Israel. El mundo no puede imaginar nuestras capacidades para atacar a Irán, dice Lapid

Israel. El mun­do no pue­de ima­gi­nar nues­tras capa­ci­da­des para ata­car a Irán, dice Lapid

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de enero de 2022. 

Lapid tam­bién habló de la idea de no infor­mar a Esta­dos Uni­dos del ata­que. Dijo que «Israel» no nece­si­ta el per­mi­so de nadie para ata­car a Irán.

Las con­ver­sa­cio­nes nuclea­res de Irán están en cur­so, lo que si está revi­san­do su reloj sig­ni­fi­ca que es hora de que «Israel» comien­ce a ame­na­zar con la gue­rra de nue­vo. En entre­vis­ta, el minis­tro de finan­zas israe­lí, Yair Lapid, ha juga­do a la acción «con­tra la ame­na­za iraní».

Lapid tam­bién habló de la idea de no infor­mar a Esta­dos Uni­dos del ata­que. Dijo que «Israel» no nece­si­ta el per­mi­so de nadie para ata­car a Irán. Se mos­tró crí­ti­co con las con­ver­sa­cio­nes nuclea­res en cur­so, aun­que reco­no­ció que toda­vía no se ha lle­ga­do a un «mal acuerdo».

La últi­ma ron­da de ame­na­zas de «Israel» invo­lu­cró a ofi­cia­les mili­ta­res, pri­me­ro hablan­do de sus capa­ci­da­des y lue­go reti­ran­do la idea de un ata­que uni­la­te­ral. Sugi­rió que ‘Israel’ care­cía de la capa­ci­dad para un ata­que sostenido.

Lapid, por otro lado, sugi­rió que «Israel» tie­ne capa­ci­da­des casi ili­mi­ta­das. Seña­ló que inclu­so los exper­tos mun­dia­les no podían ima­gi­nar todo lo que «Israel» es capaz de hacer. No dio deta­lles ni sugi­rió lo que esto implicaba.

Las capa­ci­da­des de ‘Israel’ a menu­do se infra­va­lo­ran ofi­cial­men­te, sien­do su arse­nal nuclear uno de los secre­tos mejor guar­da­dos del mun­do. Dicho esto, «Israel» ha inten­ta­do a menu­do, inter­na­men­te, hacer creer que sus éxi­tos mili­ta­res son el pue­blo favo­re­ci­do por Dios. Eso ha lle­va­do a una narra­ti­va, popu­lar en la dere­cha de «Israel», de que son mili­tar­men­te inven­ci­bles. Aun­que está cla­ro que eso sólo pue­de lle­var­les has­ta cier­to pun­to, el exce­so de con­fian­za tam­bién les hace correr el ries­go de ini­ciar con­flic­tos absurdos.

Itu­rria /​Fuen­te

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