El Sal­va­dor. La res­pues­ta de Buke­le al eco­no­mis­ta que lo cri­ti­có por «des­per­di­ciar» dine­ro públi­co com­pran­do bitcóins

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de diciem­bre de 2021. 

Peter Schiff sos­tu­vo que la crip­to­mo­ne­da va a pre­sen­tar nue­vas caí­das, y tuvo un cru­ce en redes socia­les con el pre­si­den­te de El Salvador.

El pre­si­den­te de El Sal­va­dor, Nayib Buke­le, tuvo un cru­ce en redes socia­les con el cono­ci­do eco­no­mis­ta esta­dou­ni­den­se Peter Schiff, quien lo cri­ti­có por usar dine­ro públi­co en la adqui­si­ción de bit­cóins, mien­tras el país cen­tro­ame­ri­cano uti­li­za esa mone­da digi­tal como la segun­da de cur­so legal, jun­to al dólar.

Este inter­cam­bio comen­zó el sába­do, cuan­do el jefe de Esta­do cele­bró en Twit­ter la com­pra de «150 mone­das a un pre­cio pro­me­dio en dóla­res de 48.670».

Entre las res­pues­tas de los ciber­nau­tas, una de las más lla­ma­ti­vas fue la de Schiff, quien tie­ne casi 600.000 segui­do­res: «Se ave­ci­nan muchas más caí­das. ¿Cuán­to dine­ro de los con­tri­bu­yen­tes pien­sa des­per­di­ciar?«, escri­bió.

El comen­ta­ris­ta y espe­cia­lis­ta en finan­zas es cono­ci­do por sus aná­li­sis escép­ti­cos sobre las divi­sas digi­ta­les. En cam­bio, el Gobierno sal­va­do­re­ño pujó para con­ver­tir el bit­cóin en una mone­da de uso «irres­tric­to con poder libe­ra­to­rio» para toda la pobla­ción y Buke­le defien­de públi­ca­men­te su uso.

«Ya esta­mos en verde»

Así, el man­da­ta­rio le con­tes­tó al eco­no­mis­ta, en inglés, repro­du­cien­do algu­nas cifras. Según el pre­si­den­te, El Sal­va­dor no per­dió «nada» rea­li­zan­do este tipo de tran­sac­cio­nes. «Ya esta­mos en ver­de des­de nues­tra últi­ma com­pra, en menos de 24 horas», introdujo.

Y aña­dió: «Sabes ‘boo­mer’, tene­mos 44.106 onzas de oro en nues­tras reser­vas. Valen 79 millo­nes de dóla­res, 0,37% menos que hace un año. Si lo hubié­se­mos ven­di­do un año atrás y com­pra­do bit­cóin, aho­ra val­dría 204 millo­nes de dólares». 

De esta for­ma, Buke­le se man­tie­ne fir­me en su pos­tu­ra y sigue sos­te­nien­do a esta crip­to­mo­ne­da como una polí­ti­ca de Estado. 

Fuen­te: RT