Pakis­tán. Des­li­zán­do­se al vacío

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de diciem­bre de 2021-.

Pakis­tán uno de los paí­ses cla­ves de Asía Cen­tral, con una pobla­ción de más de 220 millo­nes de habi­tan­tes, en su enor­me mayo­ría musul­ma­nes suni­tas, se encuen­tra en un ende­ble equi­li­brio, que al pri­mer paso falli­do lo harían des­li­zar­se al vacío de una gue­rra civil.

Su socie­dad en el “Nue­vo Camino de la Seda” vital para la expan­sión de la indus­tria Chi­na, lo que le per­mi­ti­ría lle­var sus manu­fac­tu­ras por los nue­vos tra­za­dos de rutas y líneas férreas, a los gran­des mer­ca­dos de Medio Orien­te y Euro­pa, pasan­do por terri­to­rio pakis­ta­ní. Ha obli­ga­do a Isla­ma­bad a replan­tear la anti­gua alian­za con los Esta­dos Uni­dos. Que al pare­cer le ha sol­ta­do la mano, el país a la vez esta flan­quea­do por el nor­te con Afga­nis­tán, con una fron­te­ra de 2670 kiló­me­tros que con la lle­ga­da al poder del Tali­bán, que­rien­do o no los mullah, han reac­ti­va­do las orga­ni­za­cio­nes inte­gris­tas, que des­de hace déca­das, con más o menos fre­cuen­cia ope­ran en el país, y por el sur India, que más allá de la siem­pre san­gran­te Cache­mi­ra, que ha pre­ci­pi­ta­do a los dos nacio­nes a tres gue­rras e incon­ta­bles cho­ques fron­te­ri­zos, des­de 2014, con la lle­ga­da al gobierno del Naren­dra Modi, y sus fer­vien­tes polí­ti­cas anti islá­mi­cas, obli­ga al gobierno pakis­ta­ní a mirar con cui­da­do, las per­se­cu­cio­nes a las que Delhi está some­tien­do a sus her­ma­nos del sur, que más allá de Cache­mi­ra, esta­ble­ce en toda la fron­te­ra, de 2919 kiló­me­tros, un esta­do de per­ma­nen­te tensión.

Sin duda el corri­mien­to pakis­ta­ní, hacia Chi­na, para Esta­dos Uni­dos, ha sido un dis­gus­to mayor, y al incre­men­to de las cada vez más com­ple­jas rela­cio­nes entre las dos poten­cias obli­gan a Pakis­tán a jugar más fuer­te con su nue­vo socio y enmar­car­se en el polo: abier­ta­men­te anti­nor­te­ame­ri­cano: Chi­na, Rusia Irán. Teo­ría que se con­fir­ma con la deci­sión del Isla­ma­bad de reti­rar­se de la “Cumbre(virtual) de la Demo­cra­cia” en defen­sa pro­pia a la que lla­mó el pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Joe Biden, entre el nue­ve y diez de diciem­bre que reu­nió a 110 paí­ses, don­de se deba­tió sobre “el auto­ri­ta­ris­mo, la corrup­ción y la defen­sa de los dere­chos huma­nos”. Lo que sin duda es el inten­to de la crea­ción de un nue­vo foco con­tra los riva­les de los Esta­dos Uni­dos, que son cada vez nume­ro­sos y más poderosos,

Cono­ci­do las polí­ti­cas de Washing­ton, res­pec­to a los “trai­do­res”, se debe espe­rar un aumen­to de la pre­sión, no solo en las dos fron­te­ras prin­ci­pa­les de Pakis­tán, que ira en con­cor­dan­cia con el dete­rio­ro de la segu­ri­dad inte­rior del país cen­troa­siá­ti­co, la que se encuen­tra en un cons­tan­te in cres­cen­do. Como pue­de suce­der en la pro­vin­cia sepa­ra­tis­ta de Belu­chis­tán, don­de des­de hace déca­das dife­ren­tes movi­mien­tos arma­dos ata­can de mane­ra inter­mi­ten­te obje­ti­vos del gobierno cen­tral, y dada la nue­va situa­ción esas accio­nes pue­den ser alen­ta­das inclu­so des­de la CIA y el Pen­tá­gono.

Las recien­tes decla­ra­cio­nes de Noor Wali Meh­sud, el emir del Teh­reek-e-Tali­ban Pakis­tan (Movi­mien­to de los Tali­ba­nes en Pakis­tán) (TTP) duran­te una gira por algu­nas de las bases del gru­po en “las áreas tri­ba­les” y dis­tri­tos del nor­te pakis­ta­ní, como Khy­ber Pakh­tunkh­wa, (KPK) que fue­ron bas­tio­nes del TTP entre los años 2007al 2012 y don­de se ha man­te­ni­do des­de enton­ces la insur­gen­cia fun­da­men­ta­lis­ta, que cru­za­ba libre­men­te a Afga­nis­tán para cola­bo­rar con sus hermanos.

Meh­sud, que se movió por esa región con una gran colum­na arma­da, que incluía vehícu­los de la poli­cía afga­na, a ple­na luz del día y con sus ban­de­ras des­ple­ga­das, en fran­co desa­fío a al gobierno del Pri­mer Minis­tro, Imran Khan, dijo que su gru­po “es una rama del Emi­ra­to Islá­mi­co de Afga­nis­tán” y que “lucha­rá has­ta que Pakis­tán, como Afga­nis­tán, tam­bién esté bajo la ley Sha­ria”. Por su par­te des­de Kabul, las decla­ra­cio­nes de Meh­sud, fue­ron des­au­to­ri­za­das, a pesar de que el pakis­ta­ní había rea­li­za­do a reafir­ma­do a prin­ci­pio de año su Bayat (jura­men­to de leal­tad) al líder de los tali­ba­nes afga­nos el mullah Hai­ba­tu­llah Akhund­za­da, que nun­ca fue rechazada.

A pesar de la nega­ti­va de los mullah, la decla­ra­ción de Meh­sud, han de tomar­se como una ver­da­de­ra decla­ra­ción de gue­rra, tenien­do en cuen­ta que días antes, había anun­cia­do que dados los incum­pli­mien­tos del gobierno, no exten­de­ría la tre­gua de un mes que se había acor­da­do des­de el nue­ve de noviem­bre últi­mo, media­da por el minis­tro del Inte­rior del del emir Emi­ra­to Islá­mi­co de Afga­nis­tán, Sira­jud­din Haqqani.

Algu­nas ver­sio­nes nie­gan la vera­ci­dad del video gra­ba­do por Meh­sud, que según esas mis­mas fuen­tes dicen que se ha rea­li­za­do en Afga­nis­tán, que de ser cier­to, sería una prue­ba de la rela­ción entre el TTP y el Tali­bán. De con­fir­mar­se que el roda­je fue real­men­te rea­li­za­do en Pakis­tán, evi­den­cia­rían la debi­li­dad del ejér­ci­to y el gobierno paquis­ta­níes, obli­ga­dos a un acuer­do de paz con los insur­gen­tes que des­de la caí­da de Kabul se han enso­ber­be­ci­do, dado que el gru­po pakis­ta­ní ha per­di­do varios líde­res y muchos com­ba­tien­tes en Afga­nis­tán antes de la vic­to­ria del 15 de agos­to en la gue­rra que ter­mi­nó con la derro­ta norteamericana.

Otros gru­pos insur­gen­tes de la región como la Unión de la Yihad Islá­mi­ca de Uzbe­kis­tán, han adhe­ri­do a la decla­ra­ción de Meh­sud, lo que tam­po­co no es una bue­na noti­cia para Islamabad.

La agi­ta­ción interna.

El fin uni­la­te­ral del alto el fue­go de un mes entre Isla­ma­bad y el Teh­rik-i-Tali­ban Pakis­tan, decre­tad por los terro­ris­tas, se fun­da­men­ta en el incum­pli­mien­to de los acuer­dos que incluían la libe­ra­ción de los 120 mili­tan­tes del TTP, que el gobierno tie­ne dete­ni­dos, ade­más, siem­pre según el TTP, que el gobierno cen­tral vio­ló todas las reglas acor­da­das, las que incluían no rea­li­zar ope­ra­ti­vos con­tra el TTP, ade­más de no esta­ble­cer nue­vos pues­tos de avan­za­da de las fuer­zas de segu­ri­dad en la región. Según las denun­cias de los muyahi­di­nes varios de sus hom­bres fue­ron ase­si­na­dos por las fuer­zas fede­ra­les, mien­tras otros habían sido detenidos.

Antes del acuer­do, el emir del TTP, en decla­ra­cio­nes perio­dís­ti­cas había dicho que muchas áreas de Wazi­ris­tán. Esta­ban con­tro­la­das por el TTP y que la influen­cia del gru­po se esta­ba exten­dien­do en otras áreas de Khy­ber Pakh­tunkh­wa. Por lo que fue el gobierno de Pakis­tán, quien “supli­có” a Kabul, que medie con el TTP un alto el fuego.

El TTP habría publi­ca­do una serie de videos, don­de se veían avio­nes y heli­cóp­te­ros paquis­ta­níes, bom­bar­dean­do mez­qui­tas, vivien­das de civi­les en casas y matan­do civi­les en Khy­ber Pakhtunkhwa.

El TTP, se pre­gun­ta ade­más ¿Por qué el gobierno de Pakis­tán, que se rin­dió dócil­men­te a la orga­ni­za­ción viru­len­ta­men­te radi­cal como Teh­reek-e-Lab­baik Pakis­tan (TLP), rom­pió su acuer­do de alto el fue­go con ellos?

Isla­ma­bad habría libe­ra­do a unos 860 cua­dros de TLP y su jefe el clé­ri­go extre­mis­ta Saad Hus­sain Riz­vi, ade­más de haber levan­ta­do la prohi­bi­ción de la orga­ni­za­ción, apa­ren­te­men­te religiosa.

Sin duda una de la secue­las de haber libe­rad de las san­cio­nes al TLP, fue el lin­cha­mien­to de la ciu­da­da­na de Sri Lan­ka, Pri­yantha Diya­wa­da­na quien era geren­te gene­ral de una empre­sa de la ciu­dad de Sial­kot, des­pués de orde­nar qui­tar una car­te­les del TLP, den­tro de la fábri­ca, por lo que fue seña­la­da de blas­fe­ma y lo que lan­zó a una tur­ba a lin­char a la mujer, que tras ser pren­di­da fue­go su cuer­po fue arras­tra­do por la calle, el pasa­do tres de diciem­bre. Situa­ción que se vol­ve­rá a repe­tir a medi­da que el fun­da­men­ta­lis­mo siga cre­cien­do el Pakis­tán, a quien por su su nue­va ali­nea­ción geo­po­lí­ti­ca se inten­ta­ra des­li­zar al vacío.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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