Migrantes. Ningún ser humano es ilegal: la corte argentina convalida la expulsión a migrantes que entraron al país de manera irregular

Migran­tes. Nin­gún ser humano es ile­gal: la cor­te argen­ti­na con­va­li­da la expul­sión a migran­tes que entra­ron al país de mane­ra irregular

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de diciem­bre de 2021. 

La deci­sión del máxi­mo tri­bu­nal inter­pre­ta la Ley de Migra­cio­nes de una mane­ra que res­trin­ge los dere­chos de esas per­so­nas. Lo hizo a pesar de que la nor­ma tam­bién seña­la que la regu­la­ri­za­ción es la obli­ga­ción que tie­ne el Esta­do a par­tir del reco­no­ci­mien­to del dere­cho a migrar. El fallo no con­tem­pla que vivan hace tiem­po en el país o que ten­gan aquí a sus familias.

La sema­na pasa­da la Cor­te Supre­ma revo­có una deci­sión de la Cáma­ra Fede­ral que había anu­la­do una orden de expul­sión de un ciu­da­dano chino que hace 20 años ingre­só al país por un lugar inha­bi­li­ta­do. El máxi­mo tri­bu­nal enten­dió que la úni­ca res­pues­ta que debe dar el Esta­do a quie­nes entra­ron por sitios no auto­ri­za­dos es echar­los, sin impor­tar que vivan en la Argen­ti­na hace muchos años y que aquí ten­gan tam­bién a sus familias. 

Con esa deci­sión infor­ma­da el 7 de diciem­bre, la Cor­te tam­bién resol­vió la expul­sión de otro ciu­da­dano para­gua­yo, que está des­de 1990 en el país, y de cer­ca de 15 casos más en los que esta­ba en deba­te ese mis­mo argu­men­to. Algu­nos de ellos inclu­so tuvie­ron resi­den­cias tem­po­ra­rias pero, como habían entra­do de mane­ra irre­gu­lar, no se con­tem­pla­ron esas situa­cio­nes. La deci­sión impac­ta sobre todo en una pobla­ción pobre, vul­ne­ra­ble y racia­li­za­da y no impor­ta si la razón de ese ingre­so irre­gu­lar pue­da ser jus­ti­fi­ca­da, si se debió a una situa­ción de urgen­cia, si la per­so­na fue víc­ti­ma de algún deli­to o los lazos socia­les que haya cons­trui­do des­de que lle­gó al país. 

En su fallo, la Cor­te no valo­ró varios artícu­los de la ley de Migra­cio­nes (25.871), que seña­lan que la regu­la­ri­za­ción es la obli­ga­ción que tie­ne el Esta­do a par­tir del reco­no­ci­mien­to del dere­cho a migrar. Inclu­so en aque­llos supues­tos en los que la auto­ri­dad migra­to­ria pue­da cons­ta­tar algu­na situa­ción de irre­gu­la­ri­dad admi­nis­tra­ti­va, tie­ne que recla­mar­le al migran­te que regu­la­ri­ce su situa­ción. Sin dar­le valor a esta par­te de la legis­la­ción, la Cor­te anu­ló la deci­sión de la Cáma­ra apo­yán­do­se en otro artícu­lo de la ley que limi­ta la resi­den­cia en el país de quie­nes entren por pasos inhabilitados. 

El 30 de enero de 2017, el ex pre­si­den­te Mau­ri­cio Macri modi­fi­có con un decre­to de nece­si­dad y urgen­cia la ley de Migra­cio­nes. Con infor­ma­ción ses­ga­da e impreg­na­da de pre­jui­cios se vin­cu­ló de for­ma direc­ta a las per­so­nas migran­tes con la comi­sión de deli­tos y se con­clu­yó que había que expul­sar­les de mane­ra inme­dia­ta. En ese momen­to, les extran­je­res en Argen­ti­na, sin impor­tar los años de resi­den­cia ni sus víncu­los, que­da­ron some­ti­dos a la incer­ti­dum­bre de ser expulsades.

Se habi­li­tó un pro­ce­di­mien­to de deten­ción y depor­ta­ción exprés de las per­so­nas migran­tes some­ti­das a cual­quier tipo de pro­ce­so judi­cial de carác­ter penal, con­de­na­das o no. Tam­bién se auto­ri­zó la expul­sión de quie­nes hubie­ran come­ti­do fal­tas admi­nis­tra­ti­vas en el trá­mi­te migra­to­rio como, por ejem­plo, no haber acre­di­ta­do el ingre­so al país por un lugar habi­li­ta­do, como suce­dió en todos los casos que resol­vió la Cor­te el 7 de diciem­bre pasado. 

Duran­te la vigen­cia del decre­to de Macri, has­ta su dero­ga­ción en mar­zo de este año, la auto­ri­dad migra­to­ria infor­mó que el grue­so de las órde­nes de expul­sión que se apli­ca­ron en ese momen­to esta­ban refe­ri­das pre­ci­sa­men­te a casos de incum­pli­mien­to de cues­tio­nes admi­nis­tra­ti­vas, como la fal­ta de acre­di­ta­ción de ingre­so al país por luga­res habi­li­ta­dos. Des­de 2017 a 2019, eran 3.500 casos por esa razón espe­cí­fi­ca, fren­te a 2.000 por tener ante­ce­den­tes penales.

Como se pue­de obser­var, la deci­sión de la Cor­te ajus­tó una inter­pre­ta­ción de la ley que res­trin­ge los dere­chos de los migran­tes. Algo muy dife­ren­te al len­to reco­rri­do que había tra­za­do ese tri­bu­nal des­de 2007 has­ta 2018, cuan­do supo tomar deci­sio­nes que acom­pa­ña­ron los man­da­tos de la nor­ma­ti­va migra­to­ria de 2004, que tum­bó años de ges­tión bajo decre­tos de las dictaduras.

El nue­vo fallo tam­bién con­tras­ta con la difu­sión de la Cor­te sobre una deci­sión de la Cáma­ra Fede­ral de Para­ná de 2011. En el comu­ni­ca­do titu­la­do “Nin­gún ser humano es ile­gal”, se resal­ta­ba la deci­sión de los jue­ces de ese tri­bu­nal que afir­ma­ron en un caso de ingre­so irre­gu­lar de ciu­da­da­nos chi­nos que la ley 25.871 había pro­du­ci­do un cam­bio de para­dig­ma que se cons­truía a par­tir de esta­ble­cer el “dere­cho a migrar “ como dere­cho humano. Y que esa ley migra­to­ria ten­día a la regu­la­ri­za­ción del migran­te dán­do­le a la expul­sión un carác­ter de medi­da extre­ma y excepcional. 

El fallo de la Cor­te de la sema­na pasa­da anu­ló todo tipo de deba­te sobre la situa­ción de quie­nes tuvie­ron en el pasa­do un ingre­so irre­gu­lar, sin con­tem­plar nin­gu­na posi­bi­li­dad de sub­sa­nar­lo. El tri­bu­nal debió pon­de­rar todos los intere­ses en jue­go, no solo los del Esta­do y con­si­de­rar la des­igual posi­ción de las per­so­nas migran­tes. La auto­ri­dad migra­to­ria pue­de supo­ner que ten­drá una menor resis­ten­cia judi­cial a las expul­sio­nes. O tam­bién podría tomar nota de esta deci­sión y modi­fi­car una prác­ti­ca que con­tra­di­ce el man­da­to de la ley de regularizar. 

Itu­rria /​Fuen­te

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