Hon­du­ras. Xio­ma­ra Cas­tro ante el país del par­ti­do Nacio­nal: lega­do vs. futuro

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de Noviem­bre de 2021.

Las cifras ofi­cia­les de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les cele­bra­das en Hon­du­ras el 28 de noviem­bre mues­tran que, con más del 50% de las actas trans­mi­ti­das, la can­di­da­ta de izquier­da Xio­ma­ra Cas­tro se con­ver­ti­rá en la nue­va pre­si­den­ta del país, ganan­do con una ven­ta­ja de casi 20 pun­tos sobre Nasry «Tito», can­di­da­to del gobierno de Juan Orlan­do Hernández.

Según la últi­ma actua­li­za­ción del órgano elec­to­ral (29 de noviem­bre. 6:55 am), Cas­tro tie­ne el 53,61% de los votos con­tra el 33,87% de Asfu­ra y el 9,21% de la can­di­da­ta Yani Rosenthal. Ante el pre­vi­si­ble giro a un gobierno pro­gre­sis­ta en el país, miles de per­so­nas cele­bra­ron en las calles de Tegu­ci­gal­pa los resul­ta­dos de las elec­cio­nes preliminares.

Los fun­cio­na­rios elec­to­ra­les de Hon­du­ras dije­ron que casi el 8% de los 5 mil 755 cole­gios elec­to­ra­les tenían pro­ble­mas de trans­mi­sión al pre­sen­tar las esta­dís­ti­cas de las pape­le­tas a las auto­ri­da­des elec­to­ra­les, lo que retra­sa­ría los resul­ta­dos de la vota­ción. Es posi­ble que aún se nece­si­ten varios días para cono­cer el res­to de los resultados.

Los obser­va­do­res elec­to­ra­les afir­ma­ron que los votan­tes hon­du­re­ños par­ti­ci­pa­ron con entu­sias­mo en esta elec­ción, y apa­re­cie­ron lar­gas colas en muchos de los cole­gios elec­to­ra­les del país. La tasa de par­ti­ci­pa­ción superó el 68%.

Lue­go de que fina­li­za­ra el hora­rio ofi­cial de vota­ción a las 5 de la tar­de, una gran can­ti­dad de elec­to­res aún se ali­nea­ban fren­te a algu­nos cole­gios elec­to­ra­les con la espe­ran­za de ingre­sar a la mesa de vota­ción, lo que des­en­ca­de­nó un enfren­ta­mien­to entre opo­si­to­res polí­ti­cos. Final­men­te, el depar­ta­men­to de super­vi­sión elec­to­ral orde­nó a la mesa de vota­ción que per­mi­tie­ra a los votan­tes que espe­ra­ban en fila para emi­tir sus votos.

Lar­gas colas en los cen­tros elec­to­ra­les duran­te los comi­cios pre­si­den­cia­les del 28 de noviem­bre en Hon­du­ras (Foto: Reuters)

Hay que recor­dar que la elec­ción de Hon­du­ras está pre­ce­di­da por no pocas con­tro­ver­sias polí­ti­cas y vio­len­cia, toda­vía es difí­cil decir si esta elec­ción even­tual­men­te cae­rá en un esta­do de dispu­ta. Revi­se­mos el pasa­do reciente.

EL GOLPE CONTRA MANUEL ZELAYA (2009)

El mar­co demo­crá­ti­co-ins­ti­tu­cio­nal de Hon­du­ras se fue dete­rio­ran­do pro­gre­si­va­men­te des­de 2009, año del gol­pe de Esta­do que depu­so al enton­ces pre­si­den­te Manuel Zela­ya Rosa­les, miem­bro del Par­ti­do Libe­ral. Con la adhe­sión de Hon­du­ras a la Alian­za Boli­va­ria­na para los Pue­blos de Nues­tra Amé­ri­ca (ALBA) y a Petro­ca­ri­be en 2008, Zela­ya ali­nea­ba al país con el eje anti­he­ge­mó­ni­co que lide­ra­ba el pre­si­den­te Hugo Chá­vez en la región.

El gol­pe se pro­du­jo el 28 de junio del 2009, los mili­ta­res envia­ron tro­pas repen­ti­na­men­te para dete­ner al enton­ces pre­si­den­te Zela­ya, lo secues­tra­ron y lle­va­ron a Cos­ta Rica. Pos­te­rior­men­te, la Cor­te Supre­ma anun­ció la deci­sión de des­ti­tuir al pre­si­den­te. El Par­la­men­to hon­du­re­ño cele­bró una reu­nión de emer­gen­cia ese día y deci­dió que Rober­to Miche­let­ti, pre­si­den­te de esa ins­ti­tu­ción, se desem­pe­ña­ría como pre­si­den­te inte­ri­no de Honduras.

El gol­pe se debió ori­gi­nal­men­te a una esca­la­da de una cri­sis polí­ti­ca, que ini­ció con la pro­pues­ta de Zela­ya de inau­gu­rar un pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te, el cual pro­vo­có el recha­zo de la éli­te con­ser­va­do­ra hon­du­re­ña y, final­men­te, la inter­ven­ción de las Fuer­zas Armadas.

Zela­ya había mani­fes­ta­do en repe­ti­das oca­sio­nes que pro­pu­so enmen­dar la cons­ti­tu­ción por­que ésta repre­sen­ta­ba los intere­ses de las cla­ses pode­ro­sas en el país, no los intere­ses de la pobla­ción en gene­ral, y obs­ta­cu­li­za­ba el pro­ce­so demo­crá­ti­co en Hon­du­ras. Sin embar­go, la opo­si­ción afir­mó que Zela­ya pro­pu­so enmen­dar la cons­ti­tu­ción antes de la expi­ra­ción del man­da­to pre­si­den­cial en enero de 2010, con la espe­ran­za de lograr la reelec­ción a tra­vés de una enmien­da constitucional.

Iró­ni­ca­men­te, el actual pre­si­den­te hon­du­re­ño Juan Orlan­do Her­nán­dez pres­tó jura­men­to en enero de 2014, y en abril de 2015, la Cor­te Supre­ma de Hon­du­ras abo­lió la cláu­su­la cons­ti­tu­cio­nal que prohi­bía la reelec­ción, por lo que se le per­mi­tió par­ti­ci­par a Her­nán­dez en 2017.

En los últi­mos tiem­pos, de for­ma más refi­na­da y menos visi­ble que en años ante­rio­res, una par­te de las estruc­tu­ras del gobierno esta­dou­ni­den­se no ha deja­do de inter­ve­nir en la polí­ti­ca inter­na de los paí­ses de la región lati­no­ame­ri­ca­na. El caso de Hon­du­ras es emble­má­ti­co. La acti­tud del enton­ces pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Barack Oba­ma, ante el gol­pe en el país cen­tro­ame­ri­cano se limi­tó a decla­ra­cio­nes de que esta­ba «pro­fun­da­men­te preo­cu­pa­do» por la situación.

Sin embar­go, en su auto­bio­gra­fía, Deci­sio­nes difí­ci­les, Hillary Clin­ton apor­tó prue­bas del apo­yo de Esta­dos Uni­dos al gol­pe. Las con­fe­sio­nes de Clin­ton se refie­ren a un plan que se ela­bo­ró con el obje­ti­vo de «pro­mo­ver el orden y la demo­cra­cia» en Hon­du­ras, que, por el con­tra­rio, des­de el gol­pe de Esta­do, se ha con­ver­ti­do en uno de los paí­ses más peli­gro­sos del mundo.

Demo­cracy Now! abor­da el tema en un repor­ta­je cen­tra­do en las denun­cias de la acti­vis­ta Ber­ta Cáce­res al apo­yo de Clin­ton al gol­pe, antes de ser ase­si­na­da. Ella había afir­ma­do en una entre­vis­ta de un pro­gra­ma de la tele­vi­sión argen­ti­na que hubo una inter­ven­ción nor­te­ame­ri­ca­na en Hon­du­ras en 2009.

Antes de ser ase­si­na­da el 3 de mar­zo, Ber­ta Cáce­res nom­bró a Hillary Clin­ton, con­si­de­rán­do­la res­pon­sa­ble de legi­ti­mar el gol­pe de Esta­do de 2009 (Foto: AP Photo)

Greg Gran­din, pro­fe­sor de his­to­ria en la Uni­ver­si­dad de Yale, inter­vino en el repor­ta­je seña­lan­do que Cáce­res fue muy crí­ti­ca con el libro de Clin­ton, en el que ésta últi­ma pre­sen­ta­ba la inje­ren­cia de Esta­dos Uni­dos en Hon­du­ras como una deci­sión acer­ta­da, mien­tras que en Hon­du­ras y en toda Amé­ri­ca Lati­na se pedía el regre­so de Zela­ya a la presidencia.

Ber­ta Cáce­res se opu­so con fuer­za a la cons­truc­ción del pro­yec­to Agua Zar­ca, por­que sig­ni­fi­ca­ba una ame­na­za a los recur­sos natu­ra­les de las comu­ni­da­des len­cas y la pre­ser­va­ción de la vida. Des­de el gol­pe de Esta­do y el ase­si­na­to de la acti­vis­ta hon­du­re­ña, aumen­ta­ron las con­ce­sio­nes de los pro­yec­tos de ener­gía hidro­eléc­tri­ca de mul­ti­na­cio­na­les, cau­san­do ame­na­zas a los pue­blos indígenas.

Demo­cracy now! con­clu­ye con el hecho de que en mar­zo de 2010, duran­te su visi­ta al nue­vo pre­si­den­te de Hon­du­ras, Pepe Lobo, Clin­ton habría pedi­do a otros paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos que nor­ma­li­za­ran sus rela­cio­nes con Hon­du­ras con carác­ter de urgencia.

A tra­vés de ope­ra­cio­nes pre­sen­ta­das como apo­yo al res­ta­ble­ci­mien­to de un cli­ma de segu­ri­dad en el país, Clin­ton no esca­ti­mó recur­sos para apo­yar al gobierno de Pepe Lobo, cuyo desem­pe­ño estu­vo mar­ca­do por el man­te­ni­mien­to de una situa­ción de vio­len­cia, de ata­ques a los dere­chos huma­nos y de repre­sión con­tra los acti­vis­tas políticos.

EL ESTRECHO VÍNCULO ENTRE EL NARCOTRÁFICO Y LOS GOBIERNOS DEL PARTIDO NACIONAL

Des­de 2015, el estre­cho víncu­lo entre la polí­ti­ca y el nar­co­trá­fi­co en Hon­du­ras salie­ron a la luz públi­ca gra­cias a una serie de con­de­nas en los tri­bu­na­les estadounidenses.

Las cap­tu­ras del hijo del expre­si­den­te Por­fi­rio Lobo (2010−2014) y del her­mano del actual pre­si­den­te Juan Orlan­do Her­nán­dez (2014−2022) reve­la­ron deta­lles de la par­ti­ci­pa­ción de las auto­ri­da­des hon­du­re­ñas en el con­tra­ban­do de nar­có­ti­cos a Nor­te­amé­ri­ca a cam­bio de millo­nes de dóla­res, dine­ro que fue uti­li­za­do para finan­ciar las cam­pa­ñas elec­to­ra­les del Par­ti­do Nacio­nal en 2009, 2013 y 2017.

El pre­si­den­te de Hon­du­ras, Juan Orlan­do Her­nán­dez (JOH), es el prin­ci­pal sos­pe­cho­so en una inves­ti­ga­ción abier­ta por la Cor­te del Dis­tri­to Sur de Nue­va York sobre las rela­cio­nes entre el líder hon­du­re­ño y los narcotraficantes.

De acuer­do con los docu­men­tos pre­sen­ta­dos a la cor­te de Nue­va York, se afir­ma que el pre­si­den­te está sien­do inves­ti­ga­do jun­to con otros «altos fun­cio­na­rios» en rela­ción con el caso del pre­sun­to nar­co­tra­fi­can­te Geo­vanny Fuen­tes Ramí­rez. Según fis­ca­les esta­dou­ni­den­ses, el pre­si­den­te de Hon­du­ras pro­te­gió a Fuen­tes Ramí­rez a cam­bio de sobor­nos. El pre­si­den­te «acep­tó millo­nes de dóla­res pro­ve­nien­tes del nar­co­trá­fi­co y, a cam­bio, pro­me­tió pro­tec­ción a los narcotraficantes».

JOH, enton­ces dipu­tado, se habría reu­ni­do con el pre­sun­to nar­co­tra­fi­can­te en 2013 y 2014. En estas reunio­nes se acor­da­ron sobor­nos para que el pre­si­den­te Por­fi­rio Lobo, de quien JOH era el suce­sor desig­na­do, tam­bién acce­die­ra a movi­li­zar a las fuer­zas arma­das de Hon­du­ras para pro­te­ger el nego­cio de las drogas.

El her­mano del pre­si­den­te y excon­gre­sis­ta por Tegu­ci­gal­pa, Juan Anto­nio Her­nán­dez, fue decla­ra­do cul­pa­ble de trá­fi­co de dro­gas en Esta­dos Uni­dos en octu­bre de 2019. En su jui­cio, se dijo que el man­da­ta­rio acep­tó 1 millón de dóla­res de las acti­vi­da­des ilí­ci­tas de cár­te­les mexicanos.

Tras las últi­mas elec­cio­nes de 2017, el pre­si­den­te Juan Orlan­do Her­nán­dez per­dió legi­ti­mi­dad tan­to den­tro del país como a nivel inter­na­cio­nal. En aque­lla oca­sión Her­nán­dez com­pi­tió con­tra la coa­li­ción Alian­za Con­tra la Dic­ta­du­ra, com­pues­ta por el Par­ti­do Liber­tad y Refun­da­ción (Libre), fun­da­da por Zela­ya, que entre­tan­to había regre­sa­do a su país en 2011, y el Par­ti­do Anti­co­rrup­ción del polí­ti­co hon­du­re­ño Sal­va­dor Nasralla.

Cuan­do las tres cuar­tas par­tes de los votos escru­ta­dos daban a Alian­za Con­tra la Dic­ta­du­ra una ven­ta­ja del 5%, lo que ase­gu­ra­ba la vic­to­ria, se pro­du­jo un apa­gón de varias horas en el sis­te­ma infor­má­ti­co de recuen­to de las pape­le­tas, que una vez res­ta­ble­ci­do dio a Her­nán­dez una ven­ta­ja del 1,5%.

Pobre­za, ase­si­na­tos y cri­sis migra­to­ria fue­ron par­te del sal­do que deja­ron los gobier­nos en Hon­du­ras des­pués del gol­pe de Esta­do con­tra Zela­ya (Foto: Reuters)

A pesar de las denun­cias de irre­gu­la­ri­da­des por par­te de obser­va­do­res elec­to­ra­les, el nue­vo gobierno fue reco­no­ci­do por Esta­dos Uni­dos. El vere­dic­to final del Tri­bu­nal Supre­mo Elec­to­ral y la con­tro­ver­ti­da sen­ten­cia de la Cor­te Supre­ma de Jus­ti­cia que per­mi­tió al pre­si­den­te pre­sen­tar­se a un segun­do man­da­to de cua­tro años, fue­ron deci­si­vos para la vic­to­ria de Hernández.

XIOMARA CASTRO, LA NUEVA PRESIDENTA DE HONDURAS

La vic­to­ria de Xio­ma­ra Cas­tro la con­vier­te en la pri­me­ra mujer pre­si­den­ta de la nación y pone fin a 12 años de gobierno del Par­ti­do Nacio­nal. Hon­du­re­ños bai­la­ron y alza­ron ban­de­ras rojas fren­te a la sede del Par­ti­do Libre en la capi­tal Tegu­ci­gal­pa, la noche del 28 de noviembre.

«Doce años de resis­ten­cia«, comen­zó Cas­tro en sus pala­bras de aper­tu­ra a sus par­ti­da­rios, refi­rién­do­se al gol­pe de Esta­do que derro­có a su espo­so, Manuel Zela­ya, y al perio­do de ines­ta­bi­li­dad polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social que le siguió.

Cas­tro reafir­mó que el pue­blo había ter­mi­na­do con «el auto­ri­ta­ris­mo y el con­ti­nuis­mo», y anun­ció una refor­ma polí­ti­ca por una demo­cra­cia par­ti­ci­pa­ti­va y direc­ta para un «país jus­to», sal­van­do su pro­me­sa de una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te de lar­ga data. Cas­tro dijo que su vic­to­ria sig­ni­fi­ca­ría el fin de «la corrup­ción, el nar­co­trá­fi­co y los escua­dro­nes de la muerte».

Tam­bién dijo que lla­ma­rá a un diá­lo­go «para encon­trar pun­tos de coin­ci­den­cia» y «con­for­mar las bases míni­mas para un pró­xi­mo Gobierno».

¿Por qué la pobla­ción hon­du­re­ña eli­gió a Xio­ma­ra? Pri­me­ro, el actual par­ti­do gober­nan­te y su can­di­da­to están pla­ga­dos de escán­da­los de corrup­ción, nar­co­trá­fi­co y cri­men orga­ni­za­do, ade­más de entrar den­tro del gru­po polí­ti­co depen­dien­te de Washing­ton en la región.

En los ocho años de JOH en el poder, Hon­du­ras siem­pre estu­vo entre los paí­ses con las tasas de homi­ci­dios más altas del mun­do, y la segu­ri­dad de los acti­vis­tas polí­ti­cos se dete­rio­ró seve­ra­men­te. Al menos 20 polí­ti­cos fue­ron ase­si­na­dos antes de las elec­cio­nes generales.

En segun­do lugar está la pre­ca­rie­dad eco­nó­mi­ca. Casi dos ter­cios de los 10 millo­nes de hon­du­re­ños son pobres. El Ins­ti­tu­to Cen­tro­ame­ri­cano de Estu­dios Fis­ca­les (ICEFI) afir­ma que Hon­du­ras es el país más pobre de Amé­ri­ca Lati­na, con un 62,8% de sus habi­tan­tes por deba­jo del umbral bási­co de sub­sis­ten­cia. El 39,7% vive en la pobre­za y el 20,1% sobre­vi­ve con un dólar al día.

El Ban­co Mun­dial afir­ma que, en todo el con­ti­nen­te, solo Hai­tí es más pobre. Como con­se­cuen­cia, la cri­sis migra­to­ria se ha acen­tua­do. Actual­men­te «el 8.5% de la pobla­ción hon­du­re­ña es emi­gran­te y unas 250 mil per­so­nas han sido des­pla­za­das for­zo­sa­men­te en el terri­to­rio nacio­nal», según datos de Oxfam.

EL VIRAJE A CHINA, OTRO DOLOR DE CABEZA PARA EEUU

Antes de las elec­cio­nes gene­ra­les, un equi­po lide­ra­do por Brian Nichols, sub­se­cre­ta­rio de Esta­do para Asun­tos del Hemis­fe­rio Occi­den­tal, fue envia­do apre­su­ra­da­men­te a reu­nir­se con los prin­ci­pa­les can­di­da­tos en Hon­du­ras, supues­ta­men­te para mos­trar el apo­yo del gobierno de Joe Biden al pro­ce­so elec­to­ral, cuan­do en reali­dad se tra­ta­ba de con­te­ner a Xio­ma­ra Cas­tro y su partido.

Una de las preo­cu­pa­cio­nes de la Casa Blan­ca tie­ne que ver con que la pró­xi­ma pre­si­den­ta hon­du­re­ña pro­pu­so que revi­ta­li­za­ría la eco­no­mía, aumen­ta­ría las tasas de empleo y mejo­ra­ría las con­di­cio­nes de la deu­da, tam­bién seña­ló que esta­ble­ce­ría rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con Chi­na para alcan­zar esos obje­ti­vos. Abrir esa puer­ta con Pekín sig­ni­fi­ca­ría poner fin a los 80 años de rela­cio­nes diplo­má­ti­cas que Hon­du­ras man­tie­ne con Tai­wán (socio estra­té­gi­co de Esta­dos Uni­dos), que Chi­na con­si­de­ra par­te de su territorio.

Solo hay 15 paí­ses que man­tie­nen rela­cio­nes for­ma­les con Tai­wán, y Amé­ri­ca Lati­na cuen­ta con nue­ve de ellos. El gobierno de Biden decla­ró que «no impor­ta quién sea ele­gi­do, Esta­dos Uni­dos espe­ra que Hon­du­ras man­ten­ga rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con Taiwán».

Al que­dar­se sin la subor­di­na­ción de Hon­du­ras, Esta­dos Uni­dos ten­drá difi­cul­ta­des para con­tro­lar lo que aún sigue con­si­de­ran­do como su «patio tra­se­ro», en un momen­to en que la región mues­tra ten­den­cias más cen­trí­fu­gas, por ejem­plo: tras reafir­mar al pre­si­den­te Daniel Orte­ga para otro perio­do de gobierno, Nica­ra­gua se reti­ró de la Orga­ni­za­ción de los Esta­dos Ame­ri­ca­nos (OEA); mien­tras que El Sal­va­dor ha mejo­ra­do sus rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con Chi­na, lo que ha resul­ta­do en la cons­truc­ción de infra­es­truc­tu­ras vita­les como puer­tos, aero­puer­tos y hospitales.

Las deci­sio­nes polí­ti­cas que pro­ba­ble­men­te toma­ría el futu­ro nue­vo gobierno de Hon­du­ras cau­sa­rán un gran revés polí­ti­co para la agen­da del poder occi­den­tal nuclea­do en Washing­ton, en una región de lími­tes imperiales.

fuen­te: Misión Verdad



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