy a ir a buscar a otro lugar», agrega.
Y es que los espacios para buscar financiamiento cada vez se cierran más para el país que mantiene una calificación soberana de Caa1- «negativa» de parte de Moody’s, la más baja de la región.
Además , si el gobierno decide salir a los mercados tradicionales a emitir bonos, por su alto «riesgo país» (el tercero más alto de América Latina después de Venezuela y Argentina), sería un «suicidio financiero», dice Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), ya que el país tendría que pagar una tasa que ronda un 14%. Además, el mercado de deuda interna está al límite, por lo que «las entradas de financiamiento tradicionales están cerradas», dice.
El año pasado El Salvador emitió $1,000 millones a 32 años a una tasa de 9.5%, la más alta pagada a la fecha.
Y aunque el 6.5 %, podría ser menor al 14 %; el 1% o 2% que se paga a las multilaterales como el FMI y El Banco Mundial, es mucho menor aun.
«Vamos a ver si (los bitcoiners) realmente están dispuestos a prestarles $1,000 millones al país», puntualizó Castaneda.
Volatilidad y secretismo
El bitcóin ha rondado este mes de noviembre entre los $55,000 como su valor más bajo, hasta rozar los $68,000 como su precio más alto, según datos del mercado. Al cierre de esta nota estaba en $58,176. Según se conoce por tuits de Bukele, El Salvador tiene a la fecha 700 bitcoins, aunque una nota publicada ayer por Bloomberg estimaba que El Salvador era poseedor de 1,100 tokens. El gobierno no ha clarificado cuánto ha invertido en la compra del criptoactivo, cuánto se ha otorgado de bono para los usuarios de la billetera Chivo, ni mucho menos cuánto ha costado en total esta iniciativa.
Fuente: Prensa gráfica