Esta­dos Uni­dos. Huel­gas de ham­bre en recla­mo de jus­ti­cia: des­de acti­vis­tas con­tra el cam­bio cli­má­ti­co has­ta con­duc­to­res de taxis

Por Amy Good­man y Denis Moy­nihan, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de noviem­bre de 2021.

Las huel­gas de ham­bre son actos de pro­tes­ta pode­ro­sos. A lo lar­go de su vida, Mahat­ma Gandhi par­ti­ci­pó en unos 20 ayu­nos públi­cos. En 1917, 32 muje­res sufra­gis­tas esta­dou­ni­den­ses que pro­tes­ta­ban fren­te a la Casa Blan­ca por el dere­cho al voto fue­ron arres­ta­das y some­ti­das a con­di­cio­nes de reclu­sión inhu­ma­nas. Cuan­do un gru­po de ellas se decla­ró en huel­ga de ham­bre, fue­ron ali­men­ta­das con­tra su volun­tad de mane­ra vio­len­ta. En 1981, diez pre­sos polí­ti­cos, miem­bros del IRA, el Ejér­ci­to Repu­bli­cano Irlan­dés —entre ellos Bobby Sands — , murie­ron tras varios días de huel­ga de ham­bre, que rea­li­za­ron a modo de pro­tes­ta con­tra la ocu­pa­ción bri­tá­ni­ca en Irlan­da y por el tra­to que reci­bían en la pri­sión de alta segu­ri­dad de Maze, en Irlan­da del Nor­te. Mien­tras tan­to, según se infor­ma, de los sie­te pales­ti­nos que actual­men­te per­ma­ne­cen en huel­ga de ham­bre en una pri­sión israe­lí, algu­nos están al bor­de de la muer­te. El ayuno es una tác­ti­ca de lucha difí­cil y par­ti­cu­lar­men­te peli­gro­sa: impli­ca nada menos que dejar de ali­men­tar­se para desa­fiar a los pode­ro­sos que nie­gan la justicia.

Un gru­po de jóve­nes esta­dou­ni­den­ses tam­bién se encuen­tra actual­men­te en huel­ga de ham­bre y, al igual que las sufra­gis­tas hace más de cien años, están lle­van­do a cabo sus pro­tes­tas fren­te a la Casa Blan­ca. Estos jóve­nes son miem­bros del movi­mien­to en defen­sa del cli­ma Sun­ri­se Move­ment y están ins­tan­do al pre­si­den­te Joe Biden a tomar medi­das drás­ti­cas para abor­dar la cri­sis del cam­bio climático.

“Estoy en huel­ga de ham­bre por mi fami­lia, por mi futu­ro y por las pro­me­sas que hizo el pre­si­den­te [Biden] a los jóve­nes que lo pusie­ron en el car­go”, dijo el acti­vis­ta con­tra el cam­bio cli­má­ti­co Kidus Gir­ma duran­te una entre­vis­ta con Demo­cracy Now!, en el octa­vo día de su ayuno, pocos días des­pués de que lo hos­pi­ta­li­za­ran con un nivel de azú­car en san­gre peli­gro­sa­men­te bajo. “El pre­si­den­te debe poner a los niños del futu­ro y a los de hoy en el cen­tro de su agen­da; no a los direc­ti­vos de Exxon o a los repre­sen­tan­tes que cabil­dean a favor de los intere­ses de los mul­ti­mi­llo­na­rios del petró­leo y el gas”.

Abby Leedy, otra de las acti­vis­tas del movi­mien­to Sun­ri­se que se sumó a la huel­ga de ham­bre, cri­ti­có al sena­dor demó­cra­ta con­ser­va­dor de Vir­gi­nia Occi­den­tal Joe Man­chin, quien, actuan­do a con­tra­mano de su pro­pio blo­que, logró reti­rar gran par­te de las dis­po­si­cio­nes a favor de la ener­gía reno­va­ble que el pro­yec­to de ley de gas­tos públi­cos de Biden con­te­nía ini­cial­men­te. Leedy con­fron­tó a Man­chin cuan­do el sena­dor salía de un even­to con donan­tes empresariales:

Abby Leedy: “Ten­dré que cre­cer en medio de una emer­gen­cia cli­má­ti­ca catas­tró­fi­ca si usted con­ti­núa blo­quean­do [la crea­ción de un] Cuer­po Civil del Cli­ma… Las emi­sio­nes de metano…”.

Sena­dor Joe Man­chin: “Esta­mos cam­bian­do el cli­ma… Esta­dos Uni­dos… ¿Pue­do hablar? ¿Pue­do hablar un segun­do? ¿Cómo te llamas?”.

Abby Leedy: “Mi nom­bre es Abby”.

Sena­dor Joe Man­chin: “Abby, déja­me decir­te que en Esta­dos Uni­dos hemos toma­do más medi­das [con­tra el cam­bio cli­má­ti­co] que cual­quier otro país. Todas las emi­sio­nes pro­vie­nen de Asia…”.

Abby Leedy: “Sena­dor Man­chin, si Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca no redu­ce sus emi­sio­nes en al menos un 50%, ten­dré que cre­cer bajo una ince­san­te emer­gen­cia cli­má­ti­ca. Lle­vo sie­te días en huel­ga de hambre…”.

Sena­dor Joe Man­chin: “Lla­ma a mi oficina”.

El sena­dor Man­chin es el con­gre­sis­ta esta­dou­ni­den­se que reci­be más dona­cio­nes de la indus­tria del petró­leo, el gas y el car­bón y ha gana­do millo­nes de dóla­res con la empre­sa de corre­ta­je rela­cio­na­da con la indus­tria del car­bón que él mis­mo fun­dó en Vir­gi­nia Occi­den­tal y que aho­ra diri­ge su hijo. Uno de sus prin­ci­pa­les donan­tes es la empre­sa Energy Trans­fer LP, pro­pie­ta­ria del con­tro­ver­ti­do oleo­duc­to Dako­ta Access.

Mien­tras tan­to, en el cen­tro de la ciu­dad de Nue­va York, otro gru­po de acti­vis­tas en huel­ga de ham­bre recla­ma un cam­bio. Se tra­ta de un gru­po de taxis­tas que han mon­ta­do una pro­tes­ta las 24 horas del día, los sie­te días de la sema­na, fren­te a la sede del Gobierno Muni­ci­pal. Los taxis­tas exi­gen que la ciu­dad imple­men­te pro­gra­mas de ayu­da finan­cie­ra para miles de con­duc­to­res devas­ta­dos por la deu­da acu­mu­la­da debi­do al cos­to de las licen­cias para con­du­cir taxis, que fue infla­do de mane­ra arti­fi­cial por el gobierno local. Muchos con­duc­to­res com­pra­ron las licen­cias —o meda­llo­nes, como se las cono­ce por su aspec­to— por más de un millón de dóla­res. Sin embar­go, con la incur­sión de las apli­ca­cio­nes de via­jes com­par­ti­dos como Uber y Lyft, estas licen­cias aho­ra solo valen alre­de­dor de 100.000 dóla­res. Miles de taxis­tas de la ciu­dad de Nue­va York están actual­men­te sumi­dos en gran­des deu­das y al menos nue­ve han muer­to por suicidio.

Augus­ti­ne Tang es uno de los taxis­tas que par­ti­ci­pa de la huel­ga de ham­bre. En su sex­to día de ayuno, dijo a Demo­cracy Now!: “Estoy hacien­do esta huel­ga de ham­bre por las 6.000 fami­lias que se han vis­to afec­ta­das por esta cri­sis del sis­te­ma de licen­cias para con­du­cir taxis. Estos hom­bres y muje­res han inver­ti­do en la ciu­dad [de Nue­va York] y han tra­ba­ja­do como taxis­tas duran­te 20, 30 o 40 años de sus vidas, solo para que les qui­ten la posi­bi­li­dad de con­tar con una bue­na jubi­la­ción, suma­do a que muchos están al bor­de de per­der sus vivien­das y sus trabajos”.

La pro­tes­ta de los taxis­tas fue orga­ni­za­da por la Alian­za de Tra­ba­ja­do­res de Taxi de Nue­va York, que ha desa­rro­lla­do un plan de rees­truc­tu­ra­ción de las deu­das rela­cio­na­das con las licen­cias. Dicho plan cuen­ta con el res­pal­do de casi todos los legis­la­do­res del área metro­po­li­ta­na de Nue­va York, inclui­dos la con­gre­sis­ta Ale­xan­dria Oca­sio-Cor­téz y el líder de la mayo­ría del Sena­do, Chuck Schumer.

Zoh­ran Mam­da­ni, miem­bro de la Asam­blea Esta­tal de Nue­va York, se sumó tam­bién a la huel­ga de ham­bre de los taxis­tas y habló con Demo­cracy Now! sobre las con­se­cuen­cias que sufrió des­pués de ayu­nar duran­te ocho días: “No podía dor­mir, tenía ham­bre cons­tan­te­men­te, momen­tos de visión borro­sa, estrés, dolo­res de cabe­za: las mis­mas con­se­cuen­cias físi­cas que los con­duc­to­res de taxis dicen que sufren por car­gar con estas deu­das millo­na­rias, por no poder cui­dar de sus fami­lias y no ver nin­gu­na sali­da a su situación”.

En Irlan­da del Nor­te, antes de morir en 1981 des­pués de 66 días en huel­ga de ham­bre, Bobby Sands dijo: “Nues­tra ven­gan­za será la son­ri­sa de nues­tros hijos”. Median­te este duro acto de negar­se a sí mis­mos la comi­da, acti­vis­tas de todo el mun­do están ali­men­tan­do la cau­sa de la justicia.

Itu­rria /​Fuen­te

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