Bolivia. Víctimas de la masacre de Senkata comienzan huelga de

Boli­via. Víc­ti­mas de la masa­cre de Sen­ka­ta comien­zan huel­ga de hambre

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de diciem­bre de 2021. 

Ini­cia jus­to cuan­do un con­tral­mi­ran­te reti­ra­do del Gobierno de fac­to fue dete­ni­do para pres­tar decla­ra­ción al respecto. 

Unos 20 fami­lia­res de falle­ci­dos, heri­dos y dete­ni­dos duran­te la masa­cre de Sen­ka­ta en noviem­bre de 2019 comien­zan este lunes una huel­ga de ham­bre debi­do a la pará­li­sis de com­pro­mi­sos y accio­nes defi­ni­das con ante­rio­ri­dad para avan­zar en la bús­que­da de la justicia.

En esos tér­mi­nos se expre­só el acti­vis­ta de Dere­chos Huma­nos de la ciu­dad de El Alto, David Inca, quien advir­tió que la con­di­ción para dia­lo­gar es «cum­plir con los compromisos».

Las auto­ri­da­des guber­na­men­ta­les y las víc­ti­mas tenían pre­vis­to reu­nir­se el vier­nes ante­rior en El Alto para abor­dar los acuer­dos alcan­za­dos y que, has­ta este momen­to, no se han cumplido.

De acuer­do a Inca, iban a acu­dir nue­ve minis­te­rios boli­via­nos, los cua­les englo­ban diver­sos cam­pos de actua­ción para la repa­ra­ción de las víc­ti­mas, como el de Defen­sa, que tenía que infor­mar sobre los mili­ta­res impli­ca­dos en la repre­sión de las pro­tes­tas, o el de Eco­no­mía, por las indem­ni­za­cio­nes eco­nó­mi­cas que plan­tea­ron al Eje­cu­ti­vo de Luis Arce.

El Gru­po Inter­dis­ci­pli­na­rio de Exper­tos Inde­pen­dien­tes (GIEI), orga­nis­mo crea­do a tra­vés de un acuer­do de la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (CIDH) y el nue­vo Gobierno de Arce, ha seña­la­do en un infor­me que «las fuer­zas de segu­ri­dad reac­cio­na­ron con uso des­pro­por­cio­na­do de vio­len­cia» duran­te las protestas.

Este uso des­pro­por­cio­na­do de la fuer­za, seña­la el gru­po de exper­tos, es res­pon­sa­ble de la muer­te de diez per­so­nas, así como de los daños y heri­das en al menos otras 78 y ha sub­ra­ya­do que pese a que las Fuer­zas Arma­das y la Poli­cía siem­pre han nega­do el uso de armas leta­les, las evi­den­cias reca­ba­das indi­can que los dis­pa­ros con armas de fue­go se ori­gi­na­ron de sus tropas.

Duran­te las sema­nas que siguie­ron al gol­pe de Esta­do con­tra Evo Mora­les y a la auto­pro­cla­ma­ción ile­gal de Jea­ni­ne Áñez como pre­si­den­ta de fac­to, se pro­du­je­ron fuer­tes pro­tes­tas y movi­li­za­cio­nes con­tra estos dos epi­so­dios, con las masa­cres de Saca­ba, en La Paz, y Sen­ka­ta, en El Alto, como epi­so­dios más funes­tos, en los que murie­ron fru­to de la repre­sión del Ejér­ci­to y la Poli­cía una vein­te­na de per­so­nas y cer­ca de 200 resul­ta­ron heridas.

La pro­tes­ta de los fami­lia­res y víc­ti­mas lle­ga, sin embar­go, cuan­do el con­tra­al­mi­ran­te (reti­ra­do) Aldo Bra­vo, fue­ra tras­la­da­do a la Fis­ca­lía de La Paz para decla­rar por la masa­cre de Sen­ka­ta. Bra­vo era ins­pec­tor de las Fuer­zas Arma­das en esos días.

Fuen­te: TeleSUR

Itu­rria /​Fuen­te

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