Por Elías Oxom, Resumen Latinoamericano, 14 de diciembre, 2021.
Entre velas, música de marimba, tambor y chirimía, 112 osamentas de mujeres y hombres de comunidades de Alta Verapaz e Izabal fueron inhumadas por sus familiares el viernes 10 de diciembre, en el lugar conocido como el sitio de la memoria; víctimas del Conflicto Armado Interno en Sepur Zarco, que fueron asesinadas por el Ejército de Guatemala en 1980.
Las 112 osamentas fueron entregadas a las familias por la Fundación de Antropología Forense (FAFG) después de realizar el análisis científico forense que inició cuando fueron exhumadas el 12 de diciembre de 2011, en el antiguo destacamento militar las Tinajas, ubicado en Sepur Zarco, y en la sierra de las Minas.
Una despedida digna
La actividad de inhumación comenzó desde el jueves 9 de diciembre a las 3 de la tarde, con una caravana en la que participaron familiares de las víctimas y pobladores de la comunidad, que partió desde la entrada principal de la Sepur Zarco, para recibir las cajas que contenían las osamentas de hombres y mujeres.
Por la noche los restos fueron velados en la Iglesia católica como se acostumbra a hacer en las comunidades Q’eqchi’. Familiares y amigos velaron durante la noche y madrugada, para acompañarse como parte del ritual de duelo. También participaron otras personas de Sepur Zarco y aldeas vecinas.
Las actividades de despedida siguieron durante el viernes 10 de diciembre. La jornada inició con la celebración de una misa ofrecida por el sacerdote Benito Guerrero García, quien en su intervención habló sobre la necesidad de que los familiares participaran en el acto para dignificar el cuerpo de los difuntos, “es un acto de fraternidad y de solidaridad”, expresó.
Al finalizar la misa, las familias de las víctimas se despidieron de sus seres queridos entre lágrimas, velas y flores. Las abuelas de Sepur Zarco también participaron en el acto de despedida, quemando Copal Pom en incensarios que inundaron el lugar con su peculiar aroma.
Un sitio para la memoria
Las cajas con las osamentas empezaron a salir una por una de la iglesia, cargadas en los hombros de hombres y mujeres, adultos y jóvenes, para incorporarse a la caravana que encabezaban las abuelas de Sepur Zarco y que se dirigió hacia el Sitio de la Memoria, construido por las familias para sepultar a las víctimas. Cientos de personas acompañaron durante el recorrido a pie. Entre llanto y consignas avanzó la caravana sobre la calle principal de la aldea.
El sitio de la Memoria, que se ubica a un kilómetro del centro de la comunidad, según Mariano Mes, se construyó para conservar la memoria y para que las futuras generaciones conozcan la historia de la comunidad. En ese lugar esperaba la caravana, un grupo de músicos que interpretaron sones en marimba, tambor, arpa y chirimía.
A su llegada, las cajas que contenían las osamentas fueron ordenadas en lugar que se tenía preparado. Cada caja era un recordatorio del dolor de las comunidades de Sepur Zarco y del valle del Polochic vivido durante la guerra en Guatemala. En el sitio de la Memoria se llevó a cabo una ceremonia maya dirigida por las abuelas de Sepur Zarco y los abuelos.
Un largo camino
Familiares, autoridades locales y los forenses de la FAFG se encargaron de ordenar las cajas con las osamentas en un mausoleo de siete niveles, por la cantidad de cajas que se inhumaron. Durante la inhumación, familiares intervinieron, compartieron su testimonio y condenaron las brutalidades que vivieron por parte del Estado de Guatemala en los 80 y, que en sus palabras, continua en la actualidad.
Uno de los familiares de las víctimas de la guerra indicó: “Este es el trabajo del gobierno, según hoy estamos en tiempos de paz, pero no es así, en la actualidad nos siguen persiguiendo, las empresas están generando más conflictos en nuestros territorios, me duele por los desalojos que se están llevando a cabo”.
José Suasnavar, subdirector ejecutivo de la FAFG, mencionó que el acto realizado es un reconocimiento histórico importante sobre la clandestinidad en que fueron enterradas estas personas.
“En el ocultamiento, en el daño causado a cada familia, y también a aquellas personas que habían tratado de sobrevivir en las montañas”, indicó.
Las comunidades ahora pueden tener a sus familiares en la comunidad y dejar el testimonio para las futuras generaciones de lo que ocurrió. El antiguo destacamento estuvo en la misma localidad, en la finca Tinajas, en donde fueron recuperadas 51 osamentas, pero en total se entregan 112, de las cuales 21 fueron identificadas, indicó el subdirector.
Las osamentas tenían vestimentas, mordazas, lazos y evidencia balística, este es un caso bastante numeroso para una comunidad tan pequeña, según la FAFG.
Mariano Mes, de la Asociación de Víctimas, Viudas, Huérfanos y Desarraigados del Conflicto Armado Interno, expresó que las osamentas son de varias comunidades de la Sierra de las Minas, algunas son del sector de Pataxte, Sector de Mangitos, Sector Samococh, Sector de Pueblo Viejo, Sector de San Lucas, Sector de San José Tinajas, de Telemán, de Panzós y La Tinta. Las víctimas, según Mes, fueron agredida con machete, atadas y fusiladas, algunos fueron llevados al destacamento militar de Sepur Zarco y a la finca las Tinajas. Otros, agrega Mariano, fueron convocados a través de los alcaldes al destacamento militar, les avisaron a que se presentaran y ahí fueron asesinados.
Historias de horror
Rosa Paau Rax, sobreviviente del Conflicto Armado Interno de Sepur Zarco, relató que los restos de su mamá, Dominga Rax, no fueron entregados. Entre lágrimas indicó que su madre falleció de hambre en 1982, porque tuvieron que huir a la montaña para refugiarse cuando el Ejército llegó a su comunidad.
Por su parte, Mariano Mes indicó: “lo que queremos es que acá se convierta en lugar de la memoria. Las exhumaciones que se ha hecho, gracias a las 15 abuelas de Sepur Zarco, que lograron buscar la justicia el 26 de febrero de 2016, porque fueron asesinados sus esposos y muchas de las abuelas fueron violadas por soldados del Ejército. Hay más osamentas que no se han logrado encontrar en la sierra de Las Minas”, concluyó.
Catalina Tení Xó, del caserío Setz’ak, Telemán, dijo que su padre Julián Tení fue secuestrado en el baldío Río Hondo, para luego ser asesinado por el ejército en el destacamento militar las Tinajas. Es una de las osamentas identificadas y que fue asesinada en 1982. “Hoy lo sepultamos dignamente”, indicó, con una vela, flores y una fotografía impresa de su papá que fue colocada encima del ataúd.
Paula Barrios, Coordinadora General de Mujeres Transformando el Mundo, comentó que para la organización fue un día emblemático, porque cada 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos.
“Hicimos todo lo posible para cerrar este año, el trabajo que iniciamos hace más de una década con la región de Polochic y la comunidad Sepur Zarco. Para nosotras y las abuelas del caso de Sepur Zarco es una fecha de mucha alegría, por haber cumplido con una de las esperas más largas que era recuperar los restos de sus familiares desaparecidas. Nosotras nos sumamos a este esfuerzo, para poder generar las condiciones para que las osamentas retornaran a la zona del Polochic, Área Sur, y para la construcción del sitio de la Memoria”, indicó Barrios.
La entrevistada añadió que cada una de las víctimas merece justicia, saber qué pasó, dónde fue asesinada y obtener justicia. “Merecen que su memoria se dignifique, merecen que se conozca la verdad. Para las comunidades es un proceso de reparación, nos preocupa mucho el estado de prevención en esta región, la criminalización de defensores y defensoras del territorio y de los recursos naturales, sin embargo, nosotras con estas acciones damos un mensaje de paz, de solidaridad, de unión en las comunidades. Las comunidades se merecen el respeto y el reconocimiento de la historia ya que ellos han vivido en esta región y es por eso que protegen y hacen valer sus derechos”, resaltó.
La actividad finalizó con cantos de jóvenes de la Iglesia católica, mientras un representante de la autoridad local agradeció a los visitantes, las organizaciones que acompañaron los procesos de exhumación e inhumación y agradeció a los presentes por acompañar el duelo en la comunidad.
Fuente: Prensa Comunitaria