Por Pablo Jofré Leal, Resumen Medio Oriente, 26 de diciembre de 2021-.
«Israel» es un Estado fundamentalista en su esencia y no está interesada en lograr nada que huela a paz, ni en Palestina ni en Asia Occidental, pues ello implica acabar con el plan falsario de creación de lo que denominan el «gran Israel», en base a mitos fundacionales donde las víctimas la han puesto los pueblos del Levante Mediterráneo y en especial Palestina.
En estos días, la dirigencia política Palestina en Cisjordania, con sede en Ramallah, ha exigido a las Naciones Unidas que concrete una intervención internacional, que permita detener el terrorismo de los colonos extranjeros sionistas, la política del régimen israelí de disparar a matar a los manifestantes palestinos sean estos hombres, mujeres o niños, al igual que la política violatoria y abusos cometidos contra los miles de prisioneros palestinos, secuestrados y sometidos a largos años de prisión en las mazmorras de la entidad criminal que ocupa y coloniza Palestina. Exigencia efectuada el mismo día que la soldadesca israelí asesinó por la espalada al joven palestino. Este miércoles han asesinado a otro joven palestino. Mohammad Issa Abbas, de 26 años, del campo de refugiados de Amari.
Este nuevo acto de violencia, perversa, propia de mentes desquiciadas, de una sociedad que ampara esta conducta criminal, tiene lugar tras la información emanada desde fuentes del ejército sionista ocupante, dando cuenta de la emisión de órdenes destinadas a permitir que sus efectivos disparen a matar a los manifestantes palestinos, pretextando cualquier amenaza en su contra. Decisión que se ha tomado en otras ocasiones, como ha sido en la Franja de Gaza cuando desde marzo del año 2018 cientos de francotiradores sionistas instalados en la valla artificial que separa la palestina histórica ocupada del enclave palestino disparaban a matar por orden del alto mando del ejército ocupante sionista. Órdenes que han sido confirmadas por un portavoz del Ejército infanticida en declaraciones al diario “The Times of Israel’, donde ha indicado que entraron en vigor hace cerca de un mes.
Llamados Estériles
El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Mohammad Shtayeh hizo un llamado (1) tanto a la ONU como las organizaciones de derechos humanos, para que no sólo expresen sus condenas a las violaciones a los derechos humanos por parte de «Israel», sino que también tengan una política activa y práctica, que permita detener los crímenes de lesa humanidad y generar una política global que imponga severas sanciones al ente israelí. Para ello, la historia nos muestra que tal decisión es posible, necesaria y urgente, tal como fue aquella política antiapartheid que permitió acabar con el régimen segregacionista de Sudáfrica el año 1991.Tal decisión lleva implícita la aplicación del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas al considerar a «Israel» como una amenaza a la paz, un ente que quebranta la paz y con ello hacerse acreedora de aquellas acciones que pongan fin a sus acciones criminales
Indudablemente es una decisión difícil de llevar a la práctica, por la complicidad que tanto Estados Unidos como sus aliados europeos incondicionales (Francia y Gran Bretaña principalmente) tienen con el sionismo. Recordemos, que para hacer efectiva la aplicación de la Carta de la ONU en su Capítulo VII (2) es indispensable que los países miembros del Consejo de seguridad de este organismo, conformado por Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos (todos ellos con derecho a veto) lleguen a un acuerdo que permita avanzar por esta senda. Sin embargo, la exigencia debe hacerse, presionar política y diplomáticamente, dejar al descubierto la complicidad de estos regímenes que se presentan como paladines de la democracia y sin embargo no cesan en su apoyo a un régimen enajenado y criminal como es el israelí y avanzar hacia una democratización de la ONU, que implica un cambio cualitativo y cuantitativo de sus órganos rectores.
Los gobiernos sionistas, desde el momento mismo de su nacimiento a la arena internacional el 14 de mayo del año 1948 trabaja, en el marco de la Hasbara (3) con una política de relaciones públicas, de maquillaje, para enmascarar sus acciones violatorias de los derechos humanos del pueblo palestino y del derecho internacional. El sionismo trabaja, por presentar sus acciones militares: sostenidas, crónicas, permanentes, habituales, que se extienden desde décadas contra el pueblo palestino como una respuesta defensiva a las acciones de resistencia del pueblo palestino. Un lenguaje y una práctica sibilina, que pretende equiparar lo que no es verosímil, que procura mostrarse como víctima cuando en verdad es el victimario.
Al lanzamiento de defensa de los cohetes de la resistencia palestina, como respuesta a los ataques indiscriminados del sionismo, a la opresión diaria sufrida, al asesinato de sus habitantes en Gaza y Cisjordania, el ejército ocupante israelí acciona de las formas más crueles y criminales que tenga memoria la humanidad. Crímenes selectivos, disparos contra civiles desarmados, rematar en el suelo a los heridos, mutilar sus cuerpos. Lanzar obuses, bombardeo de las ciudades de la Franja de Gaza en forme terrestre, aérea y naval. No olvidemos que Palestina no tiene ejército, no tiene armada, fuerza aérea, buques de guerra o drones. Por tanto, los embustes del régimen infanticida respecto a que sus ataques son respuesta a los ataques desde territorio palestino, de los cuales se defiende como una especie de inocente víctima, caen por su hipocresía y falsedad.
Los milicianos palestinos, en inferioridad militar, pero dotados de mística, heroísmo y disposición combativa al enfrentar a un ejército dotado de moderna tecnología de muerte, señalan que a la par de la diplomacia, la política, la denuncia en los foros internacionales, se debe actuar en defensa activa de sus compatriotas. A la hora del enfrentamiento directo, al cual teme el cobarde ejército sionista, recrudece el bombardeo masivo, la destrucción de casas, hospitales, escuelas, el asesinato por miles de la población civil, pues el cobarde prefiere la destrucción a distancia pues sabe que a la hora de enfrentar a los combatientes de la resistencia los muertos sionistas aumentan. A mis muertos, sostiene el régimen de «Israel» (escasísimos por lo demás) le sumaré todos los muertos palestinos que pueda sumar, que en las agresiones, especialmente contra la Franja de Gaza del año 2008, 2012, 2014 y 2021 han significado hasta 50 palestinos asesinados por cada muerto sionista.
El régimen israelí ha devenido en la versión moderna de los peores regímenes de la historia, en una versión siglo XXI que denomino nacionalsionismo. Así las acciones de venganza, de ataques, de terror, de destrucción se repiten día a día en una política de exterminio, que cuenta con el silencio cómplice de la administración estadounidense, la pasividad de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad ¿dónde están los llamados a establecer un bloqueo aéreo, naval, cercar el espacio aéreo israelí para que no masacre a la población civil? ¿dónde están los llamados a establecer un bloqueo comercial contra «Israel» para que deje de asesinar a la población palestina?
¿Dónde está el llamado a aplicar la famosa Carta de las Naciones Unidas? Todo un artificio pues cuando se trata de los pueblos de Palestina, saharaui, Siria, El Líbano, Irak, Afganistán simplemente no tiene aplicación sobre todo si el involucrado en la agresión y barbarie es el imperialismo y el sionismo. La doble moral de Occidente genera vergüenza, impotencia y un dolor infinito frente a los crímenes monstruosos de un régimen como el israelí, que tiene manga ancha para asesinar. En el escenario descrito resulta inmoral, vergonzoso, además de irracional tratar de equiparar el poderío sionista con las armas de las milicias palestinas. Qué vergüenza seguir hablando de «Israel» como la única democracia de la región cuando su comportamiento como potencia ocupante revela una conducta genocida, violatoria de los derechos humanos de la población palestina mostrando la verdadera cara de régimen israelí: Un Estado Criminal.
El derecho de resistencia a la opresión interna o externa (a través de una potencia ocupante) es un derecho reconocido y que permite y autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza. Sea recurriendo a Platón, Tomás de Aquino, a la declaración de independencia de Estados Unidos o la Declaración de Los. Derechos del. Hombre y del ciudadano de la revolución francesa. Recordemos, que la Declaración Universal de Derechos Humanos del año 1948, consigna en su preámbulo el derecho que les asiste a los pueblos a combatir la opresión si sus derechos no son respetados “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”
Washington, las sociedades occidentales aupadas por los medios de desinformación y manipulación afines al sionismo llenan sus páginas, editoriales, imágenes de muestras de dolor y velatones frente a la muerte de algún sionista, pero…quién prende velas en occidente, quién se indigna en los medios de comunicación de Washington, Londres, Madrid, Buenos Aires o Santiago frente a la muerte diaria en territorio palestino. No debemos cansarnos de preguntarnos ¿Qué papel cumple el Consejo de Seguridad? ¿Las Naciones Unidas, los organismos internacionales para detener esta barbarie que se extiende ya por 73 años, desde que el 14 de mayo del año 1948 nació a la vida internacional una entidad que llamaron «Israel»? Pero, a la par de las interrogantes se debe actuar con todas las formas de lucha contra la barbarie sionista.
¿Quién es capaz de detener la masacre, por parte de estos gobiernos, capaces de intervenir en Libia, Egipto, Irak, que tratan de destruir a Siria y sin embargo frente a los crímenes del régimen israelí callan en forma cómplice e incluso avalando dicho actuar o declarando movimientos terroristas a quienes conforman la resistencia contra el crimen israelí, sea en Palestina, el Líbano, Siria, Irak, entre otros? No existe fuerza mundial que detenga este actuar cómplice lo que obliga a que nuestros propios pueblos enfrenten la barbarie. El régimen israelí, su ejército, sus colonos extremistas y una sociedad que mayoritariamente apoya el exterminio del pueblo palestino se comporta con este pueblo pacífico como los nazis lo hicieron con aquellos europeos de creencia judía, gitanos, homosexuales y enfermos mentales durante el régimen nacionalsocialista.
El pueblo palestino en Al Quds, Cisjordania y la Franja de Gaza soporta diariamente el sufrimiento, la represión, el encarcelamiento, la limpieza étnica y la agresión constante por parte de los ocupantes israelíes. Políticos, militares, sociedad civil, que mayoritariamente están alienados en una conducta criminal, autollamados a ocupar un territorio que no les pertenece, por más que se consideren, en forma delirante, como un pueblo elegido, para una tierra prometida, como si de un destino manifiesto se tratase. No es posible aceptar estos argumentos de dominio, de denominar a los palestinos como “no humanos” tratar de invisibilizar su historia, usurpar sus costumbres, su vestuario, gastronomía, su música. Recrear una arqueología falsaria, para argumentar que lo “judío” tiene una historia que los hace poseedor de un derecho de propiedad. No existe relación más terrible que la decisión del sionismo de utilizar al judaísmo para sus planes de dominio, estrechamente vinculados a la política hegemónica de gran Bretaña en principio y luego alineada con Estados Unidos. En ello no hay nada de religioso.
Duro Frente al Sionismo
Cuando suelo escribir sobre los crímenes del sionismo y la conducta hipócrita y victimista que expresan, para maquillar así su política racista y criminal, suelo acudir al analista estadounidense Norman Finkelstein, un cientista político, de una familia de creencia judía víctimas del nazismo, quien, en una interesante conferencia fue interpelado por una llorosa joven (de creencia judía ella) que criticaba la comparación que hacía Finkelstein de la política israelí y los nazis – cuyo video puede ser visto por YouTube (4). En esa actividad Finkelstein sostuvo “no existe nada más despreciable que usar el sufrimiento y el martirio de las víctimas del nazismo para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la demolición de hogares que «Israel» comete diariamente contra los palestinos y por eso me niego a ser intimidado o presionado por las lágrimas de cocodrilo, si tuvieras un corazón dentro tuyo – le dijo Finkelstein a la sollozaste joven – estarías llorando por los palestinos no por lo que tú le has hecho”. Duro, veraz, firme y honesto.
Una de las falacias más extendidas de la ideología y de la propaganda del sionismo y que de tanto repetirse ha llegado a considerarse que tiene algo de seriedad y razón para justificar la ocupación sionista de los territorios palestinos es la que afirma el derecho del sionismo a retornar a Palestina del cual, según el sionismo fueron arrojados hace más de 20 siglos. Para el analista Said Alami “Nada en la Historia documentada y académica rubrica el derecho de estos extranjeros, judíos algunos, ateos los más, a regresar a ninguna parte y mucho menos a Palestina, tierra donde este pueblo, según sus propias mitologías y sus propios textos sagrados, había pisado la tierra de Palestina como invasor, ocupante extranjero y usurpador, y donde estuvo siempre en guerra con la población autóctona palestina que existía allí” (5)
Cuando la agresión a Gaza estremeció al pueblo palestino, generando miles de muertos a manos del sionismo recuerdo haberme interrogado en un artículo cuya esencia se mantiene incólume “¿Qué pretende el sionismo? ¿Que el pueblo palestino siga sojuzgado, que no reaccione frente a décadas de ocupación y desprecio a los derechos humanos de millones de palestinos? «Israel», ya sea con laboristas o los ultraderechistas del Likud no han dejado ni un solo día de humillar, despreciar y reprimir al pueblo palestino, empujando sus acciones hacia la desesperación de una manera calculada y brutal para justificar así sus acciones de represalia bárbaras y brutales. Dadas a conocer al mundo, a través de los medios de desinformación occidentales como lógicas y razonables frente a la lucha y la resistencia del pueblo palestino. Para ello se cuenta con la bendición de los gobiernos de Washington y sus socios occidentales. Para ello cuenta con una Palestina dividida en bantustanes al estilo del apartheid sudafricano, cuenta con la creación de enormes campos de concentración llamados Franja de Gaza y Cisjordania (6)
En forma indiscutible, el proceso de ocupación y colonización de Palestina está cargado de odio y desprecio no sólo al pueblo palestino, sino que, a todo el mundo árabe, como también a las leyes internacionales con el objetivo de expulsar a la población palestina en aras de conseguir concretar los mitos fundacionales del ente sionista y darle cabida así a los millones de colonos extranjeros que los gobiernos de «Israel» han ido instalando en suelo palestino. “Tu tierra «Israel» es desde el Éufrates hasta el Nilo” reza el chapucero lema sionista, repetido hasta la saciedad por políticos, intelectuales, y partidos políticos y medios de desinformación israelíes. Mentira tras mentira, crimen tras crimen, una política de exterminio que permite clasificar a «Israel» como lo que es y que reitero: el nacionalsionismo del siglo XXI
Una ocupación que tiene su símil y que se repite ¿Cómo razonar ante el enajenamiento? ¡Imposible! No existe posibilidad de dialogo y menos paz mientras el sionismo siga enquistado en Palestina y Asia Occidental.
Fuente: Al Mayadeen