Perú. El toro por las astas ¿Puede el gobierno superar

Perú. El toro por las astas ¿Pue­de el gobierno supe­rar esta crisis?

Paul Maquet /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de diciem­bre de 2021

Un nue­vo caso de pre­sun­ta corrup­ción ocu­pa los titu­la­res de los medios de comu­ni­ca­ción. La sos­pe­cha de que las reunio­nes de Kare­lim López con el ex secre­ta­rio de Pala­cio Bruno Pache­co y, even­tual­men­te, con el pre­si­den­te Pedro Cas­ti­llo, podrían tener algo que ver con la bue­na pro­rro­ga otor­ga­da al con­sor­cio Puen­te Tara­ta III, ha calen­ta­do otra vez ambien­te polí­ti­co. No hay nada con­cre­to que vin­cu­le una cosa con otra (un tes­ti­go, un male­tín, una trans­fe­ren­cia), pero el escán­da­lo ya está arma­do y se con­fi­gu­ra la enési­ma cri­sis polí­ti­ca del año.

En tér­mi­nos judi­cia­les, el caso debe ser inves­ti­ga­do y ‑si even­tual­men­te se prue­ba algu­na corrup­ción- los res­pon­sa­bles deben ser san­cio­na­dos. En tér­mi­nos polí­ti­cos, la cosa es más com­pli­ca­da, por­que el Gobierno está a la defen­si­va y cada nue­vo pro­ble­ma lo debi­li­ta aún más. Peor aún con un pedi­do de vacan­cia cir­cu­lan­do en el Con­gre­so (¡el quin­to en los últi­mos cin­co años!).

¿Pue­de el gobierno supe­rar esta cri­sis? Sí, pero para eso nece­si­ta pasar a la ofen­si­va y mar­car la agen­da. Si se tra­ta de un gobierno del cam­bio, como tan­to se ha dicho, enton­ces debe apro­ve­char esta opor­tu­ni­dad para aga­rrar el toro por las astas y apun­tar al meo­llo del asun­to: el sis­te­ma de con­tra­ta­cio­nes y lici­ta­cio­nes del Esta­do. Esa es la ver­da­de­ra madre del cor­de­ro de la corrup­ción en el Perú, des­de Ode­brecht y el Club de la Cons­truc­ción, pasan­do por las denun­cias que se le hicie­ron a Viz­ca­rra por obras en Moque­gua, has­ta el pre­sun­to caso del con­sor­cio Tara­ta III.

Par­te de la pren­sa y los acto­res polí­ti­cos van usar este últi­mo caso sim­ple­men­te como un arma arro­ja­di­za para gol­pear al Gobierno y even­tual­men­te jus­ti­fi­car una vacan­cia. Si logran sus obje­ti­vos, inme­dia­ta­men­te olvi­da­rán el tema y las auto­ri­da­des vol­ve­rán a des­pa­char con empre­sa­rios en clu­bes de San Isi­dro, como lo han hecho duran­te décadas.

Pero el encua­dre ver­da­de­ra­men­te rele­van­te es: ¿cómo pode­mos revo­lu­cio­nar el sis­te­ma de lici­ta­cio­nes de obra públi­ca para erra­di­car el diez­mo y la corrup­ción? ¿Tie­ne este Gobierno la volun­tad y la ini­cia­ti­va para ello? Si el pre­si­den­te Cas­ti­llo y la pre­mier Mirtha Vás­quez anun­cia­ran una pro­fun­da refor­ma de este sis­te­ma, cam­bia­rían el encua­dre de la discusión.

Pese a que este es el tema de fon­do, muy poco se ha habla­do de ello en los últi­mos años en los que hemos pasa­do de escán­da­lo en escán­da­lo. Pro­pues­tas hay muchas: incre­men­tar los meca­nis­mos de trans­pa­ren­cia, mayo­res capa­ci­da­des para la Con­tra­lo­ría, mayo­res san­cio­nes tan­to a polí­ti­cos corrup­tos como a empre­sa­rios corrup­to­res, etc.

Aquí quie­ro sol­tar una idea, pres­ta­da del ámbi­to cien­tí­fi­co o aca­dé­mi­co: la eva­lua­ción por pares cie­gos. El Esta­do podría tener un amplio staff de revi­so­res que reci­ban los expe­dien­tes de mane­ra alea­to­ria y auto­ma­ti­za­da, sin que los intere­sa­dos sepan quién va a revi­sar sus pro­pues­tas y sin que inclu­so estos mis­mos revi­so­res sepan quié­nes más for­man par­te del jura­do. Estos revi­so­res cie­gos cali­fi­ca­rían las pro­pues­tas y ten­drían una boni­fi­ca­ción si encuen­tran irre­gu­la­ri­da­des, de mane­ra que ten­gan un estí­mu­lo para ser acu­cio­sos. Pos­te­rior­men­te, se publi­ca­rían los nom­bres de los jura­dos que cali­fi­ca­ron esa obra y los pun­ta­jes otor­ga­dos, para man­te­ner la capa­ci­dad de fis­ca­li­za­ción por par­te de la pren­sa y la ciu­da­da­nía. Creo que este meca­nis­mo ayu­da­ría a evi­tar que estos jura­dos sean mani­pu­la­dos o com­pra­dos ya sea por favo­res polí­ti­cos o por coimas.

Más allá de esta u otra idea, todas dis­cu­ti­bles, el asun­to es que la ver­da­de­ra dis­cu­sión no es si Cas­ti­llo se reu­nió o no en la casa de Bre­ña y si come­tió o no un deli­to, cosa que final­men­te debe deter­mi­nar el Poder Judi­cial (¡y no el Con­gre­so!). La dis­cu­sión de fon­do es cómo cam­bia­mos el sis­te­ma de lici­ta­cio­nes del Esta­do para erra­di­car la corrup­ción que hace que la pla­ta del pue­blo se pier­da año a año en obras mal hechas y con­tra­tos amañados.

Como lo dijo el poli­tó­lo­go Rodri­go Bar­ne­chea hace unos días en Twit­ter, “una con­di­ción para hacer refor­mas es ali­near intere­ses de cor­to pla­zo de gober­nan­tes con obje­ti­vos de lar­go pla­zo del país. Para sal­var su pre­si­den­cia (cor­to pla­zo), Cas­ti­llo podría empren­der refor­ma bene­fi­cio­sa para todos en el lar­go pla­zo”. Ese es el reto.

FUENTE: Way​ka​.pe

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