Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 29 de noviembre de 2021.
“Trabajaré con el pueblo y para el pueblo, nunca debemos olvidar de dónde venimos”. La Almiranta Carmen Meléndez enciende al público chavista con un discurso vibrante de promesas concretas. En el atestado teatro principal de Caracas ondean las banderas del PSUV y los aliados, y los símbolos de todos los movimientos que contribuyeron a la contundente victoria de Meléndez ‑prácticamente en todos los municipios. Carmen anteriormente también ganó las primarias del PSUV. En las megaelecciones del 21 de noviembre, la Almiranta de sesenta años, ganó a los candidatos de derecha, Antonio Ecarri y Tomás Guanipa, con el 58,94% de los votos.
Exgobernadora del estado Lara y exministra del Interior, Justicia y Paz, Meléndez prometió «convertir en hechos las propuestas de las comunidades» y curar las «muchas heridas de Caracas» con un «gobierno inclusivo». Por eso, dijo, ya existen brigadas especiales encargadas de la resolución de problemas, que se articularán con todos los niveles del poder popular y de gobierno, e inspectores para verificar que el trabajo se realice de manera efectiva. A su alrededor, el equipo de Consejeros y Consejeras, dos de ellos de la oposición, a los que la nueva alcaldesa ha invitado a colaborar en una perspectiva de «diálogo y reconciliación».
Meléndez agradeció y destacó el aporte de mujeres y movimientos feministas y aseguró que trabajará día y noche para atender los problemas de la ciudad, desde el agua hasta la cobertura de internet, pasando por las casas de alimentación, junto con la estructura de Misiones y Grandes Misiones. La perspectiva – dijo – es avanzar hacia la construcción de ciudades municipales. Un proyecto atestiguado por la presencia de la Ministra de Comunas, Noris Herrera y de los comuneros y comuneras organizados, quienes contribuyeron al triunfo de la alcaldesa.
Entre las organizaciones del poder popular presentes en el Teatro, también estaban los Viviendos Venezolanos. Iris Rivas, vocera de 130 familias organizadas en la Parroquia Paraíso que se refieren a la Escuela Técnica Luiz Racetti, explica que es un movimiento que organiza a las familias que esperan recibir una vivienda digna. En todo el país, hay un total de 5.300 voceros del movimiento. Actúan con el apoyo político y económico del Ministerio de Vivienda, encabezado por Ildemaro Villaroel y con la viceministra de Redes Populares Johanna Carrillo.
Rivas está muy orgullosa de haber logrado su «uno por diez», la estrategia de multiplicación de votos que utiliza el chavismo a través de sus organizaciones territoriales. Acompañada de su grupo, Iris explica cómo se estructura el movimiento Viviendos: «Las familias ‑dice ella- se preparan política y concretamente para construir su propia casa, tras identificar el terreno sobre el que edificarla». Hasta el momento, a pesar de la guerra económica y los impedimentos por la pandemia, el gobierno bolivariano ha construido y entregado 3.800.000 viviendas y 1.200.000 títulos de tierras urbanas, tras una investigación y un censo de los Viviendos.
El movimiento – dice Rivas – también se está preparando para «construir lazos sociales con conciencia y compartiendo». El ministerio también organiza cursos del «buen vivir», porque ‑continúa Iris- los valores cuentan en la convivencia, y «el amor con amor se paga». Los Viviendos continúan su crecimiento político de acuerdo con los comités que ya viven en la urbanización de la Misión vivienda. Iris relata cómo logró convencer a muchas familias de opositores con el ejemplo y la coherencia, y con orgullo explica cómo ayudó a una mujer indígena con discapacidad que vivía en un automóvil y que no conocía su derecho a conseguir una casa en poco tiempo.
“Ahora – dice – tenemos muchas esperanzas en la nueva Alcaldesa, a la que apoyamos también porque conocemos su forma de trabajar. Es una soldada acostumbrada a cumplir su palabra”.