Por Claudia Korol, Resumen Latinoamericano, 3 de diciembre de 2021.
Después de 12 años de golpes de Estado, de la resistencia del pueblo de Honduras pero también del éxodo obligado de miles y miles de habitantes por la violencia de las pandillas, la persecusión política o el hambre, Honduras vuelve a girar a favor del pueblo el resultado de las urnas. Xiomara Castro, una mujer de izquierda que ganó por amplio margen es tanto la certeza de que se va el dictador como la promesa de empezar a construir en libertad un país para todes.
El triunfo de Xiomara Castro en las elecciones, expresa la posibilidad de terminar con la narcodictadura liderada por Juan Orlando Hernández (JOH). Bertha Zúniga Cáceres, coordinadora de COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), hija de Berta Cáceres, señala:
* Este triunfo de doña Xiomara, representa el voto de castigo, y también la desesperación del pueblo de Honduras, que ha buscado diversos canales para expresarse: en las calles, en la lucha cotidiana, a través de las urnas. Hay cansancio frente a la instalación de la violencia generalizada, el miedo, la persecución selectiva de las personas que luchan en defensa de los derechos humanos, y los graves crímenes que cometieron los gobiernos golpistas. Cansancio frente a la corrupción, el saqueo, el robo al pueblo, que se expresó muy claramente en los temas de salud, especialmente durante la pandemia, con el saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social. Cansancio frente al desempleo, sobre todo de la juventud.
La clave de ese triunfo se encuentra en los amplios sectores que se articularon alrededor de la exigencia de ¡FUERA JOH!, que significa terminar con los superpoderes mafiosos de los gobiernos herederos de los golpes de estado. En Honduras se ejercitaron todo tipo de golpes de estado, fraudes, procesos ilegítimos para perpetuar lo que fue deviniendo en una narcodictadura, encabezada por Juan Orlando Hernández. El 28 de junio de 2009 fue el golpe que sacó a Mel Zelaya del gobierno, llevándolo en un avión a Costa Rica, vuelo que hizo escala en la base militar de Palmerola, que Estados Unidos mantiene en Honduras hasta hoy. El 12 de diciembre de 2012, con el edificio rodeado por miembros de las Fuerzas Armadas, el Congreso presidido por JOH, acordó la destitución de cuatro de los cinco magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en una decisión para la cual el Congreso carecía de competencia. En 2017, a través de un gigantesco fraude electoral, fue impuesto como presidente Juan Orlando Hernández, en el marco de la represión violenta a las manifestaciones populares en defensa del voto que daba como ganador al candidato de LIBRE Salvador Nasrallah.
Miriam Miranda, coordinadora general de OFRANEH (Organización Fraternal Negra de Honduras) nos dice:
* Hemos tenido tres golpes de Estado sucesivos, en 2009, en 2012, y en 2017, que convierten a Honduras en un laboratorio político para la destrucción de la institucionalidad, para permitir que el capital transnacional pueda apoderarse libremente de los recursos, de los territorios y de los bienes comunes, a través de ese proyecto económico llamado Zonas Especiales de Desarrollo (ZEDES). Hay un proceso de colombianización en Honduras. Las ZEDES son las mayores violaciones de los Derechos Humanos, porque el poder económico se está asegurando, primero, que nadie va a poder organizarse bajo las leyes nacionales, porque el Estado no tiene control sobre eso. Segundo, que los impuestos no se pagan, o sea, son territorios autónomos dentro de Honduras, en los cuales el Estado no va a tener ningún control.
Juan Orlando Hernández (JOH) ha encabezado desde enero de 2014 hasta hoy un gobierno que golpeó al pueblo duramente, al punto que éste comenzó a migrar en caravanas multitudinarias hacia los Estados Unidos. Más de 12 caravanas de miles y miles de migrantes salieron desde octubre de 2018, huyendo de la miseria, el desempleo, la violencia de las pandillas.
Que se vayan todos
12 años después del golpe, el pueblo hondureño que intentó todas las formas de resistencia a esa dictadura, logró la presidencia Xiomara Castro, quien a pesar de toda la estigmatización patriarcal y las campañas de odio, tuvo una victoria contundente. Ganó en 17 de los 18 departamentos, en una elección en la que los hondureños y hondureñas votaron masivamente. El 68% del padrón electoral participó de la cita, para hacer realidad la consigna que se gritaba en las calles y paredes: FUERA JOH. Xiomara consiguió un amplio margen de votos: el 53,6 %, frente al 33,8% del candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, y el 9% de Yani Rosenthal, del Partido Liberal, quien estuvo detenido hasta meses atrás en Estados Unidos, acusado por lavado de activos. Vale recordar también que otros políticos de la narcodictadura tuvieron una suerte parecida, como Tony Hernández, hermano de JOH, quien está condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, por narcotráfico, y Fabio Lobo, el hijo del ex presidente Porfirio Lobo Sosa, que gobernó Honduras entre 2009 y 2013, quien recibió una condena de 24 años de prisión. Seguramente en estos momentos, Juan Orlando Hernández está conspirando para evitar seguir ese camino.
Nos dice Gilda Rivera, feminista y activista hondureña del Centro de Derechos de las Mujeres:
* El triunfo de Xiomara Castro es contundente. Hay un hartazgo de la población, una pérdida de esperanzas, y bajo la consigna de “Fuera JOH” y “Se Va”, sectores amplios de la población, incluyendo sectores del mismo Partido Nacional, de la empresa privada, sectores hasta conservadores que se unen bajo esa idea de que lo principal es que se vaya la dictadura, que se vaya Juan Orlando y su grupo. Cuando dicen “Que se vayan” están pensando que al salir del gobierno el tipo queda desprotegido, y al haber sido nombrado en las Cortes de Nueva York como ligado al narcotráfico y al crimen organizado, los norteamericanos se lo lleven. Claro, lo ideal es que en Honduras le hagamos justicia, pero tal como están las leyes en este momento va a ser difícil que hagamos justicia en el país. Entonces, la esperanza es ‑lastimosamente- que se lo lleven los norteamericanos”.
Xiomara, primera presidenta
«Es algo importante que haya por primera vez en la historia de Honduras una mujer presidenta, en uno de los países más machistas ‑sin duda- de la región y qué bueno ya ha asumido un compromiso con los derechos de las mujeres. Vamos a ver qué tanto se logra avanzar, pero también en ese sentido, cuánto nosotras logramos defender nuestros planteamientos y nuestras demandas”.
Esta mirada alegre pero no eufórica sino pensada y responsable de Bertha Zúniga, es compartida por otras feministas de Honduras. Karla Lara, artista y activista feminista, dice:
* Hacemos las primeras reflexiones bajo la alegría contagiosa del triunfo de Xiomara Castro, como primera mujer Presidenta de Honduras. Aunque hay un silencio pasmoso de parte del partido saliente, que, de haber justicia, tendría que pasar de la silla, el curul o la toga, derechito a la cárcel por innumerables actos delictivos. ¿Qué significa para mí como feminista? Sumarme a la alegría de muchas compañeras, sobre todo de feministas jóvenes y mayores que se posicionaron abiertamente durante la campaña, y pensar que tenemos gente para fortalecer ese espacio desde el movimiento social y popular con el que debe vincularse este Gobierno para revertir todo lo que debe revertirse, que no es poca cosa, pero nunca lo ha sido, así que con la misma esperanza, ¡¡a seguir adelante!!”
Yessica Trinidad, feminista negra, miembra de la Red de Defensoras subraya:
*Xiomara es una mujer, a la que no se le conocen actos de corrupción, que ha tenido una campaña de altura, que se ha fajado también en las calles como parte de la resistencia al golpe de estado. Sabemos que sólo con la presidencia no es mucho lo que se puede hacer. Se tiene que tener la mayoría de la oposición en el Congreso Nacional. Empezamos una nueva etapa, nos alegra, pero nosotras ponemos los pies sobre la tierra y sabemos que igual tenemos que involucrarnos para poder contribuir y que los cambios se hagan.
Noemí Dubon, activista feminista, integrante del Foro de Mujeres por la Vida, dice sobre la propuesta de Xiomara:
*Xiomara Castro hizo un plan de gobierno en el que están incluidas el movimiento de mujeres y feministas, la agenda de la juventud y de la comunidad sexo diversa, que aunque hubo mucho escándalo al interior de Libre, esperamos que no se olviden que esta población ha luchado mucho desde el Golpe de Estado para sacar a la dictadura. No va a ser un gobierno fácil para doña Xiomara, porque no es lo mismo ser político que ser política, y siempre a las mujeres se les exige más.
Sobre la reacción de los sectores fundamentalistas también llama la atención Gilda Rivera:
*El hecho de que triunfe una mujer como presidenta del país es un gran triunfo. Ella tiene sensibilidad y compromiso con las mujeres, pero eso puede verse muy limitado, especialmente por los sectores de derecha, incluso de los que son parte de esas alianzas, especialmente en lo que tiene que ver con derechos sexuales y reproductivos. En el programa de gobierno participaron algunas feministas jóvenes que son parte de nuestras organizaciones, pero no estaban ahí como movimiento sino más a nivel individual. Ellas lograron incluir en el programa el matrimonio igualitario, el derecho al aborto por las tres causales, y algunas demandas del movimiento feminista y de la comunidad lgtbi+. Sin embargo, esas fueron las armas que utilizó la derecha para el ataque: decir “ella promueve el aborto y el aborto es asesinato de niños”, y hasta sacaron mantas en una manifestación que hicieron con la imagen de Xiomara con un puñal atacando a una mujer embarazada, justo el puñal sobre la panza de esta mujer embarazada. Una campaña de lo más sucia. Entonces, para nosotras nos da oportunidad este nuevo gobierno, nos da esperanza, pero no pensemos que la vamos a tener fácil, porque muchas de nuestras demandas posiblemente no sean parte del interés de muchos sectores que la apoyaron para que se vaya Juan Orlando, pero que van a querer ser parte de las políticas de gobierno y posiblemente también ser parte de un supuesto botín Estatal, que es a lo que le apuestan muchísimo”.
Por la refundación de Honduras
Por esas amplias y complejas alianzas, por la persistencia de una derecha fascista y fundamentalista, por el militarismo y la omnipresencia norteamericana –como en la base de Palmerola- los desafíos de los sectores populares, y de los feminismos en Honduras.
Reflexiona al respecto Miriam Miranda.
*El fundamentalismo religioso se ha exacerbado contra Xiomara Castro. Eso lo han utilizado muchísimo los medios, la Iglesia y todas las redes. Yo digo que será un gobierno muy complicado, no solamente por la composición de la alianza, sino porque se encuentra con un país totalmente destruido. Si no hay capacidad de generar, por parte de Xiomara como presidenta, algún tipo de convergencia de todos los sectores, para el futuro no va a haber ninguna posibilidad de que salga. Hay una destrucción total de la institucionalidad, hay un vaciamiento de los territorios tomados por los narcotraficantes o por el crimen organizado, hay una crisis sin precedentes. Hay que profundizar, entonces, la construcción de poderes locales territoriales integrados que puedan sostener la lucha en esos territorios, porque de lo contrario se vuelve bastante complejo.
Hay algo muy certero: este gobierno está con miedo, porque hay todo un movimiento de personas que sí quieren rendición de cuentas. También es cierto que hay una diferencia con el 2017: la gente no tiene miedo. El miedo cambió de bando, ahora lo tiene el gobierno.
No vamos a resolver el problema de Honduras con que gane Xiomara. Porque Xiomara puede ser presidenta, pero cómo va a gobernar cuando toda una plataforma de poder económico, político, militar, etc. va a estar siempre luchando contra ella. Por eso, tenemos que ir construyendo otra forma de convivencia. A nivel territorial deben crearse las condiciones para que las comunidades estén empoderadas comunitariamente, para poder enfrentar la voracidad del capital que destruye día a día nuestros recursos y nuestra vida, y así construir con autonomía un proyecto popular, que es la base para la Refundación de Honduras.
Señala finalmente Bertha Zúniga Cáceres:
«Creo que se puede retomar la discusión refundacional de Honduras, una propuesta que nació de los pueblos. Es algo que nos compete a las organizaciones sociales, pero pienso que puede ser una coyuntura que ojalá permita reconfigurar esta propuesta, pues la correlación de fuerzas en Honduras, está más cercana a los proyectos y las demandas históricas de los pueblos. Nos toca mucha actividad en Honduras, y vamos a necesitar el hermanamiento de todos los pueblos y las organizaciones que han estado del lado de nosotras.»