Guatemala. Caso mujeres Achi: en las violaciones incluyeron a menores

Gua­te­ma­la. Caso muje­res Achi: en las vio­la­cio­nes inclu­ye­ron a meno­res de edad, reve­la tes­ti­mo­nio de víctima

Por Juan Calles, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de enero de 2022. 

Pedri­na reme­mo­ró su niñez en la aldea Pacotzij, de Rabi­nal, Baja Vera­paz, cuan­do tenía doce años. Recor­dó que ayu­da­ba en las tareas de la casa y juga­ba con sus her­ma­nos, les gus­ta­ba jugar a la pelo­ta; todo cam­bió cuan­do un día vie­ron lle­gar a las Patru­llas de Auto­de­fen­sa Civil,

La jor­na­da de hoy ini­ció con un desa­yuno de tra­ba­jo en el que los medios de comu­ni­ca­ción pudie­ron hablar con las seño­ras del caso Muje­res Achi, estar con ellas en con­vi­ven­cia y escu­char­las a viva voz. La acti­vi­dad estu­vo coor­di­na­da por repre­sen­tan­tes de la orga­ni­za­ción Impu­nity Watch quie­nes hicie­ron un repor­te de lo avan­za­do en el caso has­ta este 12 de enero.

Foto: Juan Calles

La audien­cia ini­ció a las diez de la maña­na con un tes­ti­mo­nio des­ga­rra­dor, la seño­ra Pedri­na de Paz decla­ró fren­te al tri­bu­nal. Mien­tras avan­za­ba su rela­to el ambien­te en la sala de audien­cias se tor­na­ba cada vez más pesa­do; algu­nas seño­ras sollo­za­ban, los perio­dis­tas deja­ron de foto­gra­fiar, las abo­ga­das que defien­den a los acu­sa­dos veían su celu­lar para ali­ge­rar la car­ga, pero nadie se que­dó indem­ne ante el tes­ti­mo­nio de Pedri­na de Paz.

Foto: Juan Calles

Para dar su tes­ti­mo­nio doña Pedri­na reme­mo­ró su niñez en la aldea Pacotzij, de Rabi­nal, Baja Vera­paz, cuan­do tenía doce años. Recor­dó que ayu­da­ba en las tareas de la casa y juga­ba con sus her­ma­nos, les gus­ta­ba jugar a la pelo­ta; todo cam­bió cuan­do un día vie­ron lle­gar a las Patru­llas de Auto­de­fen­sa Civil, PAC, lle­ga­ron y arra­sa­ron con todo y con todos. Entra­ban a las casas, gol­pea­ban a los hom­bres y muje­res, la fami­lia de Pedri­na cre­yó que no lle­ga­rían a su casa, no debían nada, no par­ti­ci­pa­ban en polí­ti­ca, no tenían por qué temer.

Sin embar­go, los patru­lle­ros sí se pre­sen­ta­ron; patea­ron la puer­ta saca­ron a gol­pes a su papá, “fal­ta la yegua” escu­cha­ron los niños que dije­ron los patru­lle­ros, se refe­rían a su madre, la toma­ron por el cue­llo, le arran­ca­ron sus colla­res y la saca­ron de la casa. Aún le dio tiem­po para hablar a sus peque­ños hijos y les dijo “cuí­den­se mis niños por­que noso­tros ya no vamos a regresar”.

Des­pués de unos minu­tos, los patru­lle­ros entra­ron una vez más a la casa, esta vez solo esta­ban Pedri­na de doce años y sus dos her­ma­nos peque­ños, Agus­tín y José, de diez y 9 años. Al niño de 9 años de un empu­jón lo lan­za­ron a un lado de la cama, ya que se encon­tra­ba abra­za­do a su her­ma­na, des­pués los dos patru­lle­ros abu­sa­ron de la niña de doce años fren­te a sus peque­ños hermanos.

Pedri­na de Paz seña­la a Ben­ve­nu­to Ruiz Aquino y Ber­nar­do Ruiz Aquino ex patru­lle­ros acu­sa­dos en este jui­cio, de vio­lar­la y pro­vo­car­le daños per­ma­nen­tes, “Estu­ve san­gran­do por dos meses, yo no sabía que me pasa­ba, mis papás ya esta­ban muer­tos y no sabía a quién pedir­le ayu­da”, decla­ró Pedrina.

Foto: Juan Calles

Bus­ca­ron a una tía, quien les ayu­dó a sobre­vi­vir y cui­dó de ellos como mejor pudo, su tía, Feli­cia­na de Paz Manuel, tam­bién pres­tó decla­ra­ción este día y con­fir­mó los hechos que narró su sobri­na fren­te al Tri­bu­nal de Mayor Ries­go A.

La seño­ra Feli­cia­na de Paz con­fir­mó lo que momen­tos antes había decla­ra­do su sobri­na y con­tó como las PAC masa­cra­ron a los habi­tan­tes de dife­ren­tes aldeas en Rabinal.

Mien­tras se escu­cha­ba el tes­ti­mo­nio de las dos muje­res, los acu­sa­dos cabe­cea­ban indi­fe­ren­tes des­de el Cuar­tel Gene­ral Maris­cal Zava­la, don­de guar­dan prisión.

La jor­na­da fina­li­zó con la escu­cha de otros tes­ti­mo­nios que que­da­ron regis­tra­dos en archi­vos digi­ta­les, los cua­les se ofre­cie­ron como ade­lan­to de prue­ba en este jui­cio. Entre los tes­ti­mo­nios escu­cha­dos se encuen­tran los de las her­ma­nas Mar­ga­ri­ta Alva­ra­do Enrí­quez y Mar­ce­la Alva­ra­do Enrí­quez, quie­nes ade­más de narrar la vio­len­cia sufri­da en sus comu­ni­da­des a manos de los patru­lle­ros, tes­ti­mo­nia­ron sobre su pro­pia vio­la­ción, acu­san­do a Damián Cuxum Alva­ra­do y Gabriel Cuxum Alva­ra­do de vio­lar­las, ambos guar­dan pri­sión y enfren­tan juicio.

Bris­na Caxaj de Impu­nity Watch, comen­tó que en este caso se mues­tra el uso de la vio­len­cia sexual como arma de gue­rra, que fue una tác­ti­ca imple­men­ta­da por el Ejér­ci­to de Gua­te­ma­la para cas­ti­gar a las comu­ni­da­des que eran tacha­das de ser apo­yo de la gue­rri­lla. “Pero tam­bién mues­tra la valen­tía y la deter­mi­na­ción de encon­trar jus­ti­cia que tie­nen las muje­res Achi”, con­clu­yó Caxaj.

En las pró­xi­mas audien­cias se espe­ra que el Minis­te­rio Públi­co pre­sen­te prue­bas docu­men­ta­les y se escu­che el tes­ti­mo­nio de otras víc­ti­mas. Lle­va­mos 40 años espe­ran­do jus­ti­cia, antes nos daba ver­güen­za hablar de lo que nos hicie­ron, pero hoy esta­mos con­ten­tas por­que ya esta­mos en audien­cia, espe­ra­mos que aho­ra si nos hagan jus­ti­cia”, dijo la seño­ra Anto­nia Valey, otra de las víc­ti­mas que hoy enfren­tan a sus vic­ti­ma­rios en los tri­bu­na­les del país.

Fuen­te: pren­sa Comunitaria

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