Por Karen Carrizo. Resumen Latinoamericano, 8 de diciembre de 2021.
El martes se llevó a cabo la inauguración oficial del espacio Memorial ex Penal de Punta Carretas que recuerda a los 800 presos políticos que estuvieron detenidos en dicho lugar entre 1968 y 1985.
Allí se presentó un monumento de mesa paisajista con el nombre grabado de los 800 integrantes presos políticos de la época que está ubicado en la entrada del actual Punta Carretas Shopping y recuerda la cárcel que funcionó allí hasta 1986.
Esta mesa representa a la familia, el intercambio colectivo de voces, democracia y unión de una cultura uruguaya con el objetivo de poder articular derechos humanos con la sociedad y repensar sobre la historia de la época.
Hoy en día, Uruguay tiene más de 30 placas recordatorias en el país porque representan un significativo importante de la historia uruguaya.
Este tipo de iniciativa comenzó con la Asociación ex presos políticos del Uruguay Crysol, quienes eran militantes desde la década del 60, donde la democracia en Uruguay se fue deformando ‚perdiendo libertades: los partidos políticos estaban prohibidos, eliminando la libertad de prensa, reuniones, y clasificando a los uruguayos en categorías a b y c en los sectores de trabajo.
El gobierno represor fue aplicando medidas severas con las fuerzas armadas, acuartelando funcionarios públicos, estudiantes y personas que mantenían ideologías distintas al gobierno dictatorial.
Sin embargo, aquellas víctimas de la dictadura no perdieron su amor por la militancia, luchando en la clandestinidad como única forma de resistencia.
Pues, se trata de sanar a la sociedad, recuperando la memoria de una marca de las cicatrices que perduran en el tiempo y también de no retroceder nuevamente a lo más oscuro, perverso y dictador del país.
Esa dictadura y su principal arma el miedo que marcó el terrorismo de estado, de genocidio, de un sistema estructurado por el poder hegemonico y opresor, nos sigue enseñando incluso para comprender, para que no se vaya de vista, que la memoria tambien es presente y futuro. La memoria es presente, tanto que lastima y golpea pero no paraliza. Fue una fecha más por la cual homenajear a las víctimas que les han robado la vida, sus historias y su identidad por el solo hecho de querer cambiar un mundo mejor. Recordarlos es el mejor homenaje para repensar y tomar conciencia. Para que los y las pibas vivan libres, sueñen. Para que las fuerzas de seguridad estén al servicio del pueblo y no de la gente y para que todo sea más justo, democrático e igualitario.
La asociación Crystol con sus referentes Ángel González «el queque» seguidos por
Héctor Ortega del Río, Fernando Gallardo y Gustavo Cabrera llevan más de dos años y medio manteniendo presente la historia en conjunto con el apoyo del Ministerio de Educación y Derechos Humanos.