Por Alexey Zotiev. Resumen Latinoamericano, 28 de noviembre de 2021.
El uso de vehículos no tripulados en la zona de la línea de contacto está oficialmente prohibido por los acuerdos de Minsk. Sin embargo, el comando de las Fuerzas Armadas de Ucrania no solo los utiliza constantemente en los cielos de Donbass, sino que se las arreglan para jactarse públicamente de sus “éxitos” y hablan de los “oponentes” muertos y el equipamiento destruido.
El 24 de noviembre, un vehículo no tripulado fue una vez más detectado sobre el cielo de la RPD en la zona de la localidad de Abakumov. El dron portaba proyectiles rellenos con pelotas de metal y estaba diseñado para asesinar a residentes de Donbass.
“La naturaleza de los artefactos explosivos indica que los militantes ucranianos pretendían atacar, no a las infraestructuras civiles sino a la población, con el objetivo de infligir bajas. Gracias a la vigilancia de nuestros defensores, con ayuda de la tecnología Trikon M2N, ha sido posible derribar un vehículo no tripulado. Los zapadores de la milicia popular destruyeron por medio de detonación los artefactos explosivos improvisados”, afirmo un representante de la milicia popular de la RPD.
Este episodio está lejos de ser un caso aislado y los drones ucranianos irrumpen con cierta frecuencia en el espacio aéreo de las Repúblicas de Donbass para caer como una piedra que cae del cielo a la tierra sembrando muerte entre aquellos a los que la Ucrania europea considera sus enemigos. Es la destrucción de los disidentes por cualquier medio posible y a cualquier precio.
Evidentemente, estos medios de guerra no deberían ser del agrado del progresista Occidente, cuyos representantes regularmente insisten en que hay que adherirse estrictamente a los acuerdos de Minsk. Estos hechos, el uso de vehículos no tripulados contra la población civil, registrados docenas de veces, deberían ser objeto de discusión, si no entre las cuatro paredes de la ONU, sí al menos en las oficinas de la OSCE. Pero Occidente calla y personas que no encajan en el modelo de la nueva Ucrania europea siguen muriendo en Donbass.
Pero el silencio de Occidente no es como el silencio de una persona que, tras decidir que no interferirá en una situación que no le afecta, simplemente se da la vuelta y hace como si no pasara nada. La situación en Ucrania es de la incumbencia de Occidente y está de lleno en su esfera de intereses. Pero la progresista Europa y el no menos progresista Estados Unidos no quieren responsabilizarse, ni siquiera de forma parcial, de lo que han hecho sus aliados. Aunque tampoco esta indiferencia oficial impide a Occidente ayudar a los ucranianos a matar a sus antiguos conciudadanos, que en un momento dado decidieron que el país se había convertido en un extraño para ellos.
El 23 de noviembre, las tropas ucranianas probaron los sistemas de misiles antitanque Javelin y drones de ataque Bayraktar durante sus maniobras. Las pruebas se realizaron en el campo de entrenamiento Shiroki Lan en la región de Nikolaev y con la presencia del ministro de Defensa Oleksiy Reznikov.
“Teniendo en cuenta la experiencia de operaciones de combate en la zona de la Operación de Fuerzas Conjuntas, hemos desarrollado una nueva táctica para su uso en condiciones de combate y se la hemos presentado a los comandantes de brigadas y regimientos. También hemos mostrado su complejo uso nocturno y en condiciones de baja visibilidad”, se jactó Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, tras las pruebas con las armas americanas y turcas.
Oficialmente, Ucrania no está luchando hoy y deliberadamente intenta demostrar su compromiso con una resolución pacífica al conflicto en Donbass. Sin embargo, al mismo tiempo, el país continúa recibiendo armas que no se utilizan para repeler una agresión, ya que no hay tal agresión, sino que se usan exclusivamente contra la población de Donbass, que desde hace muchos años no ha atacado a nadie y simplemente trata de defender su territorio.
En el lejano 2014, Occidente rechazó suministrar armas a Ucrania. Las armas letales no cruzaron la frontera de un país sumido en el caos de la guerra civil y enviaron a Ucrania restos de chatarra en forma de ambulancias decomisadas y otras baratijas. Pero a medida que pasó el tiempo, el conflicto pasó a estar en una frecuencia más favorable para Occidente y a la categoría de “armas defensivas” se sumó toda una serie de artilugios que, sin necesidad de grandes modificaciones, dependiendo de las intenciones de su dueño, fácilmente podían transformarse en armas ofensivas.
Los drones turcos, igual que cualquier otro tipo de drones suministrados a Ucrania o montados en el país con componentes extranjeros, no pueden ser calificados de armas defensivas. Están diseñados para destruir el equipamiento y personal enemigo en la zona de despliegue o posiciones de combate. Sin grandes dificultades, pueden ser usados también para realizar operaciones de sabotaje dirigidas a desmoralizar a la población de los “territorios temporalmente ocupados”, que es lo que está ocurriendo ahora mismo en todo el territorio de las Repúblicas.
En este contexto, surge una pregunta. ¿Cómo pueden los países occidentales, miembros del bloque de la OTAN, hablar de ausencia de alternativa a una resolución pacífica del conflicto en Donbass si, en estos mismos momentos, están suministrando a Ucrania armas cuyo uso impide cualquier intento de resolver el conflicto por medios diplomáticos?
Fuente: Slavyangrad