Resumen Latinoamericano, 1 de diciembre de 2021
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, guardó hoy silencio sobre las denuncias de aprestos golpistas contra el presidente de Perú, Pedro Castillo, tras visitarlo en el Palacio de Gobierno.
Almagro ofreció una declaración a la prensa sobre la audiencia, sin aceptar preguntas ni referirse a las crecientes denuncias sobre los preparativos de un golpe parlamentario contra el jefe de Estado peruano, atribuídos a partidos de extrema derecha.
Esos sectores presentaron en el Congreso de la República una moción para vacar (destituir) a Castillo, alegando que carece de capacidad para gobernar y además invocan recientes reuniones nocturnas del mandatario con empresarios y funcionarios fuera de su despacho.
Almagro sostuvo de otro lado que el Presidente estaría dispuesto a “trabajar con todas las fuerzas políticas del país que quieren aportar soluciones”.
El aliento que dio a esa posibilidad coincide con una opción de los grupos de extrema derecha, cuyos representantes pretenden la entrada al Gobierno de elementos neoliberales, como alternativa a la vacancia.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Torres, advirtió que la destitución promovida por financistas y su prensa aliada carece de todo fundamento y su objetivo es “imponer un gobierno totalitario”.
Añadió que quienes llamó golpistas “utilizan la vacancia como juicio político, para repetir el golpe de Estado de 2020 y sus conocidas consecuencias”, en referencia a la acción parlamentaria ese año que puso fin a la administración de Martín Vizcarra.
La medida y el ascenso a la presidencia del conservador Manuel Merino dieron lugar a grandes protestas en todo el país y, pese a la represión que causó dos muertes, el político se vio obligado a renunciar solo cinco días después.
Si bien Almagro mencionó la decisión de Castillo de luchar contra la corrupción, omitió cualquier referencia a los peligros denunciados por el Gobierno, sin la locuacidad que lo caracteriza cuando se refiere a la situación interna de países que no son de su agrado y no se someten a Estados Unidos.
FUENTE: Prensa Latina