Migrantes. Nunca pensamos que fueran ellxs, dicen familiares de víctimas

Migran­tes. Nun­ca pen­sa­mos que fue­ran ellxs, dicen fami­lia­res de víctimas

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de diciem­bre de 2021. 

Fami­lia­res de los migran­tes falle­cidxs en un acci­den­te de carre­te­ra acu­den des­con­so­la­dos este sába­do a la mor­gue de Tuxtla Gutié­rrez para iden­ti­fi­car a sus seres queridos.

Has­ta el lugar lle­gó el gua­te­mal­te­co San­tos Gómez, quien se que­bró en lamen­tos cuan­do le con­fir­ma­ron que su hijo Leo­nel se halla­ba en el ser­vi­cio foren­se de esta ciu­dad. Un sobrino figu­ra entre el cen­te­nar de heri­dos. Aun­que no han pre­ci­sa­do el núme­ro, según las auto­ri­da­des la mayo­ría de las víc­ti­mas son de nacio­na­li­dad guatemalteca.

Nun­ca pen­sa­mos que eran ellos, unos fami­lia­res comen­za­ron a man­dar­nos (infor­ma­ción) de que en ese vehícu­lo venían los dos, con­tó el padre, un emplea­do públi­co de 60 años.

Leo­nel, mecá­ni­co de 37 años, había deja­do su natal Mala­ca­tán (San Mar­cos, Gua­te­ma­la) seis días antes para inten­tar lle­gar a Esta­dos Uni­dos, pese a que su fami­lia y espo­sa se opu­sie­ron al viaje.

Al señor Gómez, quien dijo que toda­vía no ha sido con­tac­ta­do por la can­ci­lle­ría de su país, lo acom­pa­ña­ba su nue­ra Jese­nia Flo­res, quien llo­ra­ba la pér­di­da de su pare­ja, con la que tuvo dos hijas.

Los migran­tes siguen bus­can­do el sue­ño ame­ri­cano por dar­le lo mejor a sus hijas y a su fami­lia, expre­só Jese­nia entre lágrimas.

Gerar­do Cifuen­tes tam­bién lle­gó a la mor­gue en bus­ca de su pri­mo gua­te­mal­te­co Ceci­lio Fede­ri­co, ori­gi­na­rio de Mala­ca­tán, lue­go de ave­ri­guar por él en un hospital.

Tene­mos la ilu­sión de que esté vivo, reco­no­ció Cifuentes.

En Solo­lá, Gua­te­ma­la, jun­to con sus dos hijas, Lucre­cia se reu­nió con veci­nos para orar en agra­de­ci­mien­to. Su espo­so Cel­so es uno de los que vie­ron la muer­te de fren­te en el acci­den­te que dejó 55 migran­tes falle­ci­dos. Tie­ne heri­das, pero está vivo, dice.

El últi­mo mar­tes, Cel­so Pache­co, de 34 años, dejó su casa, a la ori­lla de una carre­te­ra en la aldea Pame­za­bal, San­ta Lucía Utatlán, Solo­lá, en el occi­den­te del país.

Su sue­ño era lle­gar y cru­zar a Esta­dos Uni­dos por la nece­si­dad que tenía­mos. Ten­go dos hijas, una de 11 años y una de dos (…) Las­ti­mo­sa­men­te él iba en el camión don­de pasó esta tra­ge­dia, seña­la Lucre­cia Alba Xami­nez, de 28 años.

Cel­so es jor­na­le­ro del cam­po. Lo que gana­ba lo comía­mos todos los días, por eso tomó la deci­sión de via­jar.

Su espo­so entró a Méxi­co por su pro­pia cuen­ta y allí se puso en con­tac­to con un polle­ro. Las auto­ri­da­des la lla­ma­ron el vier­nes para decir­le que esta­ba heri­do y había sido envia­do a un hospital.

Los gobier­nos de Gua­te­ma­la, Ecua­dor, Esta­dos Uni­dos, Hon­du­ras, Méxi­co y Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na anun­cia­ron la con­for­ma­ción del gru­po de acción inme­dia­ta para dete­ner y pre­sen­tar ante la jus­ti­cia a los tra­fi­can­tes de per­so­nas res­pon­sa­bles de la tragedia.

En lo que va de este año, 821 migran­tes han muer­to en via­jes por Amé­ri­ca Cen­tral o Amé­ri­ca del Nor­te, según la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal para las Migraciones.

La prin­ci­pal cau­sa son los acci­den­tes de trán­si­to (162), segui­dos de fal­ta de comi­da, agua y refu­gio (142) y aho­ga­mien­to (108).

Fuen­te: Pren­sa Comunitaria

Itu­rria /​Fuen­te

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