Etio­pía. La gue­rra de las mil derrotas

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de diciem­bre de 2021-.

La gue­rra civil etío­pe, que esta­lló en noviem­bre del 2020, tras el movi­mien­to sepa­ra­tis­ta del Fren­te de Libe­ra­ción del Pue­blo de Tigray (TPLF), que aspi­ra­ba a ter­mi­nar su ata­du­ra con el gobierno cen­tral, tras innu­me­ra­bles des­acuer­dos polí­ti­cos, des­de la lle­ga­da al poder en 2018, del actual Pri­mer Minis­tro, Abey Ahmed.

La gue­rra des­de enton­ces ha teni­do cons­tan­tes cam­bios de direc­ción, lo que hace que sin un gana­dor cla­ro, el con­flic­to que con­ti­núe y se siga agra­van­do cada vez más la situa­ción de los más de dos millo­nes de des­pla­za­dos inter­nos, y varios cien­tos de miles, que se han refu­gia­do en la veci­na Sudán, ade­más de los cer­ca de diez millo­nes de per­so­nas, de las regio­nes de Tigray, Afar y Amha­ra a una crí­ti­ca situa­ción alimentaria.

De lo que iba a ser una “ope­ra­ción poli­cial, rápi­da y qui­rúr­gi­ca” según Ahmed a prin­ci­pio del con­flic­to por par­te de las Fuer­zas de Defen­sa Nacio­nal Etío­pe (ENDF) tras el lan­za­mien­to de la con­tra­ofen­si­va de junio pasa­do del TPLF, todo se ha agra­va­do mucho más y pone el fin del con­flic­to cada vez más lejano, dado los cons­tan­tes cam­bios de curso.

Has­ta hace dos sema­nas, los rebel­des que lle­ga­ron a unos pocos cen­te­na­res de kiló­me­tros de la capi­tal, a la que no sólo ame­na­za­ban con poner cer­co, sino entrar, derro­car al Pri­mer Minis­tro, y lla­mar a un amplio diá­lo­go nacio­nal de todas las fuer­zas, menos el sec­tor de Ahmed; Lo que hizo que paí­ses como Esta­dos Uni­dos, Fran­cia y Gran Bre­ta­ña, ins­ta­rán a sus ciu­da­da­nos a aban­do­nar el país y prin­ci­pal­men­te la capi­tal, cerra­do muchas ofi­ci­nas de las emba­ja­das y otras repre­sen­ta­cio­nes diplo­má­ti­cas y comerciales.

Aun­que una vez más la vic­to­ria ha cam­bia­do de ban­do y hoy las fuer­za de Tigray, jun­to a sus alia­dos del Fren­te Uni­do de Fuer­zas Fede­ra­lis­tas y Con­fe­de­ra­lis­tas de Etio­pía, un con­glo­me­ra­do de fuer­zas regio­na­les con­for­ma­do por una media doce­na de fuer­zas como Ejér­ci­to de Libe­ra­ción de Oro­mo (OLA); el Fren­te de Uni­dad Demo­crá­ti­ca Revo­lu­cio­na­ria Afar; entre otras se baten en reti­ra­da dejan­do a las fuer­zas fede­ra­les, vas­tos sec­to­res que habían sido gana­dos tras durí­si­mas batallas.

Des­pués de meses de retro­ce­sos, las Fuer­zas de Defen­sa Nacio­nal Etío­pe, des­de fines de noviem­bre, no solo han logra­do con­te­ner a los rebel­des, sino que han comen­za­do a recu­pe­rar terri­to­rio, reto­man­do varias ciu­da­des en las regio­nes de Amha­ra y Afar, mien­tras las fuer­zas de Tigray, comen­za­ban a diri­gir­se al nor­te, bus­can­do sus bases naturales.

El vien­to a favor del que aho­ra pue­de jac­tar­se el Pri­mer Minis­tro, tie­ne su ori­gen en algu­nos fac­to­res cla­ves como: el lla­ma­do que hizo a prin­ci­pios de noviem­bre a quie­nes estu­vie­ran en con­di­cio­nes, para ofre­cer­se como volun­ta­rios, lla­mán­do­los “hijos de la patria”, dan­do el mis­mo el ejem­plo, ins­ta­lán­do­se en el fren­te de gue­rra; por estos días se cono­ció que ha par­ti­ci­pa­do en la recu­pe­ra­ción de varios luga­res estra­té­gi­cos en Afar y Amha­ra, inclui­das las ciu­da­des de Arjo, Foki­sa y Boren

Ade­más Ahmed ha reci­bi­do el apo­yo, por aho­ra solo téc­ni­co y de pro­vi­sión de armas, de algu­nas poten­cias extran­je­ras como Tur­quía, Chi­na y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (EAU), Otro fac­tor de los que jugo a favor del Pri­mer Minis­tro, han sido los abu­sos de las tro­pas rebel­des con­tra la pobla­ción civil. Exis­ten nume­ro­sas denun­cias, con­tra efec­ti­vos del Ejér­ci­to de Libe­ra­ción de Oro­mo (OLA), don­de se inclu­yen masa­cres, tor­tu­ras y vio­la­cio­nes masi­vas, exac­ta­men­te los mis­mos car­gos que des­de el comien­zo de la gue­rra tam­bién fue­ron res­pon­sa­bi­li­za­dos las fuer­zas de Addis Abe­ba y del ejér­ci­to eri­treo alia­do a Ahmed.

Des­de comien­zos de diciem­bre, las Fuer­zas de Defen­sa Nacio­nal Etío­pe, ata­ca­ron la wore­da (dis­tri­to) de Chi­fra (Afar), ubi­ca­do entre las fron­te­ras con Amha­ra, des­pués de que las fuer­zas de Tigray, fra­ca­sa­ran en asal­to de la estra­té­gi­ca ciu­dad de Mille, al este de Kom­bol­cha, un sitio cla­ve en el estra­té­gi­co corre­dor Addis Abe­ba – Dji­bou­ti, por don­de lle­ga el 95 por cien­to de la mer­ca­de­ría des­de el exte­rior al país.

Los habi­tan­tes de la ciu­dad de Chi­fra, en la región de Afar, denun­cia­ron la extre­ma bru­ta­li­dad de los rebel­des del TPLF obli­gan­do al des­pla­za­mien­to de miles de per­so­nas, tras la des­truc­ción de vivien­das, loca­les comer­cia­les, edi­fi­cios públi­cos y reli­gio­sos. Ade­más se han denun­cia­do eje­cu­cio­nes suma­rias de civi­les ino­cen­tes. Estas matan­zas fue­ron par­te de la ven­gan­za de los hom­bres de Tigray, tras la derro­ta a manos del Ejér­ci­to Nacio­nal y la Fuer­za Espe­cial Afar, cuan­do inten­ta­ron cap­tu­rar Mille.

Tras el impul­so de las fuer­zas fede­ra­les y el des­con­cier­to de los rebel­des, se cre­yó que los insur­gen­tes habría deci­di­do una reti­ra­da estra­té­gi­ca hacia Tigray, pero en las últi­mas horas del domin­go doce, se cono­ció que el Fren­te de Libe­ra­ción del Pue­blo de Tigray, reto­mó la emble­má­ti­ca ciu­dad de Lali­be­la a casi 700 kiló­me­tros al nor­te de Addis Abe­ba, la que figu­ra en la lis­ta de la Unes­co, once días des­pués de que las fuer­zas fede­ra­les dije­ran que habían reto­ma­do des­pués de meses. El man­do del TPLF, había infor­ma­do un par de días antes de la reto­ma de la ciu­dad sagra­da, ade­más de una con­tra­ofen­si­va inte­gral, que abar­ca la carre­te­ra que une Gashe­na y Lali­be­la, esta­do de Amhara.

Lali­be­la, decla­ra­da patri­mo­nio mun­dial de la Unes­co, tie­ne once igle­sias medie­va­les exca­va­das en la roca roja y lugar de pere­gri­na­ción para los cris­tia­nos etío­pes. Algu­nos resi­den­tes que han esca­pa­do de los com­ba­tes en el cen­tro y en torno al aero­puer­to de Lali­be­la, infor­ma­ron que las comu­ni­ca­cio­nes han sido cor­ta­das y como suce­de en todos los fren­tes de esta gue­rra, el acce­so de los perio­dis­tas sigue res­trin­gi­do, por lo que las ver­sio­nes son impo­si­bles de veri­fi­car, mien­tras otras ver­sio­nes dicen que la ciu­dad de Lali­be­la. Había sido reto­ma­da sin nece­si­dad de combates.

Caras extra­ñas.

A pesar de los últi­mos cam­bios, es impro­ba­ble que la gue­rra ter­mi­ne, ya que más allá del poder de fue­go de ambas fuer­zas, se están comen­za­do a ali­near en el com­ba­te juga­do­res exter­nos, que harán que el con­flic­to se extienda.

Suma­do a que tan­to des­de Meke­lle, la capi­tal de Tigray, como des­de Addis Abe­ba, se ha cono­ci­do que no exis­te en agen­da la posi­bi­li­dad de nego­cia­ción algu­na, dado que ambos ban­dos se adju­di­can impor­tan­tes logros mili­ta­res. Inclu­so la pobla­ción civil de la capi­tal y de Amha­ra, están de acuer­do con la con­ti­nui­dad de la gue­rra, uno de los ele­men­tos que alien­ta es vec­tor, es el incre­men­to del odio a los tigri­ños, gene­ra­do tras los lar­gos años en que con­du­je­ron la polí­ti­ca nacio­nal (1991−2019), y las accio­nes pre­me­di­ta­das, en la gue­rra en cur­so, con­tra civiles.

Mien­tras el gobierno etío­pe acu­sa a los Esta­dos Uni­dos y nacio­nes alia­das como: Aus­tra­lia, Cana­dá, Dina­mar­ca, Paí­ses Bajos y Rei­no Uni­do de ins­tau­rar un “dis­cur­so des­truc­tor”, des­de que se cono­ció un comu­ni­ca­do don­de las poten­cias occi­den­ta­les denun­cian deten­cio­nes ile­ga­les de un gran núme­ro de ciu­da­da­nos tigri­ños, sobre la úni­ca base de su etnia. Ade­más de que Washing­ton sus­pen­dió en noviem­bre el acce­so libre de aran­ce­les a sus expor­ta­cio­nes: “debi­do a gra­ves vio­la­cio­nes de dere­chos humanos”.

Ade­más, según algu­nas ver­sio­nes des­de Addis Abe­ba, el gobierno de Sudán, esta­ría sumi­nis­tran­do apo­yo mili­tar a los rebel­des de Tigray, dado la pro­fun­di­za­ción de la cri­sis diplo­má­ti­ca entre las dos nacio­nes que estri­ba en dos con­flic­tos: la dispu­ta terri­to­rial de los ricos valles agrí­co­las de al-Fasha­ga, lo que ya ha pro­vo­ca­do algu­nos cho­ques arma­dos y de la pues­ta en fun­cio­na­mien­to de la Gran Repre­sa de Resur­gi­mien­to Etío­pe (GERD), que con finan­cia­ción Chi­na, está pró­xi­ma a ser pues­ta en mar­cha, lo que pro­du­ci­ría una gran mer­ma en el cur­so del río Nilo, que tam­bién per­ju­di­ca a Egipto.

Jar­tum, a pesar de que ha nega­do las acu­sa­cio­nes sub­ra­yan­do su “pleno com­pro­mi­so con los prin­ci­pios de bue­na vecin­dad y no inje­ren­cia en los asun­tos inter­nos de otros paí­ses”, tie­ne sobra­dos intere­ses para que cai­ga el gobierno de Ahmed, al igual que El Cai­ro, de que tam­bién hay ver­sio­nes que tam­bién ope­ra en el con­flic­to, al igual que Tel-Aviv, lan­za­da en un ver­ti­gi­no­sa carre­ra de incre­men­tar su pre­sen­cia en Áfri­ca, par­ti­cu­lar­men­te en el Cuerno… y obvia­men­te los Esta­dos Uni­dos, intere­sa­dos en inter­fe­rir en la pre­sen­cia de Chi­na en todo el con­ti­nen­te, don­de des­de hace déca­das está desa­rro­llan­do una acti­va polí­ti­ca eco­nó­mi­ca, basa­da en impor­tan­tí­si­mas inver­sio­nes en dife­ren­tes áreas como la petro­le­ra, mine­ría, cons­truc­ción, trans­por­tes, ferro­ca­rri­les y comu­ni­ca­cio­nes. Solo en Etio­pía la poten­cia asiá­ti­ca ha inver­ti­do des­de prin­ci­pios de este siglo, doce mil millo­nes de dóla­res en dife­ren­tes proyectos.

Dado el con­di­cio­na­mien­to que está tenien­do Etio­pia, por las nacio­nes occi­den­ta­les, y en pro­cu­ra de defen­der sus inver­sio­nes, el minis­tro de Rela­cio­nes Exte­rio­res de Chi­na, Wang Yi, lle­gó a Addis Abe­ba, don­de reafir­mó el res­pal­do de su país al Pri­mer Minis­tro Ahmed, en con­tras­te con Washing­ton, que sigue gati­llan­do duras san­cio­nes con­tra Etio­pía. Ade­más Bei­jing ha sumi­nis­tra­do armas a las Fuer­zas de Defen­sa Nacio­nal de Etio­pía (ENDF), entre ellos los dro­nes arti­lla­dos Wing Loong, de alti­tud media y lar­ga ampli­tud de vue­lo, para con­tra­rres­tar el apo­yo de occi­den­te a Tigray y ter­mi­nar de una vez una gue­rra que ha teni­do mil derrotas.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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