Resumen Latinoamericano, 13 de enero de 2022.
Es #Mirá, una coalición formada por un amplio abanico de científicos, artistas, escritores, periodistas, organizaciones de base y asambleas. Su objetivo es cuestionar la narrativa oficial que afirma que la explotación hidrocarburífera es la única opción para “salvar a la Argentina de la pobreza y sus compromisos externos», según se lee en su primero documento. «Vos no cierres los ojos, mirá», dicen, e invitan a reflexionar.
«Una coalición heterogénea sin precedentes de científicxs, artistxs, escritorxs, periodistxs, directorxs de cine, músicxs, asambleas de base en los territorios y pueblos indígenas, entre otros» se unieron para rechazar la recientemente aprobada actividad petrolera off shore en el Mar Argentino. Su nombre es “#Mirá” y está respaldada por un amplio abanico social que «cuestiona la narrativa oficial de que la explotación hidrocarburífera es la única opción que salvará a la Argentina de la pobreza y de sus compromisos externos», explica en su comunicado de presentación. Y explican que «eso no es Soberanía. Soberanía es cuidar nuestro mar, nuestras poblaciones y nuestros territorios».
En su primera acción, se dio a conocer el siguiente documento:
«En el centro mismo de nuestra visión hay un punto que no ve. Lo llaman “punto ciego”. El punto ciego no reconoce que no ve la imagen completa. Así está actuando nuestro gobierno: el sesgo argumental y el prejuicio respecto del ambientalismo es su respuesta ante la urgencia de cambiar un rumbo que arrastra una inercia de más de un siglo. Ese agujero cognitivo de quienes gobiernan construye imágenes iguales a sí mismas, modelos de un mundo que ya no puede existir más: llegamos al límite.
Vos no cierres los ojos, mirá.
Mirá las promesas repetidas de funcionarixs y empresarixs en la tele cuando te dicen que “ahora sí hay un Ministerio que va a controlar” “que esto ya se hizo muchas veces, que no se va a notar, que el petróleo a las playas no va a llegar, que nada malo va a pasar, que no hay animales ahí a donde van a bombardear para luego perforar”.
Mirá lo que pasa en realidad: nunca antes en nuestro país se perforaron las capas profundas del mar, Equinor tiene más de un accidente en su haber, en la audiencia pública de julio pasado más de 400 personas, entre ellxs lxs científicos marinos y organizaciones ecologistas, advirtieron que la intensidad del sonido de los bombardeos acústicos para las exploraciones sísmicas es suficiente para destruir los tímpanos, y que ahí, donde las quieren estallar, existe un corredor biológico en el cual se alimentan ballenas, nadan delfines, migran pingüinos.
Mirá los controles estatales en los países que se ponen como ejemplo de lo que se busca hacer acá: hay derrames, explosiones y catástrofes. En Estados Unidos se calcula que por año 3.361.445 litros de petróleo terminan “accidentalmente” en sus aguas. Deepwater Horizon –en el Golfo de México en 2010– voló por los aires, dejó once muertos y 795 millones de litros de petróleo que aniquilaron ecosistemas enteros y economías locales desde Louisiana y Florida hasta Tamaulipas, Veracruz y Tabasco. El registro de Brasil sobre derrames, contabilizados desde 1975, llega a más de 30 y el petróleo se devora las playas.
Mirá cómo no subsidian las energías renovables para avanzar en una “transición energética”. Mirá cómo desde que se sancionó la Ley de Bosques en 2009 se desmontaron 3.500.000 hectáreas. Mirá cómo obturan la aprobación de la ley de humedales, no financian la Ley de Bosques y bajan las retenciones a mineras y petroleras, subsidiando así el ecocidio.
Atrapados en la “deuda”, dicen que hay que sacarle un dólar más a la tierra, que no queda otra. Sin embargo, cuando un país empobrecido como el nuestro vende lo más rico, se vuelve más pobre y vencido, como nos consta dolorosamente. Se susurran acuerdos a nuestras espaldas y cada vez la población debe salir a la calle a gritar ¡NO! Mirá a esas personas sonando desde sus territorios a quienes nunca escuchan.
Hay algo más que mirar. Mirá la pobreza.
Ahora se nos dice que la extracción petrolera offshore va a acabar con la pobreza en el país. Mirá: lo mismo se dijo cuando se introdujo la soja transgénica en 1996 y hoy tenemos más de la mitad de la tierra cultivable ocupada por soja, exportaciones récord, y al 60 % de lxs niñxs en situación de pobreza, muchos de ellxs, además, fumigadxs con glifosato. Mirá a Catamarca con la megaminería: hoy es una de las provincias más pobres y asistidas del país. Mirá el fracking de Vaca Muerta, los basureros petroleros y los sismos.
Mirá lo que se llevarán las petroleras por la explotación offshore, y lo poco que dejan en el país: apenas el 6% ¿con eso van a solucionar la pobreza?
Mirá cómo te piden, para que la destrucción y el saqueo avancen, que no mires “arriba”, que no mires el clima, no mires al otrx, a los pueblos originarios, no mires el mar. Que no mires al humedal, a los animales, que no mires a los pueblos fumigados, a lxs niñxs con plomo en la sangre, no mires el desastre socioambiental.
Mirá la imagen completa.
Mirá: es un acto de resistencia.
El punto ciego y el sesgo informativo son la debilidad del “desarrollo” que inventa una grieta y propone identificar en el “ambientalismo”al enemigo mientras nos conduce cada vez más rápido hacia un único destino: el de un territorio muerto.
No hay licencia social para un negocio destructivo más.»
Firman el texto:
Soledad Barruti, Gabriela Cabezón Cámara, Maristella Svampa, Claudia Aboaf (EscritorasNohayCulturasinMundo). Marina Aizen, Laura Rocha y Pilar Assefh (Periodistas por el Planeta). Mempo Giardinelli, escritor. Lucrecia Martel, cineasta. Guillermo Martínez, escritor. Darío Sztajnszrajber, filósofo. León Gieco y Alicia, Lisa y Johana Gieco. Guillermo Saccomanno, escritor. Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo. Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, SERPAJ. Jorge Nawel, Confederación Mapuche del Neuquén. Juana Antieco activista mapuche Tehuelche de la comunidad de costa de lepa Chubut. Ricardo Darín, actor. Verónica Llinás, actriz. Erica Rivas, actriz. Natalia Oreiro, actriz. Alan Pauls, escritor. Miguel Rep, dibujante, historietista. Marta Dillon, periodista. Rita Segato, antropóloga. y siguen las firmas