Feminismos. Violencia obstétrica, un mal oculto que aqueja a las mujeres del Paraguay

Femi­nis­mos. Vio­len­cia obs­té­tri­ca, un mal ocul­to que aque­ja a las muje­res del Paraguay

Por E’a, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de noviem­bre de 2021.

Los tes­ti­mo­nios de las muje­res este 2511 duran­te el con­ver­sa­to­rio “Lo que vivi­mos las muje­res duran­te el par­to. El fan­tas­ma de la vio­len­cia obs­té­tri­ca” dan cuen­ta de la vigen­cia de los par­tos domi­ci­lia­rios en el inte­rior del país.

Sin embar­go, las par­ti­ci­pan­tes con­clu­ye­ron que las muje­res se expo­nen al ries­go de la muer­te duran­te el par­to domi­ci­lia­rio por­que per­sis­ten las vio­len­cias en los hos­pi­ta­les, inclu­so duran­te las pri­me­ras consultas.

«Yo tuve a mis hijos en mi casa, por­que en el hos­pi­tal solo había enfer­me­ras prac­ti­can­tes y me daban mie­do, y ade­más me tra­ta­ron mal en la con­sul­ta y ya ni con­si­de­ré vol­ver, en nues­tra comu­ni­dad hay una par­te­ra empí­ri­ca que acom­pa­ña y nos hace masa­jes» cuen­ta en gua­ra­ní una de las par­ti­ci­pan­tes en la ron­da. «El par­to domi­ci­lia­rio sigue sien­do una prác­ti­ca y toda­vía hay muchas par­te­ras empí­ri­cas por­que en los hos­pi­ta­les hay malos tra­tos», con­tó otra en la ron­da interactiva.

Petro­na Villas­boa es una par­te­ra empí­ri­ca. Con ella nacie­ron muchos niños y niñas de su comu­ni­dad en Ede­li­ra, Ita­púa. «Hay ries­gos en los par­tos domi­ci­lia­rios y es por eso que es nece­sa­rio que no haya vio­len­cia hacia las muje­res», dice.
El con­ver­sa­to­rio ade­más reco­gió pro­pues­tas para for­ta­le­cer las con­ver­sa­cio­nes sobre la pre­ven­cion de la vio­len­cia obs­té­tri­ca en los depar­ta­men­tos. El encuen­tro fue orga­ni­za­do por la Arti­cu­la­ción Muje­res Libres de Vio­len­cia en la Pla­za Uru­gua­ya de Asun­ción en el mar­co del “Día inter­na­cio­nal de la eli­mi­na­ción de la vio­len­cia hacia las mujeres”.

Vio­len­cia ins­ti­tu­cio­nal
“Que­re­mos traer al espa­cio públi­co estas situa­cio­nes que se sue­len dar entre las pare­des de los hos­pi­ta­les. La vio­len­cia que sufren las muje­res duran­te el perio­do de ges­ta­ción, duran­te el par­to y el puer­pe­rio es una de las for­mas de vio­len­cia más natu­ra­li­za­das, menos visi­bi­li­za­das, de la que menos se habla, pero que se alo­ja en el recuer­do de las muje­res para toda la vida”, dice Vic­to­ria Peral­ta, inte­gran­te del Movi­mien­to por el Dere­cho a la Salud.

“El tra­to des­hu­ma­ni­za­do que expe­ri­men­tan las muje­res en ese momen­to de tan­ta fra­gi­li­dad que es el momen­to del par­to es una for­ma de vio­len­cia», dijo Peral­ta que con­du­jo el con­ver­sa­to­rio en ronda.

“En este espa­cio plan­tea­mos abor­dar el tra­to des­hu­ma­ni­za­do que expe­ri­men­tan las muje­res en ese momen­to de tan­ta fra­gi­li­dad que es el momen­to del par­to. Abor­da­mos des­de el recuer­do de las muje­res, des­de el rela­to de las muje­res, para final­men­te cons­truir un camino, el cam­bio nece­sa­rio para supe­rar esta for­ma de vio­len­cia tan posi­ble de ser pre­ve­ni­da”, expli­ca Peralta.

“Otra de las preo­cu­pa­cio­nes que trae­mos en este año es el aumen­to de per­so­nas jóve­nes con VIH en los últi­mos tiem­pos y la dis­cri­mi­na­ción en los hos­pi­ta­les públi­cos y tam­bién en el mun­do del tra­ba­jo. Des­de nues­tra orga­ni­za­ción Muje­res Opu­mi (Orga­ni­za­das por un mis­mo ideal), acom­pa­ña­mos a per­so­nas con VIH y es una cons­tan­te en los últi­mos tiem­pos que las muje­res emba­ra­za­das, que muchas veces son jóve­nes, que muchas veces detec­tan el virus ya emba­ra­za­das en el con­trol pre­na­tal, son dis­cri­mi­na­das”, cuen­ta Gladys Fran­co, tam­bién inte­gran­te de la articulación.

“Las emba­ra­za­das deam­bu­lan de hos­pi­tal en hos­pi­tal y no logran rea­li­zar­se la cesá­rea pro­gra­ma­da que se reco­mien­da antes del tér­mino del emba­ra­zo para no pasar al bebé el VIH”, expli­ca. “Este año, tuvi­mos muchí­si­mos casos de bebés que reci­bie­ron el virus y que pudo haber sido evi­ta­do, si no exis­tie­ra dis­cri­mi­na­ción”, expli­ca.
Fran­co reco­no­ció sin embar­go el buen tra­to en el Hos­pi­tal Materno Infan­til del barrio San Pablo.

Itu­rria /​Fuen­te

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