Etio­pía: Un lar­go año de desolación

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de noviem­bre de 2021-.

A un año exac­to de que el Pri­mer Minis­tro etío­pe Abiy Ahmed, Pre­mio Nobel de la Paz 2019, orde­na­ra a las Fuer­zas de Defen­sa Nacio­nal de Etio­pía (ENDF) el ini­ció de las ope­ra­cio­nes en la región rebel­de de Tigray, a la que cali­fi­có como: “una inter­ven­ción de orden públi­co”, tras una serie de con­flic­tos polí­ti­cos, que deri­va­ron en el ata­que a una base de las ENDF (Ver: Etio­pía: De una gue­rra étni­ca a un con­flic­to regional.).

La acción que se creía que iba a ter­mi­nar en las pri­me­ras sema­nas, tal como suce­dió, sólo en apa­rien­cia, ya que las fuer­zas rebel­des que habían ocu­pa­do Meke­lle, la capi­tal regio­nal, algu­nos meses des­pués, exac­ta­men­te el 25 de junio, las mili­cias de las Fuer­zas de Defen­sa de Tigray (TDF) el bra­zo arma­do del Fren­te Popu­lar para la Libe­ra­ción de Tigray (TPLF), sur­gie­ron des­de la región mon­ta­ño­sa, de La’ilay Adi­ya­bo (Alto Adi­ya­bo ) uno de los wore­das ( dis­tri­tos) de Tigrey, don­de se refu­gia­ron para reor­ga­ni­zar­se y como un alud incon­te­ni­ble lan­za­ron la ope­ra­ción Alu­la Aba Nega (nom­bre de un líder tigrey del siglo XIX) más cono­ci­da como ope­ra­ción Alu­la, tras lo que vol­vie­ron a ocu­par Meke­lle y otras ciu­da­des de Tigray, ponien­do en fuga a gran par­te de los efec­ti­vos del ejér­ci­to fede­ral y toman­do a más de seis mil de sus hom­bres pri­sio­ne­ros. A los que pasea­ron por las calles de la capi­tal regio­nal, en un humi­llan­te des­fi­le. Lo que obli­gó al Pri­mer Minis­tro Ahmed a decla­rar uni­la­te­ral­men­te un alto el fuego.

Las cri­sis entre Meke­lle y Addis Abe­ba esta­lla en octu­bre del 2020 cuan­do el TPLF, que domi­nó la polí­ti­ca del país por más de trein­ta años, se había nega­do a par­ti­ci­par de las elec­cio­nes regio­na­les, rea­li­zan­do las pro­pias de mane­ra inde­pen­dien­te del poder cen­tral, por lo que el gobierno de Ahmed las decla­ró ilegales.

Tras la lle­ga­da de Abiy Ahmed, de la etnia oro­mo, al poder en 2018, acom­pa­ña­do por el Par­ti­do de la Pros­pe­ri­dad, se encar­gó meticu­losa­men­te de des­ar­mar el poder que los tigre­ses había teji­do a lo lar­go de su inte­rregno, en todos los nive­les de la estruc­tu­ra del gobierno fede­ral y las fuer­zas arma­das nacionales.

Tras la ope­ra­ción Alu­la, la gue­rra, dadas las serias res­tric­cio­nes a la pren­sa para tra­ba­jar en las áreas de com­ba­tes, entró en un oscu­ro silen­cio, de don­de comen­za­ron a escu­char­se voces de denun­cia de vio­la­ción a los dere­chos huma­nos, cons­tan­tes masa­cre de civi­les, vio­la­cio­nes masi­vas y tor­tu­ras, lo que empu­jó a millo­nes de per­so­nas a una seve­ra cri­sis ali­men­ti­cia y sani­ta­ria. Mien­tras se cono­cía que más de dos millo­nes de pobla­do­res que vivían en las áreas afec­ta­das por la gue­rra habían teni­do que des­pla­zar­se, mien­tras que entre 80 y 200 mil debie­ron refu­giar­se al otro lado de la fron­te­ra con Sudán.

Hecho que ten­só toda­vía más las rela­cio­nes entre Jar­tum y Addis Abe­ba, entre otras cues­tio­nes, como los mutuos recla­mos de las ricas áreas agrí­co­las de al-Fasha­ga, en la región de Amha­ra en el noroes­te de Etio­pía. Pero el pun­to más calien­te en este momen­to es la inmi­nen­te pues­ta en fun­cio­na­mien­to de la Gran Repre­sa del Rena­ci­mien­to Etío­pe (GERD) cons­trui­da por Chi­na sobre el Nilo Blan­co a un cos­to de más de cin­co mil millo­nes de dóla­res, que se cal­cu­la esta­rá en fun­cio­na­mien­to entre enero y febre­ro del 2022, la que más allá de abas­te­cer de ener­gía eléc­tri­ca a todo el país, ten­drá un exce­den­te que le per­mi­ti­rá expor­tar a varios paí­ses fron­te­ri­zos. El mons­truo­so empren­di­mien­to chino, pro­du­ci­rá una mer­ma sus­tan­cial en el cur­so del Nilo, al que has­ta aho­ra le apor­ta un 97 por cien­to de sus aguas río arri­ba, lo que va a poner en una situa­ción extre­ma­da­men­te crí­ti­ca las eco­no­mías de Sudán y Egip­to ya muy dete­rio­ra­das por fac­to­res internos.

Tras la exi­to­sa ope­ra­ción de junio las Fuer­zas de Defen­sa de Tigray (TDF) no se han dete­ni­do en su ofen­si­va, habien­do toma­do varias ciu­da­des de la Región de Amha­ra entre ellas las estra­té­gi­cas Des­sie, el pasa­do domin­go y Kom­bol­cha, don­de los com­ba­tes se habrían pro­lon­ga­do has­ta el lunes por la noche, en la que se pro­du­je­ron bom­bar­deos de la avia­ción de Ahmed.

Ambas ciu­da­des se encuen­tran en la ruta prin­ci­pal hacia a Addis Abe­ba, unos 400 kiló­me­tros al sur, lo que ha gene­ra­do el temor a que los tigre­ses, jun­to a mili­cias alia­das del Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Oro­mo (OLA),la etnia más popu­lo­sa de las cer­ca de ochen­ta del país, pue­dan tomar la capi­tal. Lo que para algu­nos de los com­ba­tien­tes rebel­des suce­de­rá en un par de sema­nas. Cues­tión que fue nega­da por el voce­ro ofi­cial del TPLF, Geta­chew Reda, que ha decla­ra­do que la orga­ni­za­ción no tie­ne pla­nea­do tomar la capi­tal y que la ofen­si­va tenía como fin, solo ter­mi­nar con el ase­dio al gobierno autó­no­mo de Tigray, que había sido impues­to, Ahmed des­de que lle­gó al gobierno en 2018.

Más allá de las decla­ra­cio­nes de Reda y dada la crí­ti­ca situa­ción de la capi­tal Ahmed, el mar­tes dos, decla­ró el esta­do de emer­gen­cia en todo el país y pidió a sus efec­ti­vos que mul­ti­pli­ca­rán su esfuer­zo en defen­sa de la capi­tal e inclu­so lla­mó a los abi­si­nios a que: “Uti­li­ce cual­quier tipo de armas para blo­quear la embes­ti­da rebel­de, derri­bar­los y ente­rrar­los” tras lo que agre­gó que: “Morir por Etio­pía es un deber para todos”.

En Etio­pía, la segun­da nación más pobla­da de Áfri­ca, con 110 millo­nes de habi­tan­tes, diez regio­nes o pro­vin­cias, des­de el ini­cio de la gue­rra civil se han incor­po­ra­do dife­ren­tes fac­cio­nes al con­flic­to, como las mili­cias oro­mas, las de la región de Amha­ra, y fun­da­men­tal­men­te tro­pas del ejér­ci­to eri­treo, alia­das a Ahmed, acu­sa­das de per­pe­trar matan­zas con­tra civi­les, foca­li­za­das en los muchos tigre­ses de ori­gen eri­treo, refu­gia­dos en Etio­pía, des­de hace años. La actual cri­sis con los inde­pen­den­tis­tas de Tigrey, a los que se suma­ron los oro­mos, podría ini­ciar un pro­ce­so de bal­ca­ni­za­ción laten­te en el país des­de los años ochen­ta, que ade­más ame­na­za exten­der el con­flic­to a Sudán y Somalia.

Mien­tras que los Esta­dos Uni­dos, par­ti­cu­lar­men­te intere­sa­do en la región por la fuer­te pre­sen­cia Chi­na, que ha rea­li­za­do impor­tan­tes inver­sio­nes en Etio­pía y otros paí­ses veci­nos, en voz del Secre­ta­rio de Esta­do de Esta­dos Uni­dos, Antony Blin­ken, dijo: “Washing­ton está alar­ma­do por los infor­mes de la toma de Des­sie y Kom­bol­cha por par­te de TPLF”. Y la Alta Comi­sio­na­da de las Nacio­nes Uni­das para los Dere­chos Huma­nos, Miche­lle Bache­let, deve­ni­da en una sim­ple comen­ta­ris­ta de los hechos, afir­mó: “El con­flic­to del Tigray está carac­te­ri­za­do por una extre­ma bru­ta­li­dad” ¡Albri­cias por las nove­da­des! de la ex pre­si­den­ta chilena.

El fac­tor egipcio.

Cuan­do se le pre­gun­tó Meles Zena­wi, Pri­mer Minis­tro de Etio­pía, des­de 1995 has­ta su muer­te en 2012: ¿Cuál era su mayor temor? Zena­wi no dudó en res­pon­der: “Egip­to”.

Exis­ten fun­da­das sos­pe­chas de la oscu­ra inten­ción de El Cai­ro, han inten­ta­do man­te­ner a Etio­pía en un esta­do de fuer­te debi­li­dad polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca, ya que ese país cuen­ta con las con­di­cio­nes para con­ver­tir­se en el gran inter­lo­cu­tor de la región con el res­to del mun­do, impreg­na­do por las bases pro­gre­sis­tas que ha apor­ta­do el Pri­mer Minis­tro Zena­wi, Papel al que his­tó­ri­ca­men­te ha aspi­ra­do Egipto.

Dicha situa­ción es la razón por la que Egip­to, no ha duda­do en apo­yar los movi­mien­tos de opo­si­ción a Addis Abe­ba, duran­te los días de la lucha inde­pen­den­tis­ta de Eri­trea (1998 – 2000), gue­rra en la que ade­más de per­der esa región ter­mi­na­ría de qui­tar­le su acce­so al Mar Rojo, y la posi­bi­li­dad de la cons­ti­tu­ción de un esta­do fuer­te y cen­tra­li­za­do, que lo con­ver­ti­ría en un juga­dor cla­ve en las rela­cio­nes del siem­pre com­ple­jo Cuerno de Áfri­ca. Fre­nas a Etio­pía ha sido polí­ti­ca de esta­do para los suce­si­vos gobier­nos egip­cios que han pre­ten­di­do domi­nar la región, a excep­ción del de Moha­med Mor­si, situa­ción que habría podi­do cola­bo­rar en su derro­ca­mien­to en 2013.

Regir en el Cuerno de Áfri­ca tam­bién es deseo de Tur­quía, Qatar e Israel, y por aho­ra, con mucha más suer­te que Egip­to. Por lo que para el actual reis en gene­ral Abdel Fat­tah al-Sisi, la nece­si­dad de una estra­te­gia diplo­má­ti­ca, para resol­ver la cues­tión de la repre­sa es vital, sabien­do que la opción arma­da, si bien es muy remo­ta, no es impo­si­ble. El Cai­ro lle­vó la dispu­ta por la GERD, a todos los foros inter­na­cio­na­les e inclu­so se ha arma­do una mesa de cua­tro patas: Egip­to, Sudán, Etio­pía y cuan­do no Esta­dos Uni­dos, para encon­trar­le una solu­ción al dile­ma, que sigue sin resolverse.

Aun­que este no es el úni­co pro­ble­ma del gene­ral al-Sisi, que debe supe­rar dos cues­tio­nes urgen­tes: esta­bi­li­zar la eco­no­mía y resol­ver la crí­ti­ca situa­ción del terro­ris­mo waha­bi­ta, por lo que está libran­do, des­de 2018, una gue­rra sucia en el Sinaí. El rais, de todos modos, se encuen­tra con las manos ata­das fren­te a la opción mili­tar ya que en la región tam­bién ope­ran dos juga­do­res de mucho peso y has­ta aho­ra alia­dos del gene­ral, como Ara­bia Sau­di­ta y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos, poten­cias que tam­bién man­tie­nen estre­chas rela­cio­nes eco­nó­mi­cas con Addis Abe­ba, que les impi­den jugar a favor de El Cairo.

Por lo que se cree que su úni­ca opor­tu­ni­dad para des­es­ta­bi­li­zar a Addis Abe­ba, es cola­bo­rar con la insur­gen­cia de Tigray, como lo hace con la gue­rri­lla que ope­ra en la región de Benishan­gul-Gumuz, en el oes­te de país, don­de se encuen­tra la repre­sa y según lo denun­ció la inte­li­gen­cia etío­pe. El gru­po insur­gen­te de los gumuz, ha esta­do rea­li­zan­do ata­ques con­tra las mino­rías étni­cas loca­li­za­das en su terri­to­rio, don­de ya cien­tos de civi­les han sido ase­si­na­dos y miles debie­ron des­pla­zar­se. Por lo que pen­sar en la posi­ble asis­ten­cia mili­tar egip­cia a las Fuer­zas de Defen­sa de Tigray, es evi­den­te, lo que expli­ca­ría tam­bién el éxi­to de la ofen­si­va de Alu­la, en el últi­mo junio, lo que ha con­de­na­do al pue­blo etío­pe, a este lar­go año de desolación.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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