Bra­sil. De la escla­vi­tud a la inde­pen­den­cia: fami­lias obtie­nen ingre­sos de la pro­duc­ción agro­eco­ló­gi­ca de cacao

Por Ane­liz Morei­ra. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de enero de 2022. 

Asen­ta­mien­to en el sur de Bahía es tema del docu­men­tal Dois Ria­chões – Cacau y la Liber­tad.

El cho­co­la­te no tie­ne fecha ni hora para ser desea­do y con­su­mi­do. Pero, ¿qué hay detrás de la pro­duc­ción de su prin­ci­pal mate­ria pri­ma, el cacao? ¿Cómo sabe­mos si el cho­co­la­te que con­su­mi­mos es fru­to de un tra­ba­jo lim­pio y jus­to? ¿Quién lo pro­du­ce, de dón­de vie­ne y cuál es el tra­ba­jo de quie­nes viven del cacao?

El fotó­gra­fo Felli­pe Abreu y la perio­dis­ta Patrí­cia Moll retra­ta­ron la his­to­ria de fami­lias del asen­ta­mien­to Dois Ria­chões que logra­ron salir de la con­di­ción aná­lo­ga a la escla­vi­tud vivi­da por gene­ra­cio­nes ante­rio­res a tra­vés de la pro­duc­ción agro­eco­ló­gi­ca de cacao en el sur de Bahía .

Rom­pí mucho cacao y no tenía dere­cho ni a chu­par una semilla

“Mi abue­lo nun­ca comió cho­co­la­te, nun­ca, fue el coro­nel quien lo comió. Murió sin saber qué era el cho­co­la­te”, dice el agri­cul­tor fami­liar Edi­val­do dos San­tos en el docu­men­tal Dois Ria­chões, Cacau e Liberdade.

«Rom­pí mucho cacao y no tenía dere­cho a chu­par una semi­lla de cacao, por­que el cabo de la cua­dri­lla esta­ba de nues­tro lado, vigi­lan­do todo», dice la colo­na Lui­za Batista.

Edi­val­do, Lui­za y otros 150 cam­pe­si­nos que viven en el asen­ta­mien­to Dois Ria­chões, en Ibi­ra­pi­tan­ga, rom­pie­ron con el ciclo de pro­duc­ción tra­di­cio­nal prac­ti­ca­do por los here­de­ros de los coro­ne­les de las hacien­das en Bahía, y la pro­duc­ción agro­eco­ló­gi­ca ha sido refe­ren­cia para otras comu­ni­da­des que luchan por el dere­cho agra­rio. refor­ma en Brasil.

Cam­pe­si­nos vin­cu­la­dos a la Coor­di­na­do­ra Esta­tal de Tra­ba­ja­do­res Asen­ta­dos y Cam­pa­men­tos (Ceta) ocu­pa­ron el sitio en 2007, pero recién en 2018 se regu­la­ri­zó la tie­rra. Ade­más del cacao, siem­bran otros cul­ti­vos como fru­tas, ver­du­ras y granos.

“Mi abue­lo nun­ca comió cho­co­la­te, murió sin saber lo qué era el cho­co­la­te”, dice el agri­cul­tor agro­eco­ló­gi­co Edi­val­do dos San­tos.
Foto: Felli­pe Abreu

Tere­sa San­tia­go, cam­pe­si­na del asen­ta­mien­to, dice que la agro­eco­lo­gía es la base de todo el pro­ce­so, y la comer­cia­li­za­ción es uno de los trí­po­des de esta lucha. Logran ven­der la pro­duc­ción en ferias, con ven­ta direc­ta al con­su­mi­dor ya tra­vés de pro­gra­mas fede­ra­les como el Pro­gra­ma de Adqui­si­ción de Ali­men­tos (PAA) y el Pro­gra­ma Nacio­nal de Ali­men­ta­ción Esco­lar (PNAE).

Para la cam­pe­si­na Tere­sa San­tia­go, la liber­tad se cons­tru­yó a par­tir de la lucha por la tie­rra, cuan­do hubo un trán­si­to de apar­ce­ros a due­ños de la par­ce­la y la producción.

Cuan­do está­ba­mos fil­man­do allí, ya esta­ban cons­tru­yen­do su pro­pia fábri­ca de chocolate.

“Ya no estás opri­mi­da, ya no hay alguien ahí que te diga qué vas a hacer por otra for­ma de vivir y de cons­truir colec­ti­va­men­te la lucha por la tie­rra. En el docu­men­tal, cuan­do habla­mos de sobe­ra­nía, es sobe­ra­nía en todos sus aspec­tos, ya sea social, ali­men­ta­rio, ambien­tal, pro­duc­ti­vo y eco­nó­mi­co”, dice el campesino.

Duran­te la fil­ma­ción del docu­men­tal, Abreu expli­ca que siguie­ron los cam­bios en el mar­ke­ting. Él dice que los gra­nos de cacao, que antes se con­si­de­ra­ban pro­duc­tos sim­ples y bara­tos, se han con­ver­ti­do en un pro­duc­to de valor agregado.

“Así que empe­za­ron a estu­diar la fer­men­ta­ción y cómo dar­le valor agre­ga­do a los gra­nos que pro­du­cían y empe­za­ron a ven­der­lo a mar­cas finas a un pre­cio mucho más alto que el cacao de baja cali­dad. No satis­fe­chos, en un segun­do momen­to cuan­do está­ba­mos ahí fil­man­do, ya esta­ban cons­tru­yen­do su pro­pia fábri­ca de cho­co­la­tes y dos años des­pués abrie­ron una fábri­ca y lan­za­ron el cho­co­la­te Dois Ria­chões”, cuen­ta uno de los directores.

El asen­ta­mien­to Dois Ria­chões actual­men­te pro­du­ce, ven­de y tie­ne su pro­pia mar­ca de cho­co­la­te con el mis­mo nom­bre.
Foto: Felli­pe Abreu

Patrí­cia dice que la idea del docu­men­tal sur­gió por­que no es una his­to­ria cono­ci­da y por­que el cho­co­la­te es algo uni­ver­sal que intere­sa a dife­ren­tes cul­tu­ras. Des­ta­ca la orga­ni­za­ción y el tra­ba­jo colec­ti­vo de estas familias.

“Me impre­sio­nó cómo tra­ba­jan jun­tos y tie­nen una noción bien defi­ni­da del tra­ba­jo colec­ti­vo. Hacen todo jun­tos, pasan el día en la fin­ca de Seu Fulano, lue­go van a la fin­ca de Seu Bel­trano, siem­pre divir­tién­do­se y can­tan­do mien­tras hacen el recreo. Tam­bién es her­mo­so ver que logra­ron con­quis­tar esta sobe­ra­nía ali­men­ta­ria y hoy coci­nan y pro­du­cen sus pro­pios ali­men­tos y por fin poder comer su pro­pio chocolate”.

El sis­te­ma cabru­ca de pro­duc­ción de cacao no tala bos­que nativo

Para Abreu, con el con­tex­to actual de ata­que a los dere­chos socio­am­bien­ta­les en Bra­sil, es aún más impor­tan­te traer a cola­ción el deba­te sobre temas como la agro­eco­lo­gía y la agri­cul­tu­ra fami­liar que, si reci­bie­ra más apo­yo del poder públi­co, podría cre­cer aún más. más en el país.

El cacao ya for­ma par­te de la his­to­ria de Bra­sil y en el sur de Bahía es uno de los prin­ci­pa­les pro­duc­tos agrí­co­las de la región. La pro­duc­ción de cacao cabru­ca en Dois Ria­chões es un ejem­plo de cómo tener un sis­te­ma alia­do a la con­ser­va­ción del medio ambien­te. La pro­duc­ción agro­eco­ló­gi­ca con­si­de­ra no solo ali­men­tos libres de vene­nos, sino tam­bién la pre­ser­va­ción de las espe­cies fores­ta­les nati­vas, el man­te­ni­mien­to de los recur­sos hídri­cos y la fau­na local.

“El sis­te­ma cabru­ca de pro­duc­ción de cacao no tala el bos­que nati­vo, con­vi­ve con él. Si miras una plan­ta­ción de cacao cabru­ca, ves la Mata Atlán­ti­ca arri­ba y el cacao aba­jo. Aun­que no pres­tes mucha aten­ción, a veces ni siquie­ra ves el cacao, por­que está com­ple­ta­men­te rodea­do por el bos­que. Ade­más de pre­ser­var el bos­que, el cacao mis­mo se bene­fi­cia de la som­bra de los árbo­les y pro­du­ce mejor y por más tiempo”.

El cacao ya for­ma par­te de la his­to­ria de Bra­sil y en el sur de Bahía es uno de los prin­ci­pa­les pro­duc­tos agrí­co­las de la región. Foto: Patri­cia Moll

El docu­men­tal fue pro­du­ci­do de for­ma inde­pen­dien­te y fue el pri­mer cor­to­me­tra­je de Patri­cia y Felli­pe jun­tos. La idea es que el docu­men­tal, que ha sido exhi­bi­do en varios fes­ti­va­les alre­de­dor del mun­do, ayu­de a via­bi­li­zar otros pro­yec­tos simi­la­res, con foco en el cam­po, la agri­cul­tu­ra fami­liar y la cul­tu­ra ali­men­ta­ria en Brasil.

“Éste era total­men­te inde­pen­dien­te, así que nues­tra idea fue usar­lo un poco como mone­da para poder con­tar otras his­to­rias de pro­duc­ción de ali­men­tos en Bra­sil y siem­pre con un ali­men­to que para mos­trar cuán via­ble es tam­bién ele­gir com­prar estos ali­men­tos. . Para que no ten­gas que ele­gir un [cho­co­la­te] del super­mer­ca­do, es decir, mos­trar lo que te impac­ta cuan­do eli­ges com­prar ali­men­tos de la agri­cul­tu­ra fami­liar”, comen­ta Patricia.

El docu­men­tal reci­bió cua­tro pre­mios: como mejor cor­to­me­tra­je en el VI Fes­ti­val de Cine Inde­pen­dien­te de Clay­po­le, Argen­ti­na, Pre­mio Con­sor­zio del For­mag­gio Par­me­giano Reg­giano en el Fes­ti­val Men­te Loca­le, men­ción hono­rí­fi­ca en el 4° Fes­ti­val Nacio­nal de Cine Ambien­tal y como mejor pelí­cu­la para el jura­do popu­lar del Fes­ti­val de Cine de San­ta Cruz, en Rio Gran­de do Sul.

Foto de por­ta­da: Patri­cia Moll

Tra­duc­ción: Resu­men Latinoamericano

Fuen­te: Bra­sil de Fato

Itu­rria /​Fuen­te

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